El departamento de Antioquia, en Colombia, conquista a miles de viajeros cada año con sus impresionantes paisajes naturales, ocultos entre montañas cubiertas de verde. Aventurarse por estos escenarios significa vivir una experiencia llena de encanto, donde el aroma del café y el murmullo del agua crean una atmósfera única.
Si desea vivir esta aventura, a continuación encontrará tres opciones de joyas naturales para descubrir en esta región, las cuales están escondidas entre pueblos que deslumbran con su arquitectura tradicional, sus vistas majestuosas y su riqueza cultural.
1. Reserva Natural Cañón del Río Claro El Refugio
Este lugar se encuentra situado a tres horas al oriente de Medellín por la autopista que une a esta ciudad con Bogotá, en una región conocida como la cuenca media del río Magdalena. Es un espacio ideal para observar aves a lo largo de sus más de 200 hectáreas.
Sus terrenos se asientan en los municipios de San Francisco y Sonsón, ofreciendo una exuberante vegetación de bosque húmedo tropical, así como servicios de alojamiento y actividades como canopy, rafting y la visita a la caverna de los guácharos, señala el portal oficial de turismo Colombia Travel.
El río Claro nace en la parte alta del municipio de Sonsón, en las montañas del alto del Tigre y de la Osa, a 40 kilómetros de distancia de la Reserva.
Durante su visita se recomienda llevar algunos elementos clave como morral, una toalla pequeña, linterna, ropa y calzado cómodo y dinero en efectivo.
2. Valle del Penderisco
Se trata de un paraíso geográfico de Antioquia del que dicen “solo hay dos en el mundo”, ubicado en el municipio de Urrao, también conocido como el “paraíso perdido” del departamento. Este destino es considerado un lugar ideal para los amantes del ecoturismo.
Gracias a sus espectaculares paisajes, el Valle del Penderisco se ha convertido en una parada obligatoria y digna de admirar. De hecho, muchos aseguran que hacer una pausa aquí tiene un efecto casi terapéutico, capaz de renovar la energía y calmar la mente.
3. Cerro Tusa
Visitar este tesoro natural, considerado como la pirámide natural más alta del mundo, es un plan imperdible para los amantes de la aventura y los desafíos. Se encuentra situado en el municipio de Venecia, a 58,5 kilómetros de Medellín, lo que representa un viaje en carro de aproximadamente 2 horas.
Aunque el ascenso a la cima de este cerro puede ser todo un reto, al final la recompensa es disfrutar de una fascinante vista de 360° a 1.950 metros sobre el nivel del mar de este territorio y sus paisajes.