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"Lo único que nos queda esperar es que las Farc entren en razón. Porque el gobierno no puede ceder." Emilio Salcedo Bermpudez, Barranca

10 de abril de 2010

Combatir la ignorancia
Qué bien se comporta la revista SEMANA ante un hecho de tanta significación como este de la libertad de Pablo Emilio Moncayo (edición #1457); qué bien María Jimena Duzán cuando censura esas intolerancias formadas en las canteras del absolutismo mesiánico, por fortuna, de salida. Educación, ciencia y tecnología, en fin, oportunidades, son los mejores elementos para combatir la ignorancia que promueve tanto la violencia en cuanto confunde a los mártires con sus verdugos, a las causas con los efectos, a los terroristas con los aterrorizados.

Vicente Apráez Apráez
Bogotá


Madurez, respeto, sinceridad
Soy suscriptor de la revista SEMANA desde hace varios años, y quiero felicitarlos por las excelentes publicaciones, que se destacan por la variedad de artículos y, ante todo, que se acoplan a la actualidad.

Quiero hacer un comentario que surgió al momento de dar lectura al artículo que hace referencia al Partido Conservador ‘Conato de rebelión’, de la edición #1456. Es de precisar que al leer este artículo, así como al escuchar las declaraciones por los diferentes medios de comunicación del señor Andrés Felipe Arias, se vislumbra a toda luces un mal perdedor, quien a la fecha no ha aceptado los resultados de la consulta interna del Partido Conservador. Sería importante que el señor Arias aprenda un poco de los ‘tres tenores’, caballeros que durante la consulta interna del Partido Verde demostraron madurez política, respeto, sinceridad y se acogieron a los principios de un partido político que ha surgido recientemente en nuestra sociedad.

William Orlando López Ramírez
Tuluá



Del ex personero
Del artículo ‘Negocios de familia’, de la edición #1455, claramente se desprende que este no se refiere a ‘negocios de mi familia’. Se ignoró, a pesar de que lo informé, que una vez enterado de los presuntos hechos irregulares que podrían haber supuestamente afectado de manera parcial recursos del convenio con el Pnud, fui yo quien solicitó la terminación anticipada de dicho convenio, la devolución de los recursos restantes, la ejecución de una auditoría general y la intervención de las autoridades.
El concejal Duarte ha hecho de la persecución contra mí una causa. Desde 2007 viene relatándoles a los reporteros de distintos medios los mismos hechos. Es importante señalar que la hermana del concejal Duarte, Ruby Astrid Duarte, era personera delegada para Asuntos Jurisdiccionales cuando yo asumí como Personero de Bogotá. Poco tiempo después fue desvinculada de la entidad. El concejal nunca menciona este detalle en sus acusaciones contra mí, así como también omite mencionar que una vez finalizada mi gestión como Personero, él con funcionarios de su Unidad Legislativa, durante seis meses, revisó los antecedentes y soportes del proyecto sin encontrar hechos irregulares.
En las auditorías privadas que pagaba el Pnud año a año para revisar el desarrollo y ejecuciones del proyecto que tenía con la Personería de Bogotá mientras fui Personero, jamás hubo observaciones de fondo de esa entidad internacional como las que señala la revista. Y en la auditoría de cierre del convenio se observa que lo presentado se ajustó a las normas de Naciones Unidas. Valga la pena señalar que el concejal Duarte tuvo que retractarse de estas afirmaciones cuando intentó vincularme al delito de homicidio al que se hace mención en el artículo; tal retractación obra en el acta de conciliación dentro de un proceso iniciado en ocasión de una denuncia que yo instauré contra él.

Hermán Arias Gaviria
Bogotá



Malentendió el sentido
La columnista María Jimena Duzán en su escrito de la edición #1457 de SEMANA, al igual que algunos lectores, malentendió el sentido de mi entrada ‘El show mediático’, publicada en lasillavacia.com el pasado 30 de marzo.

De hecho, por esta razón, procedí al día siguiente a aclarar el sentido de dicha entrada afirmando que mis palabras hacían referencia al cínico reportaje in situ realizado por Telesur, donde nos informaron que Moncayo les traía a sus familiares unas libras de carne y un par de loros de regalo. Y fue en ese contexto, es decir, el del reportaje mencionado, donde afirmé que nos quisieron dar la impresión de que los 12 años de infierno vividos por el cabo Moncayo fueron un divertido aunque largo ‘paseo ecológico’.

Repito: no es lo que quise decir y no es, ni más faltaba, lo que yo pienso. Es lo que los señores de Telesur, abusando de la libertad de prensa que orgullosamente se goza en nuestro país y que allá en Venezuela el gobierno chavista les niega a los demás, le intentaron decir al mundo: que el infierno de media vida del cabo Moncayo y de docenas de secuestrados fue tan sólo una temporada en un centro recreacional de las Farc.

Luis Guillermo Vélez Cabrera
Bogotá

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