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UNA PROPUESTA INTERESANTE

27 de julio de 1998

La novela que se ganó el premio Alfaguara. Margarita, está linda la mar Sergio Ramírez Alfaguara, Madrid, 1998 $ 25.000 Este libro pega desde el título: ¿Quién no se sabe casi de memoria el famoso poema de Rubén Darío, que comienza "Margarita está linda la mar,y el vientolleva esencia sutil de azahar"? Lo que no se sabe mucho es la identidad de la famosa Margarita Debayle, para quien el nicaragüense escribió el poema. Y en ello, precisamente, está la clave de esta novela. Resulta que Margarita es hermana de Salvadorita, esposa del dictador Anastasio Somoza. Ambas eran niñas cuando Rubén Darío, en 1907, escribió el poema en el abanico de la primera. Sergio Ramírez une este episodio con la muerte del cónyuge de Salvadorita en 1956, a manos de unos terroristas patriotas y suicidas. Así, la novela se desarrolla en dos tiempos: en 1907, donde se narra la llegada triunfal de Rubén Darío a Nicaragua y a León, su ciudad natal, luego de 15 años de ausencia. Es un Darío convertido ya en leyenda, mitificado, adorado y glorioso, pero que está alcoholizado del todo y destruido por problemas conyugales y económicos. El segundo tiempo transcurre en 1956 y narra las reuniones de una tertulia en un café de León, donde un grupo de personajes se dedican desde hace años a reconstruir la leyenda de Darío y, al tiempo, a conspirar contra Somoza. La conspiración culmina con su asesinato durante una fiesta que le ofrecen al dictador y a Salvadorita en León. Quien dispara contra Somoza es un poeta, el mismo que con sus amigos se regodea en contar la vida y milagros de Darío. Sobre este andamiaje, Ramírez juega a sus anchas, avanzando y retrocediendo en el tiempo y creando vínculos reales y ficticios entre los dos niveles del relato. Porque pasa con todo desparpajo de la leyenda y la ficción a la Historia con mayúscula. Y así recrea medio siglo de la historia de Nicaragua y también historias personales de amor, de resentimiento y de barbarie. Hay que decir que el libro muestra a un narrador ducho, que domina las técnicas más diversas, así como la ciencia de los géneros, pues además de lo histórico utiliza formas de folletín, del melodrama y de la tragedia. Hay abundancia de personajes, lo cual, unido al gusto por la experimentación, dificulta a ratos la comprensión de la lectura, por lo que se hace necesario leer despacio y con el ojo muy abierto. Pero vale la pena hacerlo, pues se trata de una propuesta original, interesante y bien trabajada.