El Gran Foro Colombia 2021 organizado por SEMANA tiene como protagonistas a varios expertos y analistas que abordan diferentes temáticas claves durante este año en el país. En uno de los paneles se habló sobre el movimiento de protesta social. Participaron la profesora Sandra Borda, de la U. de los Andes; Diego Molano, exdirector del Dapre y recién nombrado ministro de Defensa; y Mauricio Cárdenas exministro de Hacienda del gobierno de Juan Manuel Santos, bajo la moderación de Cristina Castro, editora general de SEMANA.

La profesora Borda señaló que desde hace varios años se viene manifestando inconformidad y habló de los posibles escenarios que puedan suceder. Dice que las personas han perdido representatividad en las instituciones y que esto no solo ha pasado en Colombia.

Según Borda, se han presentado dos formas de procesar ese descontento: la primera es por los populismos de derecha que ejemplificó Donald Trump en EE.UU., el cual dialoga con la insatisfacción ciudadana y que terminó con la toma del Capitolio. Mientras que la otra es la protesta social.

“En el proceso en el que estamos particularmente en América Latina, y en muchos lugares del mundo, la protesta social se estaba extendiendo como un fenómeno a lo largo y ancho del planeta para tramitar distintos tipos de agravios y demandas, pero se estaba consolidando como una forma de participación política”, dijo Borda.

Para este 2021 la profesora cree que la pandemia ha puesto presiones más fuertes sobre la demanda institucional y ha cerrado espacios democráticos por el hecho de estar confinados. Considera que lo más preocupante es que puede empujar a la protesta social a alternativas que no necesariamente pasen por la institucionalidad, por ejemplo en procesos electorales. Dice que el candidato que le hable y escuche la protesta social puede representar esas necesidades.

Diego Molano, recién nombrado ministro de Defensa y quien participó desde el Gobierno Nacional de las conversaciones que se llevaron con el Comité del Paro, habló de las prioridades que ha tenido el presidente Duque y comentó que se mantiene en que será el diálogo y la conversación para avanzar en el programa de desarrollo y conocer las inquietudes de los colombianos.

Mencionó que se han dado 36 espacios de conversación sobre siete temas esenciales. “Esa conversación versaba sobre las principales inquietudes que se plantearon a partir del 21 de noviembre sobre la juventud, sobre el crecimiento con equidad, sobre el medio ambiente, sobre los temas relacionados con la Paz con Legalidad y la lucha anticorrupción como temas centrales”, aseguró Molano.

Señaló que se ha mantenido la conversación con el Comité de Paro e incluso en medio de la pandemia presentaron un pliego de siete emergencias. “La conversación nacional fue un espacio en el que el presidente Duque escuchó y actuó”, enfatizó el ministro de Defensa.

Algunos de los ejemplos que dio Molano fueron con respecto a la discusión que se ha dado con los jóvenes. Según dijo, se tomaron decisiones, por ejemplo en la ley de crecimiento, para que el sector incorpore gente joven a su nómina, también se sacó un decreto para vincular al sector público a jóvenes sin experiencia. Actualmente hay unos 17.000 vinculados gracias a este proceso.

“Esa conversación sirvió para entender de una mejor parte al Gobierno, para acelerar programas o para crear otros”, afirmó Molano. Dijo que es importante que las preocupaciones durante la pandemia fueron tenidas en cuenta, sabiendo que cambió las condiciones y objetivos que tenía el Gobierno. Resaltó que uno de los programas que salió de esa conversación fue Ingreso Solidario.

Por su parte, el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas señaló que “la protesta social llegó para quedarse”, ya que no se trata de un fenómeno pasajero ni se podrá olvidar, no solo en Colombia sino en todo el mundo.

“Refleja dos realidades: primero, unas democracias más activas en las que se han abierto los canales de comunicación y de diálogo, y por supuesto, unas sociedades que están con más interés en participar en el debate político. Es una nueva realidad con la que tenemos que convivir”, comentó Cárdenas.

Aclaró que hay diferentes formas en las que se presenta la protesta social. Comparó el caso de Colombia y Bolivia, que en ese país derivó con el triunfo del candidato de la oposición. También resaltó el caso de Chile que terminó en una asamblea constituyente.

En el caso colombiano dijo que la protesta social fue el canal por medio del cual se transmitieron varias de las necesidades, especialmente en medio de la pandemia. “El Estado respondió las necesidades que le generó la pandemia y eso dio, como lo comentaba Diego Molano, le dio al Estado la capacidad que había dado respuesta a las necesidades que había generado la protesta social en 2019″.

Sobre lo que pueda venir en este 2021, Cárdenas reconoció que los factores objetivos de descontento han aumentado por la crisis de la pandemia. Aunque también reconoció que el Estado se ha reivindicado porque ha sido el gran protagonista y actor en medio de la crisis.

“Si había escepticismo sobre la función del Estado y era blanco de críticas, hoy la sociedad entiende que el Estado realmente es la única forma para responder muchas necesidades. El Estado es visto con más legitimidad”, afirmó el exministro.

Para el exministro, la protesta social de 2021 podría enmarcarse en el proceso electoral que se viene en el país, en medio del fin del mandato del presidente Duque y las diferentes alianzas. La otra opción que refleja es que el proceso electoral en sí mismo es el que se convierte en el escenario de discusión. El problema de este panorama, según Cárdenas, es que se podría generar caos si se dan los dos escenarios al mismo tiempo, en el que se presente protesta social y un fuerte debate electoral.

“Puede haber intención de algunos sectores políticos de conjugar protesta social con proceso político electoral para generar más desorden, para generar caos, para generar una situación donde se pueda producir algún rédito político”, aseguró el exministro.

Agregó que la situación de Colombia es que necesita mejorar el debate político que ayude a mejorar las políticas públicas, es decir, que la protesta social no sea un factor de violencia, división y caos, sino que se convierta en un canal en el cual se puede dialogar entre el Estado y la sociedad.