Colombia es uno de los países que recibirá a cerca de 4.000 afganos que huyeron de su tierra natal luego de que los talibanes tomaran el poder y el control de Afganistán.

Días atrás, el Gobierno del presidente Duque anunció que Colombia recibirá de manera temporal a colaboradores afganos del Ejército estadounidense evacuados tras la vuelta al poder de los talibanes.

A pesar de que aún no hay una fecha estipulada para la llegada de los migrantes afganos, ya hay algunos compatriotas de estos que viven en territorio colombiano y que llegaron hace años huyendo de la guerra en el Medio Oriente.

Una de estas personas es Abdul Aziz Shakeri, quien llegó a Colombia hace cinco años aprovechando que su hermano ya estaba instalado en el país.

Aziz Shakeri es economista de la Universidad de Kabul y tuvo que adaptarse al español luego de su llegada a Colombia, pues solo sabía un poco de inglés para intentar hacerse entender en tierras extrañas. En una entrevista realizada por El Espectador, Shakeri cuenta que cambió su forma de vestir al llegar a Colombia, aunque mantiene sus creencias y tradiciones religiosas.

“No importa dónde me encuentre, mi fe nunca va a cambiar”, dijo el afgano que sobrevive por medio de un negocio de ropa y joyería en el cual vende elementos de Asia.

Shakeri también resaltó que en Colombia se respetan las distintas creencias y costumbres de las personas, a las cuales no obligan a actuar de una manera determinada teniendo como base la religión, tal como sucede en Afganistán, pues los talibanes llegaron incluso a prohibir la música porque “va en contra el islam”.

A pesar de los problemas sociales que vive Colombia y del conflicto en el que ha estado el país desde hace décadas, Aziz Shakeri considera que acá tiene paz y tranquilidad, algo que era difícil de encontrar en su amada Afganistán.

Aziz Shakeri tuvo que sufrir el régimen de los talibanes al frente de Afganistán de finales de los años 90, hasta que Estados Unidos invadió militarmente la zona luego de los ataques a las torres gemelas en septiembre del 2001.

Si bien la situación cambió con la intervención de Estados Unidos, Aziz Shakeri cuenta que siempre había temor sobre los ataques terroristas o las bombas que podría lanzar el Estado Islámico en la zona, razón por la cual decidió abandonar su tierra natal.

Ya con un dominio del español un poco más claro, Shakeri contó que se ha acostumbrado un poco a la comida colombiana, aunque extraña los platos típicos de su país, como lo son el kabuli palaw, el mantou y el kebab.

Por otra parte, Yabar Bajarami, un afgano refugiado en Ecuador, cuenta que a pesar de los problemas y la inseguridad que se vivía en Afganistán, el sentimiento por su tierra natal sigue siendo fuerte.

“Quiero a mi país y ese lazo no se rompe, siempre lo llevo conmigo”, dijo a El Espectador Yabar Bajarami desde Ecuador, otro de los países latinoamericanos que recibirá a los afganos.

Bajarami lleva 18 años viviendo en Ecuador, país al que le agradece por el trato y recibimiento, aunque no puede negar que fue duro migrar y dejar atrás todo lo que conocía para encontrar un mejor futuro.

“Nos preguntamos: ¿por qué nosotros? Por eso llegar a Ecuador fue lindo: por lo menos hay derechos básicos”, dijo.

Los países latinoamericanos se repartirán el recibimiento de los migrantes afganos. México ya recibió a un grupo de 124 personas, conformado por reporteros que trabajaban en Afganistán (junto con sus familiares), horas después de acoger a cinco jóvenes afganas de un equipo de robótica.

Otro caso es el de Michelle Barakay, una mujer turca que huyó de medio oriente porque la querían casar con un hombre mayor y que ya lleva seis años viviendo en Colombia.

Barakay contó que no es sencillo adaptarse a la sociedad colombiana, más que todo proviniendo de una cultura tan diferente que ha sido estigmatizada en gran parte del mundo occidental. Sobre los afganos que están próximos a llegar al país, Barakay dijo que la mejor forma de ayudarlos es entendiéndolos.

“La forma de ayudar es entender su vida, sin sacarlos de su entorno, y permitirles estar con sus gentes”, dijo y agregó que el estigma que a veces ha sufrido en Colombia se da por la falta de información y el miedo de las personas.

En cuanto a la situación política y social de Colombia, a Shakeri le preocupa la creciente inseguridad y la inestabilidad política, pero considera que la situación está lejos de ser tan extrema como en Afganistán, razón por la cual, a pesar de todo, siente paz y tranquilidad.

¿Cuándo llegan los afganos?

Hay que mencionar que los gastos de los afganos refugiados, por lo menos en Colombia, serán cubiertos por Estados Unidos y se supone que la estadía de estas personas en Latinoamérica será de carácter temporal.

Días atrás, el embajador de Colombia en Estados Unidos entregó detalles y aseguró que hay unos equipos técnicos creados por Colombia y Estados Unidos con su Embajada aquí para llevar a cabo todo el proceso de organización de los migrantes.

“Están básicamente en proceso de conversación, discusión, de cada criterio sobre este proceso: lugares, llámense hoteles o centro recreacionales, donde estarían, el tiempo que podrían estar a la luz de la normatividad colombiana…”, dijo Juan Carlos Pinzón.

Los afganos se van a establecer en Bogotá, teniendo en cuenta que “es una ciudad que tiene un gobierno distrital con buena capacidad institucional, que tiene funcionarios que pueden poner a su disposición, pero además de eso, cuenta con la Embajada de los Estados Unidos, el Gobierno nacional y sus instituciones, y los organismos internacionales de Naciones Unidas”.