La felicidad de China disminuye a pesar de su impresionante crecimiento económico.

Internacional

China: ¿incompatibilidad entre felicidad y progreso?

Durante las últimas dos décadas China ha tenido un ritmo de crecimiento económico sin precedentes y por lo tanto una reducción de la pobreza. Sin embargo, durante el mismo periodo la satisfacción de la población ha venido en picada.

16 de julio de 2015

China saltó 10 lugares hacia adelante en el Índice de Desarrollo Humano entre el 2008 hasta 2013. Gran parte de la reducción en las tasas de pobreza extrema en el mundo durante ese tiempo se puede explicar por los millones de personas cuyo PIB per cápita y consumo aumentó cuatro veces en 15 años. Sin embargo, estas cifras estuvieron acompañadas por incrementos en las tasas de suicidio y aumentos en problemáticas en la salud mental. 

Por lo mismo, el Brookings Institute publicó una investigación en julio que muestra que el crecimiento económico de China que se esperaría que beneficie a la mayoría de la gente tiende a hacer a una parte de la población más infeliz.

El auge económico de China se presentó por dejar de lado una parte importante de la planificación de la gestión macroeconómica y acogerse a  principios del libre mercado. Si bien los cambios han elevado el nivel de bienestar social y fortalecido las instituciones, parte de la población muestra una tendencia a ser menos feliz. 

La historia del crecimiento de la infelicidad en China se puede atribuir a un conjunto más amplio de las paradojas, relacionados con los cambios rápidos y el exigente progreso económico en todos los países del mundo.

Los cambios sociales que genera el progreso económico normalmente traen mejoras en los niveles de bienestar a lo largo del tiempo y se podrían asociar a mayores indices en el nivel de felicidad. Pero a pesar de esto, los cambios en las vidas de las personas pueden traer consigo mayores desigualdades pues en el proceso hay ganadores y perdedores.

Durante los últimos años, las economías en desarrollo que mejor crecen reportan encuestas con menores niveles de satisfacción que los encuestados con menores avances. Posiblemente porque estos últimos no sufrieron mayores cambios en su situación económica. 

Frente a esto, Carol Graham, explica que en la investigación adelantada por Brookings encontró que los encuestados menos felices estaban más preocupados por la desigualdad de ingresos entre ellos y quienes presentaban niveles de ingresos  mucho más altos.

Parte de esta tendencia se explica por las expectativas creadas y el acceso a la nueva información que vienen con los cambios en la escala social. Es decir, ”saber y conocer en que condiciones se está y poder observar lo que se podría tener y no se tiene, genera más insatisfacción”, explica Graham.

Es llamativo que China ha reportado más problemáticas mentales con respecto a otros países. Además, éste aumento de problemas mentales se concentran en partes de la población que de alguna manera disfrutan los beneficios del crecimiento económico. Es decir "pertenecen a un segmento que es más educado, son residentes urbanos, empleados en el sector privado pero también los que menos tiempo tienen para divertirse. Esto ”es realmente una paradoja del progreso” ,concluye Graham.