En la mañana de este viernes 28 de noviembre se registró un nuevo enfrentamiento entre las disidencias de las Farc y el ELN, en el Norte de Santander, en el sector de El Tarra, Catatumbo. Según el reporte preliminar se habría registrado un saldo de siete muertos.
Los combates, que se habrían intensificado desde la noche del jueves 27 de noviembre y se prolongaron hasta la madrugada del viernes 28, habrían dejado también varios heridos, según denuncias de la comunidad, que pide la intervención urgente de las autoridades para salvaguardar a la población civil.
Entre los fallecidos, según la misma comunidad, figura un presunto comandante del ELN en la zona, conocido con el alias “El Cuyo”, lo que sugiere que el choque podría afectar la estructura de mando de la guerrilla en el área.
La comunidad ha reportado horas de intensos combates que han dejado a la zona en un estado de zozobra, por el que le piden a las autoridades una intervención inmediata para tomar el control de los enfrentamientos y poner a salvo a los residentes del sector del Catatumbo, en el Norte de Santander.
Hay que recordar que en esa misma zona, en enero de este año, estalló un temporada de conflicto intenso entre el frente 33 de las disidencias de las Farc y los hombres del ELN.
Las confrontaciones en el Catatumbo iniciaron el 16 de enero, luego de la masacre de una familia a manos de las disidencias de las Farc que, presuntamente, tenía cierta cercanía con el ELN. Ese episodio detonó la guerra que duró más de tres meses y un número indeterminado de muertos.
En ese momento, el informe de la Gobernación de Norte de Santander confirmó el homicidio de 86 personas en el marco de la guerra por el control territorial y el narcotráfico. Entre las víctimas hubo siete firmantes de paz, tres líderes sociales, cuatro menores de edad y 72 particulares.
El drama que vivieron los campesinos de esa zona también se tradujo en desplazamientos y confinamientos. De acuerdo con las autoridades, 57.318 ciudadanos tuvieron que abandonar sus predios y 19.488 permanecieron encerrados en sus residencias durante la arremetida del conflicto.