Pacientes del Hospital Carlos Holmes Trujillo, ubicado en la calle 72U #28E-00, en el oriente de Cali; protagonizaron un bochornoso episodio este lunes.

Mientras esperaban el turno para ser atendidos y posteriormente les dieran la fecha de una próxima cita, ya sea con especialista o medicina general, algunos dañaron la entrada del establecimiento, protestaron e indicaron que no iban a hacer la fila.

El escandaloso momento rápidamente fue grabado y viralizado en redes sociales. La grabación da cuenta de la aglomeración que se presentó en el lugar. Incluso, se escucha a algunos usuarios asegurar que se quejaron porque llevaban varias horas esperando.

“En un hospital no puede haber desorden”; “desde las 5:00 a. m. estamos esperando un turno. Esto no puede funcionar así”, se escuchó manifestar a algunos ciudadanos.

Luego de conocerse la denuncia, personal de la Secretaría de Salud de Cali arribó hasta el lugar para controlar la situación. Asimismo, la titular de esta dependencia llegó hasta el hospital para hablar con los pacientes.

“El equipo de la Secretaría fue quien lideró la organización del ingreso y las filas, donde se encontraban más de 350 personas, dando prioridad a niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Ante la situación, en la que la Empresa de Salud del Estado (ESE) no tenía priorizadas citas ni ingreso, se hace el llamado a una mejor planeación en la prestación de servicios, estableciendo priorización en las filas y haciendo uso de canales virtuales, para evitar estos hechos ya recurrentes”, indicó la Secretaría de Salud en sus redes oficiales.

Asimismo, la líder de atención al usuario, Faride Flórez, dio su versión de lo ocurrido. “El día de hoy, como de costumbre, íbamos a asignar las citas de especialistas y medicina general”, dijo.

Aseguró que aproximadamente 10 usuarios llegaron en el momento de hacer la apertura a las 6:00 a. m. a decir que no iban a hacer la fila y que ellos iban a ingresar.

“¿Qué pasó en ese momento? Los usuarios que venían haciendo la fila no lo permitieron, se salieron, obstaculizaron la entrada y se pararon en la reja a no dejarlos abrir la puerta. En medio del forcejeo, se dañó la chapa, por eso en ese momento no pudimos hacer la apertura; nos tocó llamar a la Policía para que nos apoyara, ya que los usuarios que no querían hacer la fila no nos permitieron el ingreso de las personas que ya estaban en listas para su ingreso”, agregó.

Rifirrafe entre Ospina y funcionario de la ESE Oriente

Cabe recordar que, solo hace unas semanas, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez, sostuvo una fuerte discusión con el gerente de la Empresa de Salud del Estado (ESE) Oriente, Óscar Ipia.

El fuerte cruce de palabras ocurrió durante una reunión que el mandatario y la secretaria de Salud, Miyerlandi Torres, sostenían con la junta directiva de la ESE Oriente.

Tanto Ospina como Ipia se olvidaron de que estaban siendo observados en vivo a través de una transmisión en el Facebook de la Alcaldía de Cali y se sacaron los ‘trapos al sol’. Se dijeron de todo.

El alcalde, tras una intervención, le dio la palabra al gerente, quien en su turno manifestó que el mandatario estaba “desviando la información” y “redirigiendo la presentación” que estaba haciendo sobre el perfil epidemiológico de la zona de cobertura de la ESE Oriente. Inmediatamente, Ospina lo interrumpió para contradecirlo y decirle que él también sabía del tema que se estaba discutiendo.

“Venga, viejito, que yo tengo experiencia en esto. Lo primero que te estoy diciendo es que los entornos que nos has presentado son mucho más una oportunidad que un problema, entonces preste atención”, aseguró Ospina, quien de profesión es médico y en el pasado ocupó la dirección del Hospital Universitario del Valle (HUV), a lo que Ipia respondió: “Yo también tengo experiencia y no he dicho que sean un problema, lo que presentamos demuestra que sí conocemos el territorio, entonces no venga a desvirtuar lo que estamos haciendo”.

Estas últimas palabras de Ipia terminaron de calentar aún más los ánimos del mandatario caleño, quien acabó amenazando con dar por terminado el espacio. “Aquí nadie está desvirtuando nada, respéteme, viejo, porque sino levanto esta junta y levantamos esta relación; porque yo no le he dicho eso”, puntualizó Ospina ofuscado, tanto que el gerente de la ESE Oriente le pidió respeto y que no le alzara la voz.

“Usted es el alcalde, pero a mí me respeta”, repitió Ipia en varias ocasiones. El ambiente se crispó de nuevo y los demás asistentes a la reunión pidieron orden. Sin embargo, se vendría un nuevo repunte en el rifirrafe. “Esto es así, esto (la ESE) es un activo público, escuche y deje hablar...”, apuntó Ospina, mientras que Ipia le pedía que no lo callara y que lo dejara intervenir: “Vámonos al respeto, señor alcalde”, solicitó el gerente.

Finalmente, los ánimos se calmaron un poco y el alcalde terminó exponiéndole a Ipia lo que en realidad quiso decir antes de que iniciara la confrontación. Luego, le cedió la palabra a uno de los miembros de la junta directiva y la reunión continuó su curso.