Todas las personas han tenido alguna vez un mal día. Las frustraciones por el trabajo, los problemas en el hogar y las preocupaciones financieras pueden ser apenas algunos de los asuntos que interrumpen con la tranquilidad de alguien.

Estas situaciones negativas pueden resultar en el mal genio o mal humor. Sin embargo, algunos expertos en psicología han asegurado que también es normal que el enojo no sea provocado por alguna circunstancia en específico.

Independientemente de las causas que lo provoquen, es necesario comprender cómo se desata la ira, cómo altera al organismo y de qué manera se puede regular para que no altere las relaciones interpersonales y/o profesionales.

¿Qué sucede en el organismo durante un ataque de ira?

De acuerdo con Medline Plus, la ira se caracteriza por ser una emoción que provoca un cambio en los niveles hormonales y, por tanto, un estallido de energía, ya que es el mecanismo que utiliza el organismo para defenderse ante la amenaza. Además, puede causar un incremento en la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Según el psicólogo Jerry Deffenbacher, referenciado por La Mente es Maravillosa, la forma en que se experimenta la ira en las personas puede variar de acuerdo con el evento que la originó, las cualidades de manejo de las emociones de cada persona, así como la evaluación individual de la circunstancia.

¿Cuáles son las etapas de la ira?

Activación

La ira puede originarse a partir de factores externos o internos. Así pues, una discusión, la indignación o una amenaza puede considerarse como un desencadenante que proviene del exterior, mientras que los pensamientos pueden ser un desencadenante interno. Cuando la ira se origina internamente es mucho más compleja, explican los expertos de La Mente es Maravillosa.

En ocasiones, el mal humor puede deberse al estado psicológico de la persona y ser un reflejo de emociones anteriores o latentes en el interior, a causa de la ansiedad o depresión, por ejemplo. Por ello durante esta primera fase lo fundamental es comprender de dónde proviene la ira para saber de qué manera regular la emoción.

Intensidad

Después de su activación, el nivel de intensidad de la ira empieza a incrementarse: en este momento, el cuerpo presenta una reacción hormonal que suele condicionar la capacidad de reflexión y resultar en una pérdida de control sobre las acciones.

Por eso, señala el mencionado portal, este es uno de los momentos fundamentales para que la persona sea consciente de su emoción, la identifique y pueda gestionarla efectivamente.

Respuesta del organismo

Como sucede ante cualquier otra emoción, el cuerpo responde a los estímulos que produce la ira, por lo que es común, como señalaban los expertos de Medline Plus, que la persona experimente molestias, un aumento en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como tensión muscular.

En esta reacción fisiológica del organismo interviene la amígdala cerebral, la cual aumenta la actividad adrenocortical del sistema nervioso.

Acción

En las etapas anteriores se busca identificar la emoción y su origen para evitar en la medida de lo posible la respuesta ante la ira sea la más adecuada, de lo contrario puede resultar en consecuencias más serias.

Durante un ataque de ira, este estado psicofisiológico impulsa al cuerpo a producir una respuesta bien sea verbal o conductual para procesar la emoción, que puede no ser la correcta y generar otros problemas.

Angry manager scolding his subordinate at the office | Foto: Getty Images

Introspección

En esta fase de la ira es importante reflexionar acerca del episodio que experimentó, buscando claridad sobre lo sucedido y permitiendo que el cuerpo se regule nuevamente.

Alivio

Al ser una emoción que resalta por su gran intensidad, la ira altera al organismo, por lo que este toma un tiempo para recuperarse. Para ello, los expertos aconsejan liberar la tensión, mediante la respiración o una caminata.

La recuperación

Si bien es la continuidad de la fase de alivio, y la ira ha cedido por completo, es posible que se presenten otros sentimientos negativos como la culpa.

Reflexión

Precisamente, esta es la etapa idónea para pensar en las motivaciones que produjeron la ira, cuál fue la respuesta y qué debe cambiar para afrontar estos episodios de mejor manera y evitar sensaciones como las que pueden aparecen durante la fase de recuperación.