Tras realizar el informe sobre las finanzas del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), la Veeduría Distrital encontró que, durante 2020 y 2021, los ingresos del sistema cayeron de forma marcada e intempestiva, mientras que los costos continuaron aumentando de manera gradual. Esto último, en atención a la ampliación en la cobertura del sistema, la renovación de flota y la necesidad de una limitada ocupación en buses y estaciones.

Adicionalmente, en el período contemplado se observó el impacto excesivo que el déficit del transporte público tuvo sobre las finanzas distritales, alcanzando un monto anual equivalente al 22,1 % de todos los ingresos corrientes de la Administración Central. Dicho déficit se originó en buena medida en las restricciones impuestas a la movilidad por cuenta de la pandemia, así como por el descenso voluntario en la demanda.

Ante la mitigación de la emergencia sanitaria, situación que podría regular la demanda sobre el SITP a un número de usuarios previsible, a la Veeduría le preocupa que la Administración Distrital proyecte un déficit para el lapso de 2022 a 2025, en valores superiores a dos billones de pesos, con un monto crítico para 2023 de $ 2,7 billones.

Dado que para superar los problemas financieros del sistema se hace prioritaria la atracción de usuarios al sistema mediante acciones concretas, y que los ciudadanos tienen preocupaciones específicas sobre la movilidad, la Veeduría recomienda:

-Dado que la problemática más sentida corresponde a los prolongados tiempos de desplazamiento diarios, mejorar el indicador de velocidad en el transporte público puede ser el factor más importante a la hora de atraer demanda, sin obviar condiciones de comodidad y seguridad.

-Se deben gestionar avances en materia de seguridad en el sistema, atendiendo con énfasis prioritario la seguridad física de las mujeres. Gestiones innovadoras en este sentido podrían fomentar el uso del servicio por parte de este grupo poblacional.

-Debe continuar garantizándose suficiente presencia policial en el SITP, siendo este un elemento disuasorio de la delincuencia dedicada al hurto.

-Debe estudiarse la posibilidad de promover mayores tarifas diferenciales focalizadas a poblaciones vulnerables, evitando poner en riesgo presupuestal al sistema, teniendo en cuenta que el desbalance financiero conlleva a reducir la calidad en la prestación del servicio, lo que a su vez originaría más desplazamiento de la demanda.

-En aras de la sostenibilidad financiera del sistema, debe evaluarse la necesidad de compra de flota, ajustándose a los requerimientos de la demanda, y sin ser óbice para el recambio tecnológico que sea compatible con la mejora en la calidad del aire de la ciudad.

-Priorizar mayores esfuerzos para reducir el número de colados. El fenómeno debe ser mitigado de manera oportuna, focalizando las intervenciones en rutas y estaciones donde existe una mayor cultura del no pago.

Según lo explicó el ente de control, el impacto de los colados sobre el componente troncal se calcula en $ 15.011 millones de pérdidas al mes.

Finalmente, de acuerdo con la Veeduría, se debe analizar la factibilidad y, de ser posible, gestionar el mantenimiento de la cofinanciación de índole nacional, teniendo en cuenta los factores de cambio tecnológico que en la práctica se están adelantando con la renovación de flota.

Recientemente, SEMANA ya había advertido sobre el preocupante panorama financiero del sistema integrado de transporte en la ciudad.

En 2019, las validaciones de pasajeros en el sistema troncal ascendieron a 705,7 millones y en el zonal lo hicieron en 432,3 millones para un total en todo el sistema de 1,13 billones de validaciones.

Para 2020, en medio de los confinamientos y restricciones por la pandemia del covid-19, las validaciones en el sistema troncal se desplomaron 52,2 % a 337,2 millones, en el sistema zonal cayeron 45 %, y en todo el sistema bajaron 49,5 %.

En 2021, cuando Bogotá trató de regresar a la normalidad levantando paulatinamente las restricciones de la pandemia, se esperaba que la demanda de pasajeros se recuperara en igual medida, pero no fue así, dando un signo de alerta de la crónica enfermedad que puede estar afectando a TransMilenio.

El año anterior, las validaciones en el sistema troncal tan solo ascendieron 8,6% a 366,5 millones, pero retrocedieron 48 % frente al nivel de 2019. Lo que llama poderosamente la atención es que para 2021 las validaciones en el sistema zonal por primera vez superaron las del troncal, en una clara evidencia que las personas se bajaron de TransMilenio. En 2021 hubo 366,6 millones validaciones en el sistema zonal, subieron 55 % anual, pero caen 15 % frente a 2019. En el sistema en general, en 2021 las validaciones bajaron 35,5 %.

Esta drástica caída en las validaciones de pasajeros se traduce en menos ingresos para el sistema. El futuro es sombrío. Según la misma proyección que hace la subgerencia económica de TransMilenio, y que le fue entregada al concejal Ramírez Vahos, entre 2023 y 2032 el fondo de estabilización va a necesitar la increíble cifra de $ 20,9 billones.