Cuando una pequeña partícula entra en el ojo, experimentamos de inmediato una sensación molesta que nos lleva a frotarnos los ojos, lo cual puede causar una mayor irritación o incluso una lesión. Esta puede ser cualquier cosa, incluso una pestaña, o puede que no haya nada visible, pero la sensación de tener arena en el ojo persiste sin que sepamos la causa exacta.

La sensación de arena en los ojos es una de las consultas más comunes a las que se enfrentan los oftalmólogos, y la causa más frecuente suele ser el síndrome del ojo seco. Este síndrome implica algún tipo de alteración o disfunción en el sistema lagrimal, que es responsable de la lubricación necesaria de las capas externas del ojo, como la córnea y la conjuntiva. Las lágrimas que se producen de manera regular crean una delgada película que protege el ojo y ayuda a mantenerlo húmedo, “bañándolo” con cada parpadeo.

La irritación en los ojos se puede presentar por la entrada en contacto con factores externos o ambientales, la fatiga ocular y otras afecciones oculares más graves. Foto: Gettyimages. | Foto: Gettyimages

En la mayoría de los casos, la sequedad ocular es la responsable de que al cerrar los párpados, no se deslicen suavemente debido a que el ojo no está adecuadamente hidratado. Como resultado, sentimos la presencia de pequeñas “piedrecillas” que intentamos eliminar desesperadamente.

Afortunadamente, existen medidas que puedes tomar para aliviar la irritación ocular y eliminar esa molesta sensación de arena, algunas de ellas son:

1. Mantener los ojos hidratados

De acuerdo con el portal, UnCOMO.com, “la sequedad ocular es una causa común de irritación y sensación de arena en los ojos”. Mantener los ojos bien hidratados es fundamental para aliviar estos síntomas. Puede hacerlo mediante el uso de gotas lubricantes o lágrimas artificiales recomendadas por un médico. Estas soluciones ayudan a mantener la humedad en los ojos, aliviar la irritación y reducir la sensación de cuerpo extraño.

Se recomienda el uso de gotas oculares en caso de irritación. | Foto: Libre de derechos

2. Evitar la exposición a factores irritantes

La exposición a factores irritantes, como el humo, el polvo o productos químicos, puede causar irritación ocular y sensación de arena. Es importante evitar estos factores en la medida de lo posible. Si trabaja en un entorno con condiciones irritantes, debe usar gafas protectoras para reducir la exposición. Además de asegurarse de mantener los ambientes bien ventilados y libres de humo.

3. Utilizar compresas frías

El portal web optica2000.com destacó que “las compresas frías pueden ser muy útiles para aliviar la irritación ocular y la sensación de arena. Simplemente, debe sumergir un paño limpio en agua fría y colocarlo suavemente sobre los ojos cerrados”. El frío ayuda a reducir la inflamación y calmar los ojos irritados. Aplicar las compresas frías durante unos minutos, varias veces al día, para obtener alivio.

4. Limpiar los párpados adecuadamente

La higiene adecuada de los párpados es importante para prevenir la acumulación de secreciones y partículas que pueden causar irritación y sensación de arena en los ojos. Para ello, debe lavar las manos antes de tocar los ojos y utilizar un limpiador suave recomendado por el médico. Aplicar el limpiador en un paño limpio y suave, y realizar movimientos suaves a lo largo de los párpados. Luego, enjuagar con agua tibia y secar con una toalla limpia.

5. Consultar a un profesional de la salud

De acuerdo con sabervivirtv.com, “si la irritación y la sensación de arena en los ojos persisten o empeoran, es recomendable consultar a un profesional de la salud, como un oftalmólogo o un médico especialista”. Ellos podrán evaluar los síntomas, determinar la causa subyacente y recomendar un tratamiento adecuado.

En caso de presentar sequedad es recomendable consultar a un profesional. | Foto: Getty Images

La importancia de la dieta

Mantenerse hidratado es crucial para nuestra salud, incluyendo la prevención de la sequedad ocular. Aunque se suele utilizar la recomendación de beber alrededor de 2-3 litros de agua al día como punto de referencia, lo más importante es mantener un nivel de hidratación adecuado a lo largo del día. Esto se puede lograr tomando pequeños sorbos de agua de forma constante.

  • Además, es clave para la lágrima una buena ingesta de omega-3. Son buena fuente de este componente los pescados azules como el salmón, las sardinas o las anchoas. También lo encontrará en los frutos secos o las semillas de lino.
  • Consultar siempre antes a un oftalmólogo para saber si en el caso particular caso es recomendable tomar suplementos de ácidos grasos omega-3.