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Gal Gadot hace el papel de Mujer Maravilla.

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‘Mujer Maravilla’: una heroína necesaria

La película sobre el personaje de cómics no tardó en convertirse un éxito comercial y crítico. Pero, más allá de eso, representa una señal alentadora para mujeres y niñas. Hablamos con un editor de novelas gráficas, una escritora feminista y una actriz y activista de género sobre el tema.

Ana Gutiérrez
13 de junio de 2017

Mujer Maravilla es un éxito. La película dirigida por Patty Jenkins ya recaudó más de 300 millones de dólares. Forbes predice que estará entre los largometrajes más taquilleros del año, un hito para películas dirigidas por mujeres. Superó, además, las cifras de Batman vs. Superman, Suicide Squad y las dos primeras películas de tres series populares de Marvel: Guardianes de la galaxia, Iron Man y Capitán América. Además, triunfó con los críticos.

Jenkins, quien también dirigió Monster (2003), obra ganadora de un Óscar, narra la historia de la superheroína más famosa de DC Comics. La película combina la mitología griega y la Primera Guerra Mundial con una trama efectiva, emocionante y visualmente espléndida. También hace un comentario sobre los horrores del conflicto, el sexismo y el racismo de la época. Además, con la ayuda de un elenco que incluye a Gal Gadot, Robin Wright y Chris Pine, esboza personajes entrañables.

Pero lo más interesante de Mujer Maravilla es que, a diferencia de la mayoría de las películas de superhéroes, su audiencia fue femenina. Según The Hollywood Reporter, las mujeres conformaron 52% de su audiencia, en un género que normalmente cuenta con un público 60% masculino. La película se enmarca en una tendencia reciente en la gran pantalla: grandes franquicias como Ghostbusters y Star Wars han presentado entregadas encabezadas por mujeres. Cabe, entonces, señalar que si bien Batman y Superman tienen varias cintas sobre ellos, este es el primer largometraje no animado dedicado a la Mujer Maravilla, uno de los personajes más reconocidos de los cómics. Y es una de las pocas heroínas que no tiene una contraparte masculina.

Un poco de historia

Pablo Guerra, editor de Cohete Cómics y conocedor de la historia de las viñetas, señala que el origen de la Mujer Maravilla "es directamente feminista, su creador hasta decía que era propaganda feminista”. La superheroína fue inventada en 1941 por el psicólogo estadounidense William Moulton Marston, quien se inspiró en su esposa, Elizabeth Holloway Marston, y en Olive Byrne, quien convivía con la pareja en una relación poliamorosa.

“Holloway y Byrne eran parte de la primera ola del feminismo y eso se ve en el personaje. Los tres acabaron muy metidos en eso. Marston hace a Mujer Maravilla para que fuera un personaje que le comunicara a los lectores una simbología de liberación bien clara. El tema es que con el tiempo se fue dibujando y desdibujando ese propósito. Marston dejó de escribirla y los que lo siguieron no tenían esa misma mirada. Sin embargo, Mujer Maravilla ha mantenido los elementos necesarios para que pueda reconectarse con la intención original”, explica Guerra. Por ejemplo, dice que la serie de televisión protagonizada por Lynda Carter, emitida de 1975-1979, “le dio una identidad clara y la asentó en la imaginación de la gente”.

El editor también señala algunas de las claves de la popularidad y duración del personaje: “Ella plantea un universo mucho más grande. Las otras heroínas de la época eran más personajes de apoyo. Ella no tenía ese lado familiar tradicional, no era mamá, no era la versión femenina un de héroe, tenía fuerza propia”. En cuanto a la película, y la tendencia en la que se enmarca, Guerra se emociona, diciendo que "refleja lo que ha ido pasando en los cómics. Se ha visibilizado mucho más la realidad de los lectores, antes solo mostraba la vida de hombres o niños, casi siempre blancos. Pero ahora están entendiendo que hay muchas lectoras y un consumo diverso en muchos sentidos, de edad, de raza. Los que hicieron la película se apuntaron a hacerla y hacerla bien. Entienden el poder simbólico del personaje, en especial en este momento coyuntural".

Sin embargo, Guerra advierte que en la decisión de hacer la película también "exisitó una especie de política identitaria que dijo: ‘le vamos a dar un oportunidad pues es algo relativamente minoritario pero si no le va bien hasta ahí llega’. Eso pasa cuando el protagonista es una mujer, un inmigrante, un hombre negro y así". Es decir, si fracasa una película de Batman, es solo un tropiezo, pero si Mujer Maravilla hubiera fracasado, con ella se acabarían todas las posibilidades de hacer más películas sobre heroínas.  

¿Y las mujeres que dicen?

Alejandra Borrero, actriz colombiana y activista de género, comparte la cautela de Guerra. Advierte que la película "representa algo importante en la cultura, sin embargo muchas veces se vuelven sucesos aislados, modas del momento”. Aún así, destaca que "hablar de género permite hacer cambios a mediano y largo plazo. Es importante mostrar el valor y la fuerza de las mujeres. En el caso colombiano, por ejemplo, las mujeres siempre han estado presentes en el conflicto, y ahora lo pueden ver reflejado. Este trabajo no se trata de volvernos hombres sino de ser respetadas, de tener libertad, de poder asumir el control de nuestras vidas". La Mujer Maravilla lleva mucho tiempo en la vida de Borrero: "de chiquita la leí, pero no se me hacía la heroína más interesante. Pero me gustaba verla y saber que tuviera un programa dedicado a ella. La encarnación televisiva era bastante romántica e ingenua, pero más allá de eso era un mujer poderosa. Esa representación es muy importante. Ahora los imaginarios han cambiado, tenemos heroínas como las grandes deportistas colombianas, pero toma tiempo”.

"Quisiera pensar que en 2017 ya las niñas son mujeres empoderadas sin necesidad de estos imaginarios pero siguen siendo pertinentes. Con la película muchas niñas se van a sentir superhéroes y eso es muy importante. Les recuerda el poder, la fuerza y la capacidad que tenemos" concluye Borrero.

La escritora caleña Amalia Andrade se muestra más optimista. Autodescrita como feminista, señala que en cuanto al tema de la representación de las mujeres en la cultura "ha habido un cambio que sí se ha dado progresivamente en el tiempo. Es algo que la gente toma por sentado, pero uno de los logros más grandes es Orange is the New Black. Es difícil hacer un programa con una sola mujer de protagonista, pero ellos tienen un elenco lleno de mujeres y además diverso. Hay una visibilidad más grande, está el álbum de Beyoncé con la grabación de Chimamanda Ngozi sobre feminismo, está Frozen que se centrada en hermanas y en el amor fraternal. Mujer Maravilla es un logro impresionante, se ve en la taquilla. Cada vez tienen más aceptación las obras dedicadas a mujeres”.

A pesar de ello, dice Andrade, “no es suficiente. Deberían ser más visibles las protagonistas femeninas, con poder e independencia, es importante esa representación, poder ver televisión o películas y sentir que uno está presente”. Pero acaba por recalcar que tiene "mucha esperanza para las generaciones más chiquitas, uno crece y no mira tanto para abajo pero he visto programas de niños, como Doctora Juguetes, que van cambiando los constructos de género. Yo crecí con algunos ejemplos, la mamá de Angélica Pickles de Aventuras en Pañales, pero las nuevas generaciones van a tener muchos más referentes de mujeres empoderadas".