Las fuertes precipitaciones siguen azotando a las poblaciones antioqueñas. En las últimas horas, siete municipios reportaron emergencias producto de las lluvias que se descargaron sobre el departamento. Además, la cifra de víctimas mortales por eventos naturales escaló a cincuenta y dos, de acuerdo con el reporte de la Gobernación.

Una creciente súbita del río Apartadó le cobró la vida a un hombre de 45 años, identificado como Cristóbal Meza, que estaba cruzando por el afluente cuando el nivel del caudal tomó fuerza sorpresivamente. En consecuencia, el caudal lo arrastró varios metros por la vereda La Unión de este municipio del Urabá antioqueño.

En circunstancias diferentes, otras dos personas fallecieron en las aguas del río de Cisneros y en la represa de Guatapé, importante sitio turístico del oriente del departamento. Según el informe de los organismos de socorro, ambos cadáveres fueron hallados con signos de ahogamiento durante este fin de semana que incluyó un festivo.

En lo que va corrido de este año, otras 51 personas han muerto por eventos asociados a las lluvias. Los escenarios que han generado los incidentes son movimientos en masa, inundaciones, crecientes súbitas, caída de árboles, tormentas eléctricas y avenidas torrenciales. Entre las víctimas hay menores de edad y adultos mayores.

Tal como lo anticipó el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), desde el viernes 24 de agosto el agua no paró de desprenderse en esta región del país. En el suroeste, occidente, Valle de Aburrá y Bajo Cauca se registraron estragos.

En el municipio de Chigorodó se presentaron inundaciones en las veredas Guapa, El Dos, Guapa León y Unión Parcelas. En Apartadó ocurrió el desbordamiento del río Vijagual, que afectó a algunas viviendas de los barrios El Bosque y La Esmeralda. Mientras que en Carepa el agua inundó las zonas rurales de Bocas de Chigorodó, Las Flores y Eucalipto.

En el Bajo Cauca también hubo emergencias por las altas precipitaciones. En El Bagre se salieron de cauce los ríos Nechí y Tigüi, donde 450 familias perdieron productos y enseres de sus hogares. El río Nechí también causó inundaciones en Zaragoza afectando a 192 casas donde el agua se filtró, arrastrando las pertenencias de las personas.

En Uramita se registró la pérdida de la calzada en el kilómetro 2 de la vía departamental que comunica a este municipio con Peque. Una vivienda colapsó y dos fueron evacuadas. La Secretaría de Infraestructura de Antioquia atiende la situación para recuperar la carretera que ya empieza a sumar pérdidas para los comerciantes.

Finalmente, en Dabeiba se reportó la suspensión del suministro de agua potable del casco urbano por una socavación generada por la creciente del río Sucio. Según el informe del consejo municipal de gestión del riesgo de desastres, la empresa de servicios públicos está trabajando para restablecer la provisión del acueducto en esta población del occidente.

El director del Dagran, Jaime Enrique Gómez, explicó que el fenómeno de La Niña estará presente en la segunda temporada de lluvias que iniciará en las primeras semanas de septiembre por lo que se esperan fuertes precipitaciones, escenario que enciende nuevamente las alarmas ante las amenazas de emergencias naturales.

“Nosotros venimos preparándonos de manera coyuntural con la asistencia y la asesoría técnica fortaleciendo a los municipios en los instrumentos de gestión del riesgo para la planificación del territorio (POT, planes municipales de gestión del riesgo, fondos municipales, entre otros)”, afirmó el funcionario de la Gobernación de Antioquia.

De igual manera, la entidad empezó a trabajar con maquinaria especializada para darle capacidad hidráulica a las cuencas hídricas y mitigar el riesgo por las inundaciones, común denominador de los pueblos que están ubicados al pie de los ríos y quebradas.