Se han concedido periodos de gracia y prórrogas a las obligaciones financieras de cerca de 11,8 millones de deudores. | Foto: iStock

ECONOMÍA

El papel de los bancos durante la crisis por el coronavirus

El sector bancario ha desempeñado un rol fundamental: mantener la confianza de los ciudadanos y darles un manejo responsable a los ahorros y depósitos para garantizar la liquidez y el flujo de dinero en la economía.

José Luis Barragán*
31 de agosto de 2020

El pronóstico del Banco Mundial es difícil de asimilar. El frenazo que tuvo que vivir el planeta por cuenta de la pandemia del covid-19 causará la recesión económica “más profunda en 80 años”. Para hacer frente a la crisis y evitar que sea más profunda, el sector bancario reaccionó rápidamente con un paquete de ayudas orientadas a los consumidores financieros, el cual ha tenido un impacto positivo pues el dinero sigue circulando.

En el caso de Colombia, dicha reacción en este periodo es calificada como “fundamental” por Édgar Jiménez, profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, porque, entre otras razones, “el manejo responsable de los ahorros y depósitos de los colombianos, manteniendo la confianza de los ciudadanos, ha permitido que se mantenga la liquidez aún en medio de serias limitaciones a la movilidad”.

Por su parte, Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), reseña, entre los diferentes beneficios a disposición de las unidades productivas, la inyección de recursos para generar algún nivel de solvencia en este entorno adverso.

“De una u otra manera, las empresas han aliviado un poco su flujo de caja, ya que muchas tuvieron que cerrar por completo su producción, lo cual les genero´ una disminución de más del 75 por ciento de sus ingresos a dos de cada tres de ellas. Además, a pesar de que muchas reanudaron labores, la demanda no se ha reactivado apropiadamente”, explica.

Jorge Castaño, superintendente financiero, advierte que la estrategia que se puso en marcha en el país ha girado en torno a tres ejes: garantizar acceso permanente a todos los usuarios financieros como sucedía antes de la crisis, generar instrumentos que ayuden a los deudores a preservar su viabilidad financiera en el manejo de los créditos, y un flujo permanente de financiación a las personas jurídicas y naturales.

En la práctica, esto ha significado que desde el pasado 20 de marzo hasta el 17 de julio, los establecimientos de crédito han desembolsado cerca de 100 billones de pesos, que incluyen programas de líneas del Fondo Nacional de Garantías (FNG) por 5,5 billones de pesos y créditos de redescuento de los bancos de segundo piso por 4 billones de pesos.

“La banca colombiana ha trabajado junto al Gobierno nacional en diseñar e implementar el esquema de garantías que permite el acceso a financiamiento para varias modalidades como capital de trabajo, pago de nóminas, apoyo a trabajadores independientes, microfinanzas y soporte a los sectores económicos más afectados, regionales y grandes empresas”, advierte el funcionario sobre el papel clave que ha desempeñado para el sector productivo.

A partir de las circulares externas 007 y 014 de la Superintendencia Financiera, las entidades bancarias han otorgado periodos de gracia y prórrogas a los clientes que al corte del 29 de febrero de 2020 tenían una mora menor o igual a 60 días, para los cuales se mantiene inalterada la calificación ante las centrales de riesgo durante este periodo.

Gracias a estas medidas, a corte del 31 de julio, se han concedido periodos de gracia y prórrogas a las obligaciones financieras de cerca de 11,8 millones de deudores, contabilizando cerca de 224 billones de pesos. De ellos, 39,2 por ciento corresponden a crédito comercial, 36,2 por ciento a consumo, 21,8 por ciento a vivienda y 2,8 por ciento a microcrédito.

Otra de las medidas adoptadas fue disminuir la tasa de interés para compras con tarjetas de crédito en algunos comercios y, en ciertos casos, reducir el 50 por ciento de los intereses de la cuota vigente en distintas modalidades de crédito, entre otras.

Además de responder de manera oportuna y efectiva a la crisis, esas normas están alineadas con las acciones que viene desarrollando la banca nacional desde hace más de cinco años para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de Naciones Unidas, uno de los principales retos que tiene el sector y que cobra aún mayor relevancia tras los efectos de la pandemia.

*Periodista