Home

Cómo

Artículo

Vitamina E
La vitamina k es un nutriente que el cuerpo requiere para estar sano. | Foto: Getty Images

Salud

Esta es la vitamina indispensable para tener un envejecimiento saludable

Es buena para la salud de los huesos y también se relaciona con el aspecto cognitivo.

Redacción Vida Moderna
23 de febrero de 2024

Las vitaminas son nutrientes clave para el organismo. Hay 13 de ellas que son esenciales, es decir, que el cuerpo las requiere para funcionar apropiadamente, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Una de las que hace parte de este selecto grupo es la K, que es determinante porque, sin ella, la sangre no se coagularía normalmente. Además, hay estudios que sugieren que es importante para que las personas adultas conserven huesos fuertes, aparte de proteger el corazón y prevenir afecciones cardiovasculares, y posibles efectos del paso de los años en el cerebro.

El cuerpo necesita la vitamina K para producir ciertas proteínas en el hígado que hacen que la sangre se coagule. Estas proteínas se denominan factores de coagulación. Sin este nutriente, el hígado no podría producir los factores de coagulación II, VII, IX y X.

Parte de la vitamina K la sintetizan ciertas bacterias en el intestino.
La vitamina K se encuentra en verduras de hoja verde. | Foto: Getty Images

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos indican que esta vitamina es determinante para que el cuerpo se mantenga sano. Se dice que con el paso de los años se acumulan daños en las células, lo que está muy relacionado con el proceso de envejecimiento. Aquí es donde entran en juego los sistemas de reparación, como las proteínas dependientes de vitamina K, que ganan importancia con la edad.

Para mantener un envejecimiento saludable, hay quienes proponen aumentar la ingesta de vitamina K, especialmente en personas mayores. Esto no solo podría prevenir la calcificación de los vasos sanguíneos y mejorar la salud ósea, sino reforzar los sistemas de reparación de tejidos.

Salud ósea

En lo relacionado con los huesos, una revisión sistémica titulada Vitamin K and the prevention of fractures, sugiere que la suplementación con fitonadiona y menaquinona-4 reduce la pérdida ósea. En el caso de este último, existe un fuerte efecto sobre la incidencia de fracturas entre los pacientes japoneses.

La vitamina K trae grandes beneficios para el organismo.
La vitamina K trae grandes beneficios para el organismo. | Foto: Getty Images

Relación con el cerebro

De otro lado, el estudio The relationships between vitamin K and cognition: A review of current evidence, que recoge varias investigaciones, señala que hay análisis que muestran pruebas interesantes, aunque no definitivas, de una correlación directa entre los niveles de vitamina K y el rendimiento cognitivo.

“Además, según estudios recientes, los antagonistas de la vitamina K, utilizados en todo el mundo como anticoagulantes orales, pueden tener una influencia negativa en dominios cognitivos como la memoria visual, la fluidez verbal y el volumen cerebral”, precisa la investigación.

Esta vitamina se encuentra naturalmente presente en muchos alimentos. Para obtener las cantidades recomendadas lo aconsejable es consumir productos variados, como: hortalizas de hojas verdes como la espinaca, col rizada (o berza), brócoli y lechuga; aceites vegetales; algunas frutas como los arándanos azules y los higos, además de carne, queso, huevos y granos de soja.

Vitamina K
La vitamina K es conocida como la vitamina de la coagulación y es buena para los huesos. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Los expertos aseguran que la deficiencia de esta vitamina puede provocar hematomas (moretones) y problemas de sangrado debido a que la coagulación de la sangre es más lenta. De igual forma, podría reducir la fuerza de los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis, ya que el cuerpo la requiere para fortalecer la estructura ósea.

Aunque la deficiencia de este nutriente es poco común, hay algunas personas que pueden presentar dificultades para obtener suficiente vitamina K y entre ellas están: los recién nacidos que no reciben una inyección de vitamina K al nacer; las personas con determinados trastornos (como la fibrosis quística, la enfermedad celíaca, la colitis ulcerosa y el síndrome de intestino corto) que disminuyen la cantidad de vitamina K que el cuerpo absorbe y quienes han tenido una cirugía bariátrica.

Referencias científicas:

Institutos Nacionales de Salud