La gastritis es una de las patologías más frecuentes, en pocas palabras, es la inflamación del revestimiento del estómago acompañado de un infiltrado inflamatorio asociado y afecta a la población en general. “Este infiltrado inflamatorio suele ser, en términos generales, por agentes infecciosos, respuestas autoinmune, hipersensibilidad e idiopático”, explica la Fundación René Quinton.

La gastritis es un término que agrupa a un número de enfermedades, clasificadas de diferentes maneras. De acuerdo con la calificación de SIDNEY, hay tres tipos de gastritis: antral no atrófica, atrófica multifocal antral/corporal y atrófica corporal difusa.

La primera, la gastritis antral no atrófica, está asociada con la infección de Helicobacter pylori, también conocida como gastritis tipo B. En cambio, la gastritis atrófica multifocal antral/corporal se relaciona con factores externos como el consumo de fármacos y el estrés, así como también se asocia con la infección de Helicobacter pylori. Por último, la gastritis atrófica corporal difusa está asociada a enfermedad autoinmune, es conocida como gastritis tipo A.

“La gastritis por estrés o gastritis nerviosa, como sucede con las úlceras por estrés, es secundaria a situaciones lo suficientemente estresantes como para producir alteraciones en las secreciones gástricas y neuroendocrinas”, explica la fundación. Aclara que para que pueda desarrollarse la gastritis debe haber una lesión en la mucosas gástrica, por lo que cuando se produce malestar digestivo sin lesiones inflamatorias e infiltrado inflamatorio, se debe hablar de alteraciones funcionales o gastropatías gastrointestinales, pero no de gastritis.

Sensación de plenitud, saciedad precoz, dolor difuso, sensación de pesadez, digestiones lentas como manifestaciones de la irritación de la mucosa, alteraciones en las secreciones y poca tolerancia a la ingesta de alimentos por alteración de la barrera mucosa son algunos de los síntomas más frecuentes de la gastritis nerviosa, también conocida como gastritis emocional.

Las causas de la gastritis emocional no tienen un origen complejo. | Foto: derechos de autor no

“En algunas ocasiones, los síntomas pueden ser de ardor/pirosis sobre todo cuando las comidas sean ricas en grasas, excesivas, o ácidas, por empeoramiento irritativo de la mucosa. Pensemos que los síntomas no difieren de otro tipo de gastritis. Por lo que se deben descartar otros procesos que produzcan la clínica, ya que en el caso de diagnóstico de la gastritis nerviosa o por estrés debe ser por descarte”, aclara la Fundación René Quinton.

En cuanto a las causas, explica que la gastritis que es es de tipo psicosomático no tiene un origen complejo. Agrega que desde el campo de la salud no se puede determinar cuáles son las causas concretas que le dan origen a este tipo de gastritis, pero sí los factores que pueden influir en su desarrollo.

El estrés tanto físico como psíquico –agudo o crónico– y la ansiedad tienen gran influencia en el desarrollo de la gastritis emocional. Es de señalar que en esta patología no es frecuente que se produzcan las gastritis o úlceras, sin embargo, estas pueden llegar a desarrollarse en situaciones de “estrés elevado como una cirugía, un ingreso hospitalario o un suceso emocional muy intenso”. Sumado a lo anterior, la gastritis nerviosa puede juntarse a una predisposición genética y otros factores como la alteración de las conductas alimentarias, la ingesta de medicamentos o el consumo de sustancias tóxicas.

“Todo lo anterior, puede de forma concomitante favorecer el desarrollo tanto de una gastritis por estrés como una úlcera por estrés. Por esto es importante que el profesional realice una anamnesis completa junto con la exploración física, con el fin de determinar los posibles factores tanto predisponentes, precipitantes como mantenedores de la gastritis. Además, se debe descartar que la etiología sea secundaria a alteraciones orgánicas o de origen conocido (infección por H. pylori, AINEs)”, concluye la Fundación René Quinton.