La Concesión Vial de los Llanos (CVLL) desarrolla el proyecto malla vial del Meta, que “incluye el mejoramiento, operación y mantenimiento de los corredores viales Villavicencio-Acacías-Guamal-San Martín-Granada y Villavicencio-Puerto López-Puerto Gaitán”. El 91,9 de la composición accionaria es controlado por el Grupo Argos a través de Odinsa, su vehículo de infraestructura (https://cllanos.co/qsomos).
Esta IP (iniciativa privada) es una continuación de la concesión Autopistas de los Llanos, que finalizó en 2013. Odinsa tuvo que proponerla tras perder una demanda contra la ANI con la que pretendía alargar el negocio inicial solo con el agregado del mantenimiento de la carretera de Villavicencio a Puente Arimena.
Se le adjudicó la IP en 2015 bajo los mismos términos propuestos por CVLL como originador, sin ningún contendor. Es el mismo esquema de la IP Conexión Centro, que Odinsa busca prorrogar por 30 años más para las Autopistas del Café (Armenia-Pereira-Manizales + el corredor vial Calarcá-La Paila).
En la mencionada IP del Meta, Odinsa prometía múltiples obras, entre otras, extender la carretera hasta Puente Arimena. Sin embargo, a pocos meses de iniciada, encontró que sus modelos de proyecciones de tráfico estaban errados, por lo que solicitó una renegociación. Fue negada por la ANI, ante lo que interpuso una demanda que perdió en 2019 en un tribunal de arbitramento, el cual dictaminó que el concesionario debía asumir el “riesgo de tráfico” con su patrimonio.
Vale recordar que, en las Autopistas del Café, el fallo fue contrario al reclamo que en 2016 el vicepresidente Germán Vargas promovió por la posible manipulación que Odinsa hacía del modelo financiero. El consorcio ganó y se quedó con la concesión hasta febrero de 2027.
A pesar del triunfo en el Meta, la ANI, de forma insólita, en lugar de cancelar la concesión y multar a CVLL, cedió a las pretensiones y redujo el alcance de la IP. Firmó el otrosí n.º 10, que redefinió el proyecto en una maniobra ilegal, pasando por encima del principio de que –en cuanto a una IP– las obras se fijan con precisión para cumplirlas, dado que el “originador” o “proponente” tiene ventajas significativas.
No puede ser que, como ganadores, una vez adjudicada la obra, a los consorcios se les mejoren las condiciones de forma sustancial. Las Autopistas del Café, sin ser IP, tuvieron lucrativos cambios notorios en el transcurso de 1997 a 2025, como la adición del tramo Calarcá-La Paila y la elevación a siete del número de peajes, que optimizaron las ganancias.
En el Meta, la propuesta adjudicada cubría un total de 357 km (mantenimiento, mejoramiento y construcción de algunos tramos de vía nueva) y la pavimentación del trayecto Puerto Gaitán-Puente Arimena. El otrosí 10, que como se dijo fue contrario a lo dictado por el fallo, disminuyó el alcance total de la IP a 267 km mediante la construcción de apenas 7 km de vía nueva y 26 km de segunda calzada.
La malla vial del Meta no tuvo obras de mantenimiento durante ocho años, lo que no fue óbice para cobrar los peajes, por los que ya acumula más de 1 billón de pesos, y apenas a finales del 2022 inició unas obras mínimas. Cabe mencionar que el director de la ANI, que otorgó tan generoso otrosí, es en la actualidad asesor jurídico de Odinsa.
Para sorpresa de todos, hace poco CVLL interpuso otra demanda contra la ANI porque atribuye el hecho de que la obra solo vaya en el 19,6 por ciento –cuando debería estar en el 80 por ciento– a la justa protesta comunitaria que por el abandono ha sido constante en el último año y medio y que obligó a tener la vara levantada en varias estaciones (Mora, D., La Silla Vacía, 5/8/25). A paso de tortuga y con invenciones, busca prolongar todavía por más años su monopolio IP.
Narrar esta historia ayuda a la reflexión de autoridades, “fuerzas vivas”, políticos y diversas personalidades de Risaralda, Caldas y Quindío, algunas “enmermeladas” por Odinsa, que se pronuncian en pro de la IP Conexión Centro, que tiene condiciones de apropiación aún más inicuas que las del Meta, como se mostró en un foro reciente en el Congreso.
Quieren entregar por 30 años más las vías regionales, aunque allí solo se gastarían 20 de cada 100 de los pesos recabados por peajes, que hoy cobran un dólar por cada 8 kilómetros recorridos. Odinsa lo disfrutará con un socio extranjero: el fondo Macquarie.
La experiencia del Meta sirve de enseñanza al Eje Cafetero sobre la IP Conexión Centro. Tal como le escribió Juan Guillermo Ángel Mejía, presidente de la veeduría de Autopistas del Café, a Petro: “Negocios tan lucrativos que atraen, como las moscas a la miel, hasta a capitales internacionales que no se dedican precisamente a hacer obras de caridad”.