La noche del 5 de noviembre dejó una postal inolvidable en el cielo con una luna llena que brilló con intensidad y recibió el nombre de “Luna del Castor”. Sin embargo, este espectáculo no marca el final del mes astronómico, pues representa el comienzo de una nueva etapa que traerá otro evento fascinante: la lluvia de meteoros Leónidas.
Un espectáculo celeste que regresa cada noviembre
Tras la superluna, los científicos han señalado que debemos prepararnos para el paso de las Leónidas, una lluvia de meteoros que cada año ilumina el firmamento en la segunda mitad de noviembre.
Según el portal especializado Star Walk: “Las Leónidas alcanzarán su máximo el 16–17 de noviembre de 2025, produciendo hasta 15 meteoros por hora bajo cielos oscuros. Conocidas por sus raras explosiones cada 33 años, las Leónidas son una de las lluvias de meteoros más espectaculares del año”.
Esta lluvia proviene de los restos del cometa Tempel-Tuttle, cuyos fragmentos se desintegran al ingresar a la atmósfera terrestre, generando destellos que parecen surgir desde la constelación de Leo.
Aunque su actividad suele ser moderada, se trata de una de las lluvias más esperadas por los aficionados, ya que en el pasado ha sorprendido con verdaderas “tormentas de estrellas” visibles desde gran parte del planeta.
“Pertenece a las grandes lluvias de meteoros, que son fáciles de observar incluso para los cazadores de meteoros inexpertos”, resalta Star Walk.
Lo que se espera de las Leónidas este año
De acuerdo con los especialistas, las Leónidas destacan no solo por su belleza, sino también por su historia. En ocasiones, esta lluvia ha llegado a registrar cientos de meteoros por minuto, fenómeno que ocurre aproximadamente cada 33 años cuando la Tierra atraviesa zonas más densas del polvo del cometa.
Aunque este 2025 no se espera una explosión de esa magnitud, el evento promete ofrecer un panorama ideal para la observación, especialmente desde lugares alejados de la contaminación lumínica.
Los expertos señalan que para poder ver mejor esta lluvia de estrellas, lo ideal es ubicarse en un espacio oscuro y observar durante 15 o 20 minutos, para que los ojos se adapten a la oscuridad.
“Es mejor mantener una vista lo más amplia posible del cielo nocturno. Los meteoros que vuelan más lejos del radiante tendrán colas más largas, que son más fáciles de detectar y se ven mejor en las fotos”, recomienda la fuente citada.