Envejecer es un proceso que todas las personas tendrán que enfrentar en algún momento de sus vidas; sin embargo, este proceso no es tan fácil de asimilar. Los primeros signos del envejecimiento se hacen visibles en la piel del rostro, aproximadamente a los 30 años de edad; sin embargo, las arrugas o líneas de expresión pueden hacer presencia en la zona antes de tiempo, debido a malos hábitos, entre los que se incluyen: fumar, falta de sueño, el uso de maquillaje y productos cosméticos de baja calidad, la exposición al sol desmedida y sin protección, una mala alimentación, entre otros.

La piel se empieza a arrugar, gracias a que el cuerpo ya no produce la misma cantidad de colágeno que producía antes. Profesionales en el tema aseguran que a los 40 años de edad, una persona no produce ni la mitad de la proteína que producía durante la etapa de la adolescencia.

Algunas personas alcanzan a obsesionarse con el tema y abusan de los procedimientos estéticos vigentes, hasta el momento, para evitar a toda costa que su piel se arrugue.

Por eso, el portal de belleza y cuidado personal Telva indagó con algunos profesionales acerca del uso del bótox, y estos brindaron unas recomendaciones para las personas que desean aplicarlo; así mismo, mencionaron cada cuánto tiempo se puede aplicar para no abusar del producto y de la piel.

La dermatóloga Ana María Molina Ruiz (Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz) aseguró que aproximadamente un 30 % de la población sea realizado un tratamiento estético con agujas y se cree que esta cifra empiece a aumentar en poco tiempo.

La profesional indica que abusar de este tipo de productos puede deformar la cara y su estructura natural: “El ácido hialurónico, por ejemplo, es una molécula que capta agua y adopta, al hacerlo, una forma esférica. Cuando lo vas poniendo, la cara adquiere una morfología redondeada”.

Hay algunas alternativas cosméticas que generan el mismo efecto que el bótox. | Foto: Getty Images

La doctora Molina indica que la adicción no solo se ve relacionada con la comida u otros factores, hay pacientes que se obsesionan y abusan del botox, simplemente porque les es difícil asimilar un proceso que será una realidad en todos los seres humanos.

“Hay gente que se engancha. Está demostrado que el botox puede ser adictivo. Así es como el paciente y el médico pierden la perspectiva del rostro. El exceso en el caso del ácido hialurónico produce esas pillow face o caras de almohada, hinchadas, como de hámster y con pómulos muy prominentes. Esto debe ser una alerta. Con el botox, si se pone en exceso, se provoca una parálisis muscular al cien por cien. Hay que intentar modular la contracción muscular para que sea más suaves, pero no paralizarla. Eso es lo que queda artificial”.

La dermatóloga recomienda empezar a aplicar este compuesto entre los 30 y 35 años de edad, no antes, con el fin de evitar reacciones adversas e irreversibles y aclara que deben ser dosis muy bajas y tienen que ser aplicadas únicamente de manera preventiva.

El dermatólogo Carlos Morales Raya, del Grupo de Dermatología Pedro Jaén, confirmó lo dicho por la anterior especialista “Si te pones botox desde los 30, cada vez irás necesitando menos. Si lo haces de forma sutil hará que de mayor no tengas arrugas profundas”, recalcó.

Cabe mencionar que antes de llevar a cabo este procedimiento es importante validar que el profesional que lo va a llevar a cabo está certificado y tiene experiencia en el tema; además es pertinente obedecer sus indicaciones para que el proceso tenga un feliz y duradero resultado.

Es por esto, que la doctora Mar Mira, de la clínica Mira + Cueto, pone el foco en el profesional: “La diferencia está en el médico, no en la jeringuilla, y lo más importante es encontrar a uno bien cualificado”.