Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, apuntan que de los 4 a 6 meses de edad los bebés pueden empezar a comer alimentos sólidos. Asimismo, las madres pueden seguir alimentándolos con leche materna o fórmula (hasta 32 onzas al día).

Es importante que el bebé comience a explorar los alimentos que pueden o no gustarle. Se debe tener en cuenta que los menores siempre deben estar supervisados por un adulto al momento de comer.

La leche materna es el alimento principal de los bebés en sus primeros meses de vida. | Foto: Libre de derechos

Esta entidad de salud señala algunas recomendaciones para tener en cuenta respecto a la alimentación de un bebé. También es importante que los padres o cuidadores consulten a un nutricionista para recibir información personalizada sobre este aspecto.

  • Empezar de forma sencilla: darle al bebé alimentos de un solo ingrediente que no tengan sal ni azúcar. Luego de esto se pueden ofrecer combinados. Lo recomendable es darle un alimento y esperar hasta tres días para ve si se produce alguna reacción alérgica.
  • Nutrientes claves: es importante que los bebés obtengan hierro y zinc. Pueden obtenerse de purés de carne y de cereales de grano simple fortificados.
  • Verduras y frutas: son alimentos necesarios para una buena salud. Se deben incluir paulatinamente purés de verduras y frutas de un solo ingrediente sin sal o azúcar.
  • Picar finamente los alimentos: los bebés que tienen entre 8 y 10 meses pueden comer pequeñas porciones de alimentos como carnes, bayas, verduras, etc., pero deben estar finamente picados.
La frutas y verduras son claves para una buena alimentación. | Foto: Getty Images

¿Qué alimentos evitar?

Kidshealth, portal especializado en información pediátrica para padres, insiste en la importancia de que los niños coman una gran variedad de alimentos. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado con el consumo de algunos productos. Por eso, recomienda que los niños entre 1 y 2 años eviten:

  • “Alimentos con azúcares añadidos y edulcorantes sin calorías, incluyendo bebidas azucaradas y dietéticas.
  • Alimentos de alto contenido en sodio.
  • Todos los alimentos que es fácil que causen atragantamientos y asfixias por aspiración en los bebés, como los perritos calientes, la verdura cruda, las uvas, el queso duro, las palomitas de maíz y los frutos secos”.
Los padres deben evitar que sus hijos pequeños tomen bebidas gaseosas. | Foto: Getty Images

Malnutrición en niños

La malnutrición es un concepto que se refiere a carencia, exceso o desequilibro de ingesta calórica y de nutrientes de un individuo. La Organización Mundial de la Salud explica que consiste en tres grupos de afecciones:

  • Desnutrición: incluye la emaciación (un peso insuficiente respecto de la talla), el retraso del crecimiento (una talla insuficiente para la edad) y la insuficiencia ponderal (un peso insuficiente para la edad);
  • Malnutrición: relacionada con las carencias de micronutrientes, es decir, la falta de vitaminas o de minerales importantes, o el exceso de micronutrientes.
  • Sobrepeso: es decir, la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación (como las cardiopatías, la diabetes y algunos cánceres).

La malnutrición no solo afecta la salud de las personas, sino que es un factor importante que contribuye al ciclo de pobreza.

“La pobreza multiplica el riesgo de sufrir malnutrición y sus consecuencias. Las personas pobres tienen una mayor probabilidad de sufrir distintas formas de malnutrición. Por su parte, la malnutrición aumenta los costos de la atención de salud, reduce la productividad y frena el crecimiento económico, lo que puede perpetuar el ciclo de pobreza y mala salud”, detalla la OMS.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) estima que cerca de 40 millones de niños tienen inseguridad nutricional grave en 15 países. Esto significa que no reciben la alimentación mínima para tener un buen crecimiento y desarrollo en la primera infancia.

“La malnutrición perjudica profundamente el crecimiento y el desarrollo de los niños. Si no tenemos en cuenta este problema, los niños y las sociedades tendrán dificultades para alcanzar su pleno potencial. Este desafío solamente puede superarse abordando la malnutrición en todas las etapas de la vida del niño y dando prioridad a las necesidades nutricionales específicas de los niños en los sistemas alimentarios y en los sistemas de apoyo de salud, agua y saneamiento, educación y protección social”, explica Unicef.