Las andanzas de Diego Marín Buitrago, quien por décadas, presuntamente, manejó a su antojo el negocio ilegal del contrabando, mientras sobornaba a todo aquel que podía causar su caída, en especial a miembros de la Policía Fiscal y Aduanera, por fin fue acusado por la Fiscalía por los delitos de concierto para delinquir agravado y cohecho por dar u ofrecer.

No obstante, Papá Pitufo, el zar del contrabando en Colombia, sigue gozando de impunidad, pues aunque fue acusado por la Fiscalía, se presentó en la audiencia de forma virtual desde Portugal, país donde se encuentra en libertad, luego de que un tribunal de este país determinara que se excedió el tiempo máximo de detención preventiva, antes de que fuera aprobada su extradición.

Según la Fiscalía, “el hoy procesado sería el cabecilla de un grupo delincuencial que habría cooptado a funcionarios de diferentes entidades e integrantes de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) para que, a cambio de dinero, facilitaran el ingreso al país, tránsito y comercialización de mercancía de contrabando”.

Los elementos materiales probatorios obtenidos por una fiscal de la Dirección Especializada contra la Corrupción dan cuenta de que Marín Buitrago, entre septiembre de 2023 y febrero de 2024, habría fijado montos mensuales de 3.500.000 pesos para patrulleros y de 5.000.000 de pesos para oficiales que colaboraran con la organización ilícita.

El expediente

Según confirmaron desde la Fiscalía, Marín Buitrago “estaría involucrado en cuatro eventos delictivos en los que directamente pagó coimas a uniformados de la Policía Nacional; y otros 17 sucesos ilícitos en los que presuntamente, a través de subalternos suyos, concertó la entrega de dinero en efectivo y vehículos de gama alta a diferentes servidores públicos, y puso a disposición de un oficial de la Polfa un apartamento en Cartagena (Bolívar) para que lo ocupara por tiempo indefinido.

SEMANA había accedido en febrero de este año al explosivo expediente de Papá Pitufo con más de 13 horas de comprometedoras grabaciones, en las que quedaba en evidencia cómo el denominado zar del contrabando literalmente compraba su impunidad y tenía a la policía a sueldo, desde directores regionales hasta policías de menor rango.

Hay registros de millonarias coimas, nóminas paralelas, traslados a pedir de boca, padrinos políticos, whisky, lujosos restaurantes, relojes espías y bolsas con dinero en efectivo.

Prueba de ello es un particular capítulo en el que decidió regalar 700 relojes para evitar operativos en el Valle del Cauca en 2021. A los más consentidos les dieron relojes espías que les permitían grabar, al mejor estilo de James Bond.

El expatrullero Édgar Humberto Bacca es un ejemplo de lo rentable que resultó para algunos policías torcerse con la organización de Papá Pitufo. En uno de los audios, el agente encubierto cuenta cómo Bacca le contó que se dedicó a la cría de caballos finos y se le abrieron las puertas de la política en Norte de Santander.

“El señor Bacca me pregunta si yo comparto la pasión por los caballos como la ganadería, pues él tiene fascinación por los caballos criollos de paso fino. Que tiene fincas donde cría caballos”, contó el agente encubierto.

Era tanto el dinero que movía la red criminal para sobornar a policías de la Polfa que tenían que darse mañas para ocultarlo y transportarlo. Por ejemplo, usaban cajas de zapatos repletas de dinero para entregar los sobornos, según se desprende de las pruebas expuestas en las audiencias.

“Esto era el dinero que yo organizaba para entregar, digamos, este es el dinero que ya estaba organizado que iba para alguna persona, y el de allá posiblemente era para Montoya, porque a Montoya se le entregaba así”, relata un empleado de Papá Pitufo. El video muestra fajos de billetes ocultos en cajas de tenis.