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"Las Farc están mostrando su extrema hipocresía con el secuestro del periodista", Roberto Fonseca R., Barranquilla

12 de mayo de 2012

En sala de espera

Para analizar nuestra realidad no basta con decir quiénes roban y cómo lo hacen, sino hacer un examen de autoconciencia sobre quién deja que nos roben. Por eso resulta muy concluyente su informe especial titulado ‘Corrupción en hospitales, una vergüenza capital’ (SEMANA n.° 1566). Más que en la ciudad capital, es en todo el país. Otra cosa es que en cada pueblo no haya petros o jaramillos que tengan la valentía para mostrar el manejo de los recursos de la salud. Tanto alcalde reconocido e ilustre (así sea intelectualmente, pero no en honestidad) que ha pasado por Bogotá y no han sido capaces de lograr la equidad en la prestación de servicios de salud.

Javier Leonardo Rodríguez Sánchez
San José de Cúcuta

Meretrices del escándalo

Quiero referirme a la conclusión a la que llegó el artículo ‘Los secretos del servicio’ (SEMANA n.° 1566). Según el texto, para la gente joven, Dania Londoño “se convirtió en un símbolo del desparpajo de una generación que quiere romper con todos los tabús y decidir qué hacer con su vida”. Ignoro qué hilos conectaron o a qué sector de la gente joven contactaron para llegar a tal conclusión. Y no lamento contradecirlo porque Dania Londoño no puede ser el símbolo del que hablan por un argumento conceptual; Dania no lo es y, contrario a “romper los tabús”, los perpetúa. Ella no es representativa, a mi pesar, de esa generación ni del desparpajo, como ustedes llaman a una de las características de los jóvenes que salieron recientemente a las calles de la ciudad a protestar por la ley de la reforma a la educación en Colombia. La coincidencia se encuentra en las palabras, pero la diferencia trasciende a lo semántico y lo supera hasta lo ético. Porque es claro: a Dania le gusta “la buena vida” y a la generación a la que yo me refiero también le gusta La Vida Buena. Las comillas no son mi capricho, pues le aprietan a Dania “la buena vida” hasta el punto de ahogarle las opciones mismas de la vida. A los otros, La Vida Buena les abre las opciones porque, en últimas, de eso se trata: de nuestra ética de buscar opciones para mejorar las vidas. Opciones que incluyen la protesta contra un sistema educativo que se pretende reformar por decreto y que margina a todas nuestras ‘danias’, haciéndolas presas fáciles de un sistema y de unos medios de comunicación que son las verdaderas meretrices del escándalo, la ligereza y la trivialidad.

Nidia Cortés
Bogotá

Del Campestre caleño

Sobre el artículo ‘El club de la pelea’ (SEMANA n.° 1565): catastro es el inventario o censo, debidamente actualizado y clasificado, de los bienes inmuebles pertenecientes al Estado y a los particulares y existe con el objeto de lograr su correcta identificación física, jurídica, fiscal y económica. Por tanto, la Subdirección de Catastro, dentro de su competencia legal, no tiene la facultad de ordenar la restitución de predios ni sustituir funcionalmente a un juez de la república. Sus decisiones tampoco pueden desvirtuar la presunción legal de dueño que tiene la Corporación Club Campestre de Cali sobre el área de terreno reclamada por el municipio de Santiago de Cali.

La Corporación Club Campestre de Cali cuenta con todas las pruebas para demostrar la propiedad de sus terrenos, como son sus escrituras públicas debidamente inscritas donde fueron solemnizadas las tres compras de sus terrenos en los años 1934 y 1940; y los planos y levantamientos topográficos que, junto a las declaraciones de vecinos con más de 50 años de permanencia en el corregimiento de la Buitrera, permiten identificar claramente el lindero divisorio entre las Haciendas la Buitrera y San Joaquín.

Frente a la desinformación presentada a los medios de comunicación por exfuncionarios del municipio de Santiago de Cali, que inexplicablemente tienen acceso al expediente siendo que es de carácter reservado, no es cierto que la Corporación Club Campestre de Cali haya presentado extemporáneamente sus recursos, pues estos fueron radicados dentro del plazo legalmente establecido.

Fabio Villamizar Zurek, presidente.
Elciario Díaz Salguero, gerente encargado.
Cali

No es igual a las Malvinas

Acerca de la nota ‘Olvido o diplomacia’ (SEMANA n.° 1564), es deplorable que los propios colombianos ignoren su historia y gran número de ellos otorguen la razón a Nicaragua al decir que, por la proximidad geográfica con la actual costa atlántica nicaraguense, las islas, y por lo tanto el mar territorial, deberían pertenecer a Nicaragua. Desconocen la cédula real de 1803 que escinde de la capitanía general de Guatemala no solo a las islas, sino a la costa de Mosquitos desde el cabo de Gracias a Dios hasta la desembocadura del río San Juan. Si Colombia no hubiera cedido este territorio continental, Nicaragua no tendría costa atlántica, que ahora sirve a este país para reclamar las islas y pretender extenderse más allá del meridiano 82, límite propuesto por la misma Nicaragua en el tratado Esguerra-Bárcenas. El caso no es igual al diferendo entre Argentina y el Reino Unido, pues Argentina nunca ha cedido sus legítimas pretensiones ni su costa.

Juan Carlos Vélez Millán
Bogotá

 
Sobre Cantalicia

‘La soledad de Kapax’ (SEMANA n.° 1566) es muestra inequívoca de la poca objetividad con que se toman las decisiones en materia de medio ambiente. Si las autoridades respectivas se detuviesen un instante a pensar, antes de tomar una decisión, otra sería la suerte de un animal tan bello como la anaconda Cantalicia, que ha vivido siempre bajo la protección del hombre. ¿Por qué no ver el ejemplo de los tigres de Tailandia, criados bajo el cuidado de un benemérito grupo de monjes budistas que contribuyen haciendo un llamado efectivo en favor de la naturaleza? Nuestro caso es similar, merece la atención debida, si aún es tiempo para salvar tan bello ejemplar de una muerte inmisericorde, y merece también considerar devolver a Kapax a su compañera del alma.

Antonio José Marulanda Rojas
Bogotá

 
La educación es la esencia

Creo que aún estamos a tiempo de controlar el matoneo. Me refiero al artículo ‘Vacuna antimatoneo’, de la edición 1566. Su revista trata diferentes temas y, además de ser muy actuales, es evidente que todos están relacionados. Si queremos emerger como país en avance efectivo y formar mejores ciudadanos, es pertinente desarrollar las competencias de las que habla Enrique Chaux en su libro, resultado de años de sus investigaciones. Recordemos siempre que la educación es la esencia de nuestro desarrollo. Más violencia, intolerancia y abuso de poder genera más conflicto sin resolver. No toleremos más matoneo ni ataques macabros con ácido. Fomentemos una escucha activa, empatía, manejo de la ira, asertividad, perspectiva de entender el otro punto de vista y respetarlo, asumir consecuencias de nuestros actos y tener imaginación creativa para la solución de conflictos. Y la última, el desarrollo del pensamiento crítico, una competencia que se convierte en un grandioso aporte democrático y aporta a nuestro porvenir.

Diego Casabianca Escallón
Bogotá

Aclaración

N. de la R. El artículo titulado ‘La salida definitiva’, publicado en la edición Bicentenario: Cartagena de Indias 1811-2011 del mes de noviembre del año 2011, es de autoría de la señora Adelaida Sourdís Nájera. En su oportunidad, no se le dio el crédito correspondiente a este autor por omisión involuntaria de la revista.

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