El astrofísico Avi Loeb sigue siendo uno de los expertos que más de cerca ha seguido el desempeño de 3I/ATLAS, con el objetivo de comprender finalmente de qué se trata este misterioso objeto interestelar que ha mantenido en vilo a la comunidad científica. Hasta ahora no se ha logrado una respuesta concreta sobre su naturaleza, en parte debido a las diversas hipótesis que lo rodean.
Para la NASA se trata de un cometa natural que, aunque presenta características poco convencionales, encaja dentro de esa clasificación. Sin embargo, otros investigadores —como el propio Loeb— insisten en que el cuerpo celeste podría esconder tecnología extraterrestre, una postura que ha generado interés entre los apasionados del tema.
Esta posición ha llevado a que el físico de Harvard provoque un amplio revuelo mediático. A través de distintas entrevistas ha respondido a las preguntas que más inquietan al público. En una reciente entrevista compartida en su blog de Medium para FOX 32 Chicago, Loeb se refirió sin reservas a la rueda de prensa que la NASA realizó el pasado 19 de noviembre para presentar las primeras fotografías obtenidas de 3I/ATLAS, un hecho que calificó como irrelevante: primero, por la baja calidad de las imágenes, y segundo, porque no mostraban nada que no se supiera ya.
Uno de los aspectos que destacó la agencia espacial es que no se habían encontrado señales de vida extraterrestre. Ante la pregunta sobre este punto, Loeb respondió: “La cuestión es que no se pueden encontrar firmas tecnológicas a menos que se las busque. Si piensas que es una roca, no estás buscando ninguna firma, y entonces no encontrarás nada. Es una profecía autocumplida”.
Como sustento, explicó que descubrió que la señal Wow! de 1977 provino de una zona cercana a la dirección de llegada de 3I/ATLAS, por lo que solicitó observar el objeto con radiotelescopios. MeerKAT analizó frecuencias similares a las de los teléfonos celulares el 5 de noviembre y no detectó señales provenientes del objeto, solo unas 23.000 interferencias humanas, estableciendo así un límite muy bajo para posibles tecnofirmas.
Loeb también criticó que algunos funcionarios esperan evidencia únicamente si algo llega a impactar la Tierra, y afirmó que el enfoque correcto es buscar activamente cualquier indicio tecnológico, como el posible calor no atribuible al Sol que, según él, el telescopio James Webb podría detectar en las próximas semanas.
Por otro lado, enfatizó que, hasta el momento, el objeto no ha mostrado ningún cambio significativo ni señales de que se esté dirigiendo hacia un planeta en particular, y que su ligera aceleración no gravitacional no resulta relevante.
De igual forma, recordó que será necesario esperar al 19 de diciembre, fecha en la que 3I/ATLAS tendrá su máximo acercamiento a la Tierra, para analizar con mayor profundidad distintos aspectos. “Recopilemos más pruebas y luego decidamos si se acerca más a ser anómalo como un objeto tecnológico o si tal vez se parecería a un iceberg”, afirmó.