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EL MEDIADOR

Dos estrellas del momento disputan protagonismo en esta típica película de acción.

30 de noviembre de 1998

De la mano de Quentin Tarantino y por medio de su grandioso papel de sicario frío y calculador en vísperas de recuperación en Tiempos violentos, Samuel Jackson logró posicionarse en Hollywood como un actor de carácter. A partir de entonces su aparición en pantalla es cada vez mayor y la fuerza de sus personajes lo ha catapultado a la cima. Algo que no le ha impedido, sin embargo, aprovechar ese cuarto de hora para medírsele a películas comerciales que poco exigen interpretación. Es el caso de El mediador, típica cinta de acción en la que Jackson hace las veces de un astuto policía de las fuerzas especiales antiterroristas de Chicago que termina involucrado en un crimen que no cometió. Experto en negociar con todo tipo de secuestradores con el ánimo de evitar tragedias, Jackson termina convertido él mismo en un plagiario con el fin de forzar la investigación que dirima el caso. Para lo cual hace llamar a un mediador de su mismo calibre, un sagaz negociador interpretado por Kevin Spacey, otro actor que ha aprovechado su momento estelar desde que ganó el Oscar a mejor actor de reparto por Los sospechosos de siempre. Aunque el enfrentamiento entre dos mediadores especializados resulta interesante, la película no pasa de ser una más de su género. Con un agravante: no existe la menor evidencia de que el director, Gary Gray, intente explotar la capacidad interpretativa de sus protagonistas. Sus caras son el atractivo principal de la cinta, pero ninguno hace mucho esfuerzo por sacar adelante un guión que, como todos los de su especie, sufre de terribles anomalías, disimuladas por el armazón cinematográfico de las operaciones policíacas, los disparos a quemarropa y las amenazas a los rehenes que alimentan la tensión. Puede que la cinta resulte al fin y al cabo entretenida. Pero no es menos cierto que en medio de la inmensa oferta de películas de acción, El mediador es apenas una anécdota sin mayor resonancia.