“¿Por qué firmamos el acuerdo de paz? Para parar este desangre que hemos vivido por más de 50 años entre hermanos”, lamentó el martes Nidia Arcila, una viuda que reclamaba en Colombia por el asesinato de su esposo Ronald Rojas, abaleado en julio de 2022 frente a sus hijos de ocho y 14 años.

Ambos pertenecieron a las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y fueron parte de los más de 13.000 insurgentes que firmaron la paz con el Estado colombiano en 2016, que puso fin a una confrontación de cinco décadas, pero no erradicó la violencia del país.

Una mujer coloca flores sobre cajas que representan féretros mientras rinde tributo a exguerrilleros y líderes sociales que han sido asesinados desde que se firmó un acuerdo de paz en 2016 entre rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano, el martes 20 de febrero de 2024, en Bogotá. (AP Foto/Fernando Vergara) | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved

Desde la histórica firma del acuerdo de paz y hasta diciembre pasado, han sido asesinados al menos 406 firmantes, entre ellos, 11 mujeres, según cifras de la Misión de las Naciones Unidas en Colombia.

Con la salida de las Farc de los territorios, otras organizaciones delictivas han buscado imponerse y se han disputado el control de lucrativas rentas ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal.

La violencia que persiste ha cobrado la vida de cientos de personas defensoras de derechos humanos y líderes sociales. En 2023, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos verificó 69 homicidios y otros 47 continúan en proceso de verificación. Para 2022, el reporte fue de 116 homicidios de líderes.

La memoria de los firmantes y líderes sociales asesinados en Colombia fue honrada el martes en un acto simbólico realizado en la icónica Plaza de Bolívar de Bogotá, donde confluyen el Congreso, la Alcaldía y el Palacio de Justicia.

Sus nombres quedaron plasmados en 1.000 cajas distribuidas a lo largo de la Plaza, en las que cerca de 70 viudas, ciudadanos y activistas dejaron flores blancas como si se tratase de su tumba, una iniciativa del movimiento de la sociedad civil Defendamos la Paz, que aglomera académicos, activistas, políticos y firmantes de las Farc.

“Parece que no nos escuchan. Es como si estuviéramos gritando en el desierto, donde no hay nadie”, señaló viuda de Alexander Parra, asesinado el 24 de octubre del 2019, cuando se encontraba dentro de las áreas de Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, zonas que fueron dispuestos por el Estado para ayudar en la transición a la vida civil de los exguerrilleros.

Viudas de exguerrilleros Farc reclaman justicia | Foto: Twitter @CarlosfGalan

Parra hizo parte de la guardia personal de Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, el primer líder de las Farc.

El acto simbólico, explicó desde una tarima una de sus organizadoras, pretendió honrar la memoria de “quienes dieron su vida por la reconciliación” y poner de manifiesto la urgencia de proteger a los liderazgos en peligro.

“Estamos aquí para exigirles a los actores armados que hoy están asesinando a nuestros constructores de paz que paren definitivamente sus acciones violentas”, aseguró Gloria Arias Nieto, miembro de Defendamos la Paz.

El gobierno de Gustavo Petro ha puesto en marcha dos mesas de negociación con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional y disidencias de las Farc y busca entablar más, en un intento por disminuir la violencia.

El Alcalde de Bogotá, Carlos Galán, dijo que “debemos insistir y persistir en la construcción de paz y en búsqueda de verdad”.

Arcila y Giraldo consideran que no se ha hecho justicia en los asesinatos de sus esposos.

“Ha sido muy duro porque fueron capturados”, aseguró Giraldo, mencionando que “por fallas en el sistema fueron dejados en libertad y pues ahí estamos en la lucha por el esclarecimiento”.

La Fiscalía ha logrado 71 condenas por los asesinatos de los firmantes de paz, según el informe de la Misión de la ONU, que hace seguimiento y verificación a la implementación del acuerdo de paz.

Personas sostienen flores durante un evento para conmemorar a los exguerrilleros y líderes sociales que han sido asesinados desde que se firmó un acuerdo de paz en 2016 entre los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano, el martes 20 de febrero de 2024, en Bogotá. (AP Foto/Fernando Vergara) | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved

Sosteniendo un cartel con fotografías de varios de los asesinados, Arcila contó entre lágrimas que su esposo recibía amenazas constantes, por lo que recibía protección del Estado. En la vida civil siguió ejerciendo un liderazgo político y en 2018 aspiró al Senado sin tener éxito.

El día de su asesinato, aseguró Arcila, no tenía un carro blindado y su equipo de escoltas había disminuido de cuatro a dos personas.

Giraldo, que por medio de una fundación acompaña a más de 200 familiares de los asesinados, ha recibido amenazas y sobrevivió a un atentado en el que dispararon a su casa.

“Sabíamos que no nos iban a esperar con un ramo de flores, pero no que nos iban a asesinar de esta manera”, lamentó Giraldo.

*Con información de AP.