Se siguen conociendo detalles de la tragedia que enluta a Colombia: 34 personas fallecieron en medio de un deslizamiento de tierra en el departamento de Risaralda. Testigos relataron en SEMANA las maniobras que hacen para recatar los cadáveres.

Después de las seis de la mañana de este 4 de diciembre entró una llamada a la línea de emergencia de la Policía Nacional donde se dio cuenta de un lamentable suceso: una montaña se desprendió sobre tres carros y una motocicleta en Pueblo Rico.

Nueve personas lograron esquivar la lluvia de piedras, mientras que más de 35 quedaron atrapadas. La mayoría de las víctimas se movilizaban en un bus de servicio público que salió de la terminal de transporte de la ciudad de Cali, con destino a Condoto, Chocó.

Los primeros en reaccionar fueron los propios ocupantes. Como pudieron, se quitaron las latas que tenían encima y corrieron antes de que la peña cayera por completo. Luego llegaron los organismos de socorro que empezaron a trabajar para buscar vidas.

Una niña de aproximadamente 8 años, identificada como Saray, salió respirando desde el interior de la montaña, en la zona lo calificaron como un milagro. Con un llanto pausado dio cuenta del dolor y la impresión que la causó la lamentable emergencia.

Los paramédicos la montaron en una ambulancia y la trasladaron de urgencia hacia el centro hospitalario del pueblo. En medio del recorrido, los signos vitales de la menor de edad empezaron a caer. Tuvieron que pasar un par de segundos para morir.

La esperanza de encontrar personas con vida se fue derrumbando con el paso de las horas. Los bomberos, vecinos, policías y familiares de los desaparecidos empezaron a llegar al sector: con sus manos arrastraban las piedras que los sorprendió en el viaje.

Luis Emilio Vélez hizo presencia en la zona cuando le advirtieron que uno de los suyos estaba atrapado. Se transportó hasta Pueblo Rico, se ubicó a un pie de la montaña y alentó a los rescatistas para hallar esperanza en medio de la tragedia.

Mostró optimismo porque, a las primeras horas del día, las autoridades estaban trabajando insistentemente. Pero más tarde se tuvieron que suspender las activades porque las lluvias amenazaban con desprender otra parte de la peña.

“Lo que nos duele es que en la mañana estaban trabajando muy bien, pero todo se entorpeció cuando llegó la gente de afuera. Hasta la una de la tarde se escucha a gente pidiendo ayuda”, él se refiere a los especialistas en labores de rescate.

Con la luz del trágico domingo se recuperaron otros dos cuerpos sin vida: Guillermo Ibargüen Arboleda, de 44 años, que logró sacar a su hijo por una ventana, él se recupera en una clínica de Pereira; y Samuel Elías Ayala Benítez, de 22 años.

Otra de las escenas estremecedoras la atestiguó el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo. Desde la cima se sintió respirar a una pequeña niña de aproximadamente ocho años, mientras se aferraba con sus brazos a un cadáver.

“Se nos ha informado que hay tres personas con vida y una de ellas es una menor que está abrazada a su madre, quien desafortunadamente murió”, afirmó el mandatario regional desde el sitio donde ocurrió la emergencia que hoy llora todo el país.

Como un gotero empezaron a aparecer los cadáveres. Primero fueron 10, luego 15, más tarde 19, después 29 y, preliminarmente, se reportó el fallecimiento de 36. De acuerdo con los organismos de socorro, solo se encuentra desaparecida una persona.

En la lista de víctimas mortales están los nombres de Diana Rosmira Rivas, Gabriel Jaime Pulgarín, Cristián Camilo Vélez, Marlín Daniela Ruíz, Rosa Emilia Mosquera, Ana Joaquina Valencia, Jorge Luis González Victoria, Juan David Ruíz Mosquera y Kevin Yoel Lozano.

Deslizamiento de tierra en Risaralda. | Foto: Cortesía: UNGDR.