El 90 por ciento de la producción de camarones en Colombia se concentra en Bolívar, Atlántico y Sucre. | Foto: iStock

ECONOMÍA

Se recupera la industria del camarón en Colombia

Poco a poco la producción de este alimento crece en Colombia. En los últimos tres años alcanzó las 5.000 toneladas anuales.

26 de abril de 2020

La industria del camarón en Colombia ha sorteado diversas crisis. En los años noventa, la aparición de enfermedades como el Síndrome de Taura y el virus de la Mancha Blanca estancaron al sector, que vio caer en picada su producción. Como consecuencia de esto, quebraron empresas y se perdieron las inversiones de las compañías interesadas en esta actividad.

Más tarde, el sector estuvo afectado por la revaluación del peso colombiano frente al dólar, un descenso pronunciado de los precios internacionales del camarón de cultivo y el aumento de los principales costos de producción (alimento balanceado, mano de obra, energía y combustible, entre otros). De acuerdo con información de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), estos factores perjudicaron las inversiones y el capital de trabajo, lo que restringió el flujo de recursos necesarios para el mantenimiento de los cultivos e impactó la producción.

Sin embargo, a partir de 2013 la industria se empezó a recuperar dado que China, uno de los principales exportadores de Litopenaeus vannamei (camarón blanco), incrementó su consumo interno y se convirtió en importador. De esta manera, disminuyó la oferta internacional, mejoraron los precios de mercado y se recuperó levemente la camaronicultura nacional.

En los últimos tres años, el crecimiento del sector ha sido sostenido, debido a la reactivación de áreas de cultivo en el Caribe y en el Pacífico colombianos, donde actualmente hay 1.500 hectáreas y otras 800, respectivamente. Cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural señalan que la producción se ha mantenido, en promedio, en las 5.000 toneladas anuales. De estas, 90 por ciento se produce en los departamentos de Bolívar, Atlántico y Sucre, y 10 por ciento restante en Tumaco, Nariño. También es importante resaltar que con base en las cifras reportadas a 2019, aproximadamente 83 por ciento de la producción proviene de cultivo (camaronicultura) y 17 por ciento de pesca.

Colombia cuenta con cuatro plantas de proceso: tres laboratorios de maduración o reproducción y un total de 4.500 hectáreas de área instalada, que están a la espera de nuevos inversionistas, según explica Andrés Suárez, director del Centro de Investigación de la Acuicultura en Colombia (Ceniacua). “El mejoramiento genético, reconocido a nivel mundial, y el desarrollo de sistemas de producción, han logrado mejorar el desempeño productivo y la competitividad de diferentes especies en Colombia. Además, desde el punto de vista sanitario Colombia se encuentra libre de enfermedades de camarón”, destaca Suárez. Para el procesamiento de camarón se requiere el uso de mano de obra intensiva. Por eso, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural calcula que por cada tres toneladas de camarón producidas se genera un empleo formal permanente.

“Esta industria es un pilar de desarrollo social y económico de los departamentos productores. En la época de mayor producción llegó a generar cerca de 14.000 empleos directos e indirectos”, añade Suárez.

Las barreras

Desde el punto de vista de Luis Eduardo Curiel, gerente de Acuacultivos Los Gallitos, compañía productora para el mercado nacional, ubicada en Atlántico, “el sector está paralizado. Estamos los mismos, que somos muy poquitos. No hay incentivos del Gobierno para la reactivación del sector y a eso se suma que la entrada de contrabando de camarón de cultivo de Venezuela, que llega por Maicao, invade los mercados de las principales ciudades de la costa”.

Los Gallitos produce aproximadamente entre 48 a 50 toneladas al año, “aunque tengo capacidad de producir más, si logro tecnificarme. Hay muchas ganas, pero no hay plata”, manifiesta Curiel.

Por su parte, Andrés Suárez anota que para que el sector crezca se debe disminuir la tramitología, facilitar el acceso de los inversionistas a créditos, atacar el contrabando, promocionar el consumo de camarón colombiano en el mercado interno, ampliar los mercados internacionales, contar con recursos públicos de investigación y tener el apoyo estatal para la reactivación del sector.

Al respecto, Isidro Jaramillo, director de Sangara Tumaco, una empresa procesadora, piensa que el resurgimiento de la camaronicultura en Colombia sí se está dando, pero en pequeña escala. “Para que se produzca una verdadera reactivación del cultivo de camarón en nuestro país son necesarias varias cosas: créditos blandos y algunos subsidios para el combustible y el alimento, tal como sucede en algunos países con alta producción”, asegura.

Los expertos coinciden en el potencial de este sector productivo. De acuerdo con un estudio realizado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) en 2018, en total se estiman 10,6 millones de hectáreas potencialmente aptas para el cultivo de camarón, de las cuales 5,5 millones, ubicadas en las zonas costeras del país, tienen una aptitud alta.

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