La quinta fue la vencida. Este lunes, 15 de septiembre, la Fiscalía General le imputó cuatro delitos en calidad de determinador al exembajador de Colombia en Ghana, Daniel Garcés Carabalí.

Durante su intervención, la fiscal primera delegada ante la Corte Suprema de Justicia señaló que Garcés Carabalí ejerció actos de violencia de manera sistemática en contra de su pareja sentimental y sus hijos menores de edad.

Según el ente investigador, Garcés, quien estuvo en la Embajada de Colombia en Ghana durante dos años, protagonizó hechos de violencia física y psicológica contra Beatriz Niño.

Los actos de violencia física, sexual, económica y psicológica se extendieron durante catorce años. “Usted, de manera dolosa, la ha agredido de todas las formas posibles. Dañó la imagen de Beatriz en contra de sus hijos”, expresó la delegada del ente investigador en la imputación ante el juzgado de control de garantías.

“Durante el embarazo de sus dos hijos, Beatriz percibió varios episodios de infidelidad de su parte, es decir, de usted, señor Daniel Garcés Carabalí. Esto, sin duda, empezó a deteriorar la relación porque usted, Daniel, siempre quiso hacerle creer que eran situaciones producto de su imaginación y porque, según usted, ella estaba loca”, detalló la fiscal.

Esta situación generó varias discusiones al interior del apartamento que compartían en el norte de Bogotá. “Pese a esto y a las constantes discusiones que tenían, Beatriz siguió conviviendo con usted. Desde el inicio de la relación y como trabajaban en temas afines, usted, Daniel, comenzó a criticar laboralmente a Beatriz por la forma en que ella ejercía sus cargos”, indicó la fiscal.

Entre estas críticas en el aspecto profesional se destacan cuestionamientos a su gestión, funciones y resultados, lo que representó un menoscabo y menosprecio por su trabajo. “Según usted, ella no conocía la historia de las comunidades afro y no era experta en derechos humanos. Incluso, llegó a desestimarla por el simple hecho de no haber estudiado en el exterior”, subrayó el ente acusador.

Además de esta humillación emocional, en septiembre de 2016 Garcés Carabalí la agredió, según la imputación de la Fiscalía, físicamente: “Usted increpó a Beatriz porque se tomó una foto en vestido de baño y cuestionó sus méritos profesionales, al punto de decirle que estaba en el cargo de asesora en la superintendencia de notariado y registro por tener una relación sentimental con su entonces jefe”.

Este acto se registró en presencia de los dos hijos menores de edad de la pareja. “Usted comenzó a empujarla, la cogió del cuello y la golpeó en un brazo. Al día siguiente, Beatriz fue a la Comisaría 11 de Familia de Suba para denunciar lo ocurrido”, sin embargo, por las presiones decidió retirar esta acción judicial.

Dos meses después, se presentó otra agresión física en contra de Beatriz Niño. “Como si no bastara la violencia física y psicológica que hasta entonces había ejercido hacia Beatriz, también existió violencia económica”, afirmó la fiscal.

Este hecho se refiere específicamente al momento en el cual Garcés aspiraba al Congreso de la República. “Bajo la excusa de hacer campaña, usted asistió sin Beatriz al Carnaval de Barranquilla. Fue a través de un mensaje de texto que ella se enteró de que, durante el fin de semana, usted sacó, sin el consentimiento de Beatriz, aproximadamente un millón quinientos mil pesos de su cuenta, dejándole solo cincuenta mil pesos”.

Según la Fiscalía General, en varias oportunidades Daniel Garcés Carabalí ya había dispuesto de manera abusiva e injustificada del dinero de su pareja sentimental: “Cuando visitaban a su familia, usted los invitaba a comer o a salir con la plata de Beatriz. Le decía: ‘Paga, nena’, pero nunca le devolvió o pagó el dinero gastado”.

A mediados de 2017, la situación se empezó a tener otros matices de abuso. En esa oportunidad, “luego de recibir su título doctoral, usted, señor Daniel, empezó a revisar los mensajes vía WhatsApp de Beatriz. Todo porque usted seguía sosteniendo que ella mantenía una relación sentimental con su entonces jefe. Era tal su ejercicio de dominio y control”.

“En 2018, durante su campaña al Congreso, usted se distanció de su familia bajo la excusa de estar trabajando. Esta situación supuso reclamos de Beatriz en torno a la necesidad de la unión familiar, así como frecuentes discusiones entre ustedes. Con todo, en lugar de resolver los problemas por la vía del diálogo, usted —en varias oportunidades— continuaba respondiendo con golpes y agresiones verbales”, precisó la fiscal.

