“Después me hago el autoexamen”, “Después voy a la mamografía”, “Después me hago los chequeos”. La palabra “después” se ha convertido en uno de los objetivos a vencer en el cáncer de mama, pues, como lo advierten los expertos, no se puede seguir usando como excusa para no realizarse exámenes preventivos ni para un diagnóstico oportuno.
Este tipo de cáncer es uno de los que en Colombia registra más casos en mujeres y, en el mes de octubre, conocido como el mes rosa, las campañas para concientizar y visibilizar la importancia de entender los factores de riesgo y mantener los controles regulares son claves.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada minuto cuatro mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama a nivel mundial y, en Colombia, las cifras preocupan: en 2023 se registraron 140.096 nuevos casos.
“Año tras año, casi 2.300.000 mujeres son diagnosticadas como nuevas pacientes con cáncer de mama en todo el mundo, de 10 millones de casos nuevos que se presentan, quiere decir que eso es un tema muy importante”, dijo a SEMANA William Cubides Martínez, director ejecutivo de la Liga Colombiana contra el Cáncer.
Esta enfermedad sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres colombianas, mientras que en Latinoamérica es la neoplasia más común, con más de 462.000 nuevos casos y cerca de 100.000 muertes anuales en la región.
Es por eso que, durante el evento Rosa Fest, de la Fundación Instituto Natura Colombia y Avon, que se llevó a cabo este martes 28 de octubre y que contó con un panel de expertos de la Liga Colombiana contra el Cáncer y testimonios de pacientes, el llamado a las mujeres es a escuchar su cuerpo y a actuar “ahora”, ante cualquier signo o sospecha, para erradicar el “después”.
La mayoría de los casos que se están registrando es en etapa tardía, pues en las primeras fases de la enfermedad, este tipo de cáncer suele ser silencioso o asintomático. Además, la OMS estima que una de cada 12 mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida y que 685.000 mueren anualmente.
El reto para vencer las cifras: la tríada que salva vidas
En Colombia, la incidencia sigue alarmando. Según el doctor Cubides Martínez, “10.000 mujeres cada año son nuevas pacientes con este diagnóstico… y 4.200 mujeres que fallecen es el indicador más negativo de todos, porque no deberían estar muriendo tantas mujeres por esta enfermedad”.
“Desafortunadamente, llegan en etapa tardía. Entonces, tenemos un reto muy grande como país, como sociedad, como sistema de salud y también como actores del sistema, en hacer un compromiso para bajar esas cifras”, destacó.
Estos datos se pueden bajar con la tríada que salva vidas: la mamografía, el examen médico clínico —que debe realizarse cada cuatro años— y el autoexamen (una vez al mes).
Aunque la mamografía es para mujeres mayores de 50 años, Cubides Martínez dijo que hay países que ya la realizan rutinariamente desde los 40 años, “porque cada vez hay mujeres más jóvenes diagnosticadas con este tipo de enfermedad, incluso desde los 20 años”.
Pero también respecto al examen clínico, la dificultad radica para las que habitan en provincia, pues “la mayor parte de las zonas de nuestro país no tiene mastólogo y en muchas oportunidades no tiene ginecólogo, pero sí hay el médico general que puede hacer ese examen”.
El autoexamen “no es solo palpación”, sino “cualquier cambio que noten; incluso esa valoración visual la deben hacer todos los días frente al espejo y así detecten cambios en sus senos”.
Este tipo de cáncer también puede afectar en menor medida a los hombres: “Es menos del 1 % de los casos, pero se puede presentar. Y por eso en esta campaña les decimos a todos los hombres que tienen que querer y cuidar a sus mujeres, pero también tienen que quererse y cuidarse ellos”.
El director ejecutivo de la Liga también mostró su preocupación por cómo está actualmente la atención a las pacientes: “Hace unos días tuvimos una brigada en la ciudad de Tumaco y encontramos a una mujer que llevaba ocho meses esperando que le hicieran la mamografía, pero ya tenía cáncer de mama”.
“Nosotros, como Liga, llamamos a la reflexión al Gobierno nacional, a los gobiernos regionales y locales, y también a las EPS y a todos los actores del sistema de salud, como prestadores, porque nos debemos poner la mano en el corazón; toda la discusión política que se está dando ahorita son las vidas de las personas”, mencionó.
La directora de la Fundación Instituto Natura Colombia, Olga Lucía Sánchez, también resaltó la importancia de generar programas en el sistema de salud y “estrategias que disminuyan los tiempos de atención y de diagnóstico, para un tratamiento más efectivo y, obviamente, la importancia de la detección temprana como un aliado para el sistema de salud, porque una detección tardía es supremamente costosa”.
“Aprendí a priorizarme”
Ana Carolina Bastos Aristizabal le contó a SEMANA cómo fue diagnosticada en mayo de 2021, a sus 35 años:
“Un día, haciéndome el autoexamen, básicamente sentí una bolita y supe que tenía que pedir cita médica. Jamás pensé que podía ser algo maligno, jamás me imaginé que pudiera ser cáncer”.
Cuando salió el resultado de la biopsia, estaba en estado de negación; su mastólogo le explicó que tenía un carcinoma en estadio 3. Era un tumor de 4 cm.
Al entender lo que le estaba pasando, contó con el apoyo de su familia, investigó y también se contactó con la Fundación Instituto Natura, que la acompañó en este proceso:
“Eso también te ayuda como a asimilar la noticia, pero también te llena de muchos miedos, por lo que se viene. Entonces arranco la quimioterapia con mucho susto”.
“Luego me sometí a una mastectomía inicial del seno que tenía el tumor y, luego, me hice la mastectomía del otro”.
Aunque no está en remisión, cada seis meses se hace exámenes y sigue con un tratamiento de pastillas durante 10 años.
En su proceso ha conocido mujeres que, como ella, han luchado por vencer la enfermedad y otras que han partido, por lo que aseguró que “hay muchos casos de mujeres que hemos logrado salir y yo lo asemejo a volver a florecer”.
Describió los días en que, debido a la debilidad, le costaba levantarse de la cama y que hoy, en cambio de quejarse, agradece poder hacerlo:
“Ahora daría lo que fuera por poder levantarme de la cama, madrugar e ir a trabajar. Entonces, parte de ese proceso resignifica muchas de las cosas que uno da por sentadas”.
Ante los miedos que sintió, como perder sus senos en la mastectomía, destacó que con la quimioterapia perdió el pelo y sus cejas; ese episodio le dio fuerzas para entender que “tengo que soltar ciertas cosas” y estar tranquila para el siguiente procedimiento.
Sobre la muerte, confesó: “Yo siento que hice la paz, entendí que hace parte de la vida misma y que, si en algún momento llega, puedo estar completamente tranquila”.
Ahora, Ana Carolina busca ser una voz para otras mujeres, llamando la atención a que siempre se prioricen y atiendan su salud: “Yo no me priorizaba y aprendí a priorizarme”.