Por qué ‘La La Land’ ganará el Óscar a Mejor Película

La ceremonia de la entrega número 89 de los Premios Óscar, presentados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, se lleva a cabo el 26 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles. Desde sus inicios, las decisiones de la Academia han sido controvertidas: en su segunda entrega le dieron el galardón de Mejor Actriz a Mary Pickford, en gran parte porque estaba casada con Douglas Fairbanks, el presidente de la organización.

Este año, nueve películas se disputan el máximo galardón: el Óscar a Mejor Película. Desde una mirada a la brutalidad de la guerra hasta un western moderno, los largometrajes nominados abarcan una gran gama de géneros y estilos. Tres se han perfilado como las favoritas: La La Land, Manchester junto al mar y Moonlight. Todas cuentan con múltiples nominaciones, pero la que más tiene es la primera, con 14. Es una película popular sin temas difíciles, mientras que Manchester es una dura mirada al duelo y Moonlight trata temas como la raza, la sexualidad y la pobreza.

Por simple probabilidad resulta fácil predecir que La La Land se llevará varios premios. Pero la película parece hecha a la medida para ganar, independientemente de su mérito artístico, porque el sistema de votación favorece películas dóciles con un atractivo general en vez de obras audaces e innovadoras que generen pasiones.    

En 2009, el sistema de votación cambió de un voto popular a un sistema de varias vueltas electorales. En términos simples, en vez de escoger la que creen que es la mejor, los votantes hacen una lista que organiza las cinco películas que más les gustaron a cada votante en orden de preferencia. Luego la Academia elimina la película que tiene menos votos, y le asigna esos votos a la segunda película que cada votante puso en la lista. Hace eso hasta que una película acumule más del 50% de los votos. Eso significa que la película que recibe el premio de Mejor Película puede perder el voto popular. Ganaría por tener más votos en el segundo o en el tercer lugar de las listas. Los largometrajes más revolucionarios tendrán más votos en el primer y el último lugar y por ende serán eliminados rápidamente. La votación se divide y las películas regulares, que no ofenden ni apasionan a nadie, ganan por descarte. Es posible que nadie elija a La La Land como primera opción pero tampoco es probable que la pongan en un puesto muy bajo. Ganaría porque probablemente estará en muchos segundos y terceros puestos.

Pero el largometraje de Damien Chazelle tiene más cosas a favor. La Academia premia películas sobre películas. Desde que se instauró el nuevo sistema han ganado Argo, Birdman, El Artista y otras obras que tratan sobre el cine. La La Land no solo trata sobre una actriz y un músico, sino que también está ambientada en Los Ángeles. Los miembros de la Academia trabajan de una forma u otra en el cine, son actores, directores productores y más. Les gusta verse reflejados en las obras.

Además, la composición demográfica del cuerpo votante incrementa la probabilidad de La La Land y disminuye las oportunidades de películas innovadoras como Moonlight. De los 6,687 miembros, más de 90% son blancos y más de 70% son hombres, con una edad promedio de 63 años. Es decir, favorecen películas tradicionales y populares. A eso se le suma que muchas veces no ven todas las películas (algunos no ven ninguna) y escogen según lo que han escuchando o sus relaciones personales con los realizadores. Los galardones premian películas competentes que no toman riesgos, en vez de grandes logros o realizadores audaces.

Aún si un votante más joven que sí vio las películas vota luego de un examen cuidadoso por la obra que considera más merecedora, mientras tenga a La La Land de segunda, tercera o hasta cuarta, el largometraje de Chazelle se acercará cada vez más al Óscar a Mejor Película.

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