Siempre la trató de ‘puta o perra’ y le decía que se le insinuaba a los hombres, criticaba su físico y la forma en que vestía. Durante el 2018, empezaron a presentarse episodios de violencia sexual que perduraron incluso hasta cuando se separaron en el 2021”.

Según las pruebas testimoniales, cuando llegaba a casa bajo los efectos del alcohol, ejercía presiones para tener relaciones sexuales.

“Ella se negaba enfáticamente, pero usted comenzaba a quitarle la ropa, le decía: ‘Ya deje de joder’ o ‘venga que usted es mi mujer’ y la penetraba sin su consentimiento”.

Esto llevó a Beatriz a pedir el acompañamiento y protección de su núcleo familiar, pues temía estar a solas con Garcés. “Era la única forma de sentirse segura y evitar sus maltratos. Desde entonces, se volvió excepcional que durmieran en el mismo cuarto. Frecuentemente, durante las discusiones, usted le pegaba cachetadas y la apretaba del cuello.

El exembajador de Colombia en Ghana, Daniel Garcés Carabalí. | Foto: Rama Judicial

Esta violencia física y psicológica llevó a que Beatriz Niño cambiar su forma de vestir y estilo de maquillarse: “Por el temor que usted le infundía. Las agresiones se redujeron con la presencia de la mamá de Beatriz en la casa, pero desafortunadamente ella falleció en septiembre de 2018. A mediados de 2019, Beatriz fue nombrada subdirectora de procesos agrarios y gestión jurídica en la Agencia Nacional de Tierras".

“En lugar de alegrarse por el logro profesional de su pareja, usted una vez más lo desmeritó y consideró que fue producto de una supuesta relación sentimental”, anotó el ente acusador.

Los hechos de agresión continuaron durante la pandemia: “Ya para entonces, la relación estaba completamente rota. Ella siguió durmiendo con los niños para no tener ningún tipo de confrontación con usted. Cuando se flexibilizaron algunas medidas del aislamiento, Beatriz procuró que la niñera, Claudia Araminta Bermúdez Morales, se quedara los fines de semana en la casa por el temor que sentía hacia usted”.

A medida que se iban levantando las restricciones por la pandemia, Garcés revivió sus cuestionamientos a su pareja sentimental por asistir a eventos.

La separación no fue el final de los problemas, esto debido a que siguió buscándola, para lo cual ejerció todo tipo de presiones: “Usted siempre buscó la manera de recuperar la relación amorosa, pero lo hizo apelando al maltrato y continuando con los ultrajes emocionales y psicológicos, así como a cuestionarla y criticarla en su rol de madre. Llegó incluso a inventar que el hermano de Beatriz, el señor Carlos Niño, vivió en Dara y su amiga, Mónica María Rodríguez, les había hecho brujería para separarlos. Todo con el fin de menoscabar su autonomía, su decisión libre y voluntaria de dejarlo, porque usted sabe que ella le tiene temor a ese tipo de creencias”.

Los testigos fueron reiterativos en señalar que Beatriz Niño no quería retomar la relación: “Usted empezó a enviarle mensajes denigrantes a través de WhatsApp. La seguía tratando de ‘perra, puta o vagabunda’, porque según usted, ella estaba liberada y dejando en un segundo plano su familia para estar con otros hombres. Criticó el hecho de que a su edad decidiera estar soltera, como si el proyecto de vida de una mujer tuviera que estar ligado a un hombre”.

Esto continuó con seguimientos, presiones y amenazas. Para lo cual, incluso, utilizó a sus dos hijos menores de edad, instrumentalizándolos para generar el regreso de Beatriz: “Usted los instrumentalizó para hacerla sufrir. Los convenció de que se quedarán a vivir en Ghana apelando a los privilegios que tenía siendo embajador y dañando el vínculo afectivo entre madre e hijos, induciéndolos a creer que Beatriz los descuidaba y maltrataba, todo con el fin de lastimarla y separarla de ellos. Además, con este comportamiento, usted ha violentado psicológicamente a los niños, los ha manipulado para cambiar la percepción que tienen de su madre, diciéndoles que ella los descuidaba por estar trabajando de parranda o con su nueva pareja”.

Por esto, la Fiscalía General le imputó al exembajador de Colombia en Ghana los delitos de violencia intrafamiliar, acceso carnal violento agravado, fraude procesal y ejercicio arbitrario de la custodia del hijo menor de edad.

Tras la pregunta del juez de control de garantías, Garcés Carabalí manifestó que no aceptaba dichos señalamientos pues “no existieron”.