A tan solo cuatro horas de la ciudad de Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, se encuentra el municipio de Tibú, uno de los territorios pertenecientes a la subregión del Catatumbo con mayores problemas de orden público, donde los que reinan son las disidencias de las Farc.

Este lugar parece un pueblo fantasma. La misma comunidad lo llama “la tierra de nadie”, porque ni siquiera el alcalde puede gobernar en su despacho. El acceso a este territorio es crítico, hay zonas que parecen trochas y es por ello que para entrar se debe pasar por unos “peajes comunitarios” y dar un aporte solidario sin saber en qué se invierte.

Peaje Ilegal. Vía Cúcuta-Tibú. Catatumbo-Norte de Santander. | Foto: Juan Carlos Sierra

Allí, el pasado domingo 8 de octubre, hubo un primer encuentro de la Mesa de Diálogo de Paz entre el Gobierno nacional y el Estado Mayor Central de las Farc-EP. Sin embargo, fue hasta el 16 de octubre que se oficializó, mediante un decreto, el cese al fuego entre el Ejército, la Policía y las disidencias.

Ante este evento, el alcalde de Tibú, Nelson Leal, volvió con guardaespaldas a su territorio poblado por unas 60.000 personas, donde se mostró muy optimista por esta iniciativa de paz.

Instalación de los diálogos de paz entre el Gobierno y el EMC de las Farc. | Foto: SEMANA

“Vemos a la gente feliz. Para nosotros esto es una garantía de que se firme por primera vez un cese de hostilidades bajo un decreto y que realmente esto represente la paz total en territorio”, dijo el mandatario de los tibuyanos.

Así mismo, el alcalde, quien despacha desde la ciudad de Cúcuta por falta de garantías de seguridad tras haber recibido constantes amenazas en su periodo de gobierno, mencionó que luego de esta mesa de diálogo podría volver a gobernar en su territorio.

“Si sigue la situación como va y se siguen dando las garantías, esperamos que esto continúe. Realmente, quiero pedirle al Gobierno nacional que llegue la inversión y los entes territoriales como la Fiscalía, el Juzgado, la Procuraduría, Migración, Defensoría, entre otras organizaciones que hoy no tenemos en el municipio”, detalló Leal en SEMANA.

Nelson Leal, alcalde de Tibú. | Foto: Dubán Villamizar - Semana

Lo cierto es que la Alcaldía de Tibú brilla por su ausencia mientras la pintura de la fachada se cae a pedazos. El mandatario no se ha vuelto a ver desde ese 8 de octubre en su municipio, pues le tocó salir corriendo tras ser abucheado por su pueblo.

En este territorio no hay seguridad, ni mucho menos control en las calles, tampoco hay sede de la Defensoría del Pueblo, juzgados, ni de la Fiscalía General de la Nación, toda vez que la encargada de ese despacho fue asesinada en 2021 mientras tenía en su poder más de 400 casos, los cuales en su mayoría eran sobre narcotráfico y rebelión.

Grafitis ELN. Tibú. Catatumbo-Nortre de Santander | Foto: Juan Carlos Sierra

Policía y Ejército patrullan por unos minutos el municipio, llegan hasta el parque principal, requisan a unos que otros motorizados y posan para la foto del registro, luego se vuelven a resguardar en la estación hasta el otro día.

Tibú, Norte de Santander. | Foto: juan carlos sierra-semana

Mientras que Andrey Avendaño, jefe de la delegación del EMC Farc para la Mesa de Diálogo de Paz, parece un “dios” cuando camina por las calles tibuyanas rodeado de la Guardia Campesina. La comunidad lo saluda con confianza mientras otros pareciera que lo idolatran.

El jefe de la delegación indicó que están satisfechos de los acuerdos que han alcanzado, por lo que tienen expectativa en ver qué pasará de ahora en adelante. “Todos estamos convencidos de que es importante ya colocar a andar este espacio de la mesa de diálogo para abordar todos los problemas que enfrenta el país”, dijo.

Llegada de Andrey Avendaño al encuentro. | Foto: Semana

Lo que se acordó el 16 de octubre fue continuar con el proceso de paz y ponerles freno a todas las operaciones militares contra el Estado Mayor Central de las Farc a partir de la medianoche del 17 de octubre. Desde ese día, se dio por terminada la fase exploratoria y de alistamiento, dando paso formalmente al inicio del proceso de paz con la formalización de los diálogos.