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El parrandódromo

En su artículo Sube y Baja (edición #993), el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón,

Alvaro E. Navarrete Q.
2 de julio de 2001

En su artículo Sube y Baja (edición #993), el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, se debe denominar ‘parrandódromo’, no aeropuerto, administrado por la Sociedad Aerocali, es la muestra palpable de cómo se manejan ‘profesionalmente’ los aeropuertos concesionados con operadores internacionales a la cabeza, debido a la falta de control y supervisión por parte de las entidades de control del Estado colombiano. Estos contratos de concesión deben ser revisados nuevamente por la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil, entidad rectora de la aviación civil en Colombia y la que debe exigir a los concesionarios, cumplir con el contrato y darle más seguridad a los terminales aéreos, de acuerdo con las normas establecidas por la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci).

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