El método Santolic se ha expandido por el mundo como una de las acciones locales con mayor impacto para que las comunidades construyan sus propias letrinas y se comprometan definitivamente con su salud. | Foto: iStock

SALUD

Tener acceso a un baño: la clave para no enfermar

Millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de saneamiento. Esto tiene graves consecuencias para la salud. ¿Cómo se está enfrentando esta crisis en el planeta y en nuestro país?

Fabián Martínez*
17 de noviembre de 2019

Ir al baño, usar un retrete y lavarse las manos son actividades comunes. Hacen parte de la vida cotidiana de millones de personas, por eso resulta asombroso enterarse de que, hoy en día, en el siglo XXI, haya 2.300 millones de seres humanos que no tengan acceso a un saneamiento seguro. Esto significa que esta gran cantidad de gente no puede gestionar sus heces de forma higiénica, porque no cuentan con letrinas o retretes adecuados.

En el informe de la Unicef y la OMS: Progresos en materia de saneamiento y agua: informe de actualización de 2015, se reportó que cerca de 1.000 millones de personas defecan al aire libre. Esta descomunal cifra de gente está mucho más expuesta a sufrir epidemias de cólera, hepatitis y fiebre tifoidea, entre otras enfermedades, cuyas principales víctimas son los niños. Un solo gramo de deyección humana contiene millones de virus y bacterias, así como una gran cantidad de quistes y huevos de parásitos.

La bacterióloga Sixta Rubio cuenta que: una de las bacterias más nocivas que contienen las heces es el Escherichia coli. Si los excrementos están al aire libre, el E. Coli puede contaminar fácilmente el agua y los alimentos”. La sintomatología, según la bacterióloga, incluye cólicos, diarrea, vómitos y fiebre. “La deshidratación es tan severa que puede ocasionar la muerte, en especial la de los más débiles, que por lo general son niños mal alimentados”, afirma Rubio.

La defecación al aire libre es un problema grave de salud pública a nivel mundial. Con el fin de ayudar a resolver este problema, Kamal Mar, especialista en agricultura y recursos naturales desarrolló el método para Activar el Saneamiento Total Liderado por la Comunidad (Santolic), en zonas rurales de Bangladesh. Este método consiste en empoderar a las comunidades que defecan al aire libre para que dejen de hacerlo, a través de una guía práctica que es implementada por los mismos habitantes y que culmina con la construcción de baños secos o letrinas controladas. El documento evidencia que las heces esparcidas por el territorio retornan a las personas que las excretan. Una comunidad minada por sus propios excrementos atrae gran número de moscas que tarde o temprano se encargarán de esparcir las infecciones y enfermedades.

La especialista Sixta Rubio explica que a través de las patas de las moscas viaja el E. Coli y otras bacterias.Una mosca, después de pararse en un excremento, sale impregnada de materia fecal. Luego esa mosca y sus cientos de colegas se pasean por el pan, la fruta, por los alimentos que la gente consume. Así se transmiten las infecciones”. La peor parte de esta práctica insalubre la llevan los niños con desnutrición. La nutricionista María Delgado lo explica de esta manera: “Un niño mal alimentado no está en condiciones de defenderse de una infección intestinal aguda. No tiene las defensas. Su sistema inmunológico no logrará vencer a las bacterias que lo atacan y con el paso de los días morirá. Esto no solo se debe a la infección en sí, obedece además a fallos en la seguridad alimentaria”, puntualiza la nutricionista, quien agrega, “sin el debido saneamiento y seguridad de los alimentos estos son más propensos a contaminarse y enfermar a los niños”. 

El método Santolic se ha expandido por el mundo como una de las acciones locales con mayor impacto para que las comunidades construyan sus propias letrinas y se comprometan definitivamente con su salud. Martha Espinosa, arquitecta y gerente de proyectos de la Fundación Plan en Jamundí, Valle del Cauca, ha trabajado en programas de agua, saneamiento y trata de excretas. Ella cuenta que en Colombia es frecuente la defecación al aire libre en zonas rurales de la Costa Pacífica, La Guajira y los Llanos Orientales. En la región del Cauca, especialmente donde se concentran minorías étnicas afrodescendientes e indígenas, esta práctica es común. Por eso Unicef, Fundación Plan y Fundación Corona adelantaron campañas de higiene y saneamiento en las zonas rurales de los pueblos de Buenos Aires y Santander de Quilichao, en el Cauca.

A través de un proyecto llamado Escuelas Protectoras del medio ambiente y de prevención del riesgo ante desastres, estas organizaciones trabajaron para que 18 instituciones educativas mejoraran sus condiciones ambientales y de saneamiento. En algunas de ellas se hizo necesario implementar el método Santolic, para que las comunidades no solo resolvieran las necesidades de sus propios centros educativos, sino que llevarán esta metodología a las zonas altas de los municipios y zonas rurales dispersas en donde es frecuente la deposición al aire libre. Con la excavación de pozos y construcción de letrinas, estas comunidades aseguraron una mayor calidad de vida, con saneamiento e higiene, cuyos mayores beneficiarios fueron los niños que ahora crecen sin la amenaza del abandono y el desaseo. 

*Periodista.