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SALIENDO DEL HOYO

CON LOS RECIENTES EXITOS INFANTILES Y JUVENILES, EL GOLF NO SOLO HA DEMOSTRADO QUE ESTA EN SU CUARTO DE HORA SINO QUE TIENE COMO SEGUIR GARANTIZANDOLE TRIUNFOS AL PAIS.

15 de abril de 1996

En Colombia durante la decada pasada sólo se hablaba de las proezas ciclísticas de Luis Herrera y Fabio Parra, y lógicamente de fútbol. Hoy en día las cosas son diferentes y deportes como el golf, que tradicionalmente habían ocu-pado los rincones de las páginas deportivas, son los que están acaparando los titulares y ganando torneos internacionales para el país.A finales de los 80 fue el cuarto de hora del ciclismo colombiano. A comienzos de los 90 el turno fue del fútbol. Sin embargo desde la época en que Lucho Herrera ganó la Vuelta a España, y aun antes de que la selección de fútbol clasificara para el mundial de Italia 90, en Colombia ya había comenzado lo que algunos denominan hoy en día el boom del golf. A diferencia de los deportes populares, a lo largo de una década el golf ha ganado los más importantes títulos a todo nivel. Desde mediados de los 80 los golfistas colombianos y las selecciones prejuveniles y juveniles han conseguido durante casi todos los años los títulos de campeones suramericanos y han alcanzado en varias oportunidades el campeonato mundial. Sin ir muy lejos hace pocas semanas, en Santiago de Chile, la selección juvenil femenina, encabezada por Cristina Baena, Catalina Zuluaga y Natalia Navarro, retuvo el título que el país ha ganado consecutivamente durante los últimos seis años. El equipo masculino, representado por Camilo y Carlos Benedetti y José Merizalde, recuperó en ese mismo torneo la hegemonía masculina que el país tenía desde 1988 y que, como algo excepcional, perdió el año pasado.Pero el boom no para ahí. A finales de 1995 la ibaguereña Eileen Katherine Vargas ganó para Colombia el Japan Cup World Junior Golf Championships, el torneo más importante del mundo, ratificando los títulos mundiales que había logrado a mediados del mismo año y en 1994 en San Diego, Estados Unidos. Estos campeonatos no fueron nada nuevo para la familia del golf, ya que en 1992 y 1993 la pereirana María Isabel Baena se había encargado de ganar estos títulos mundiales en el torneo de San Diego. ¿Pero cómo se llegó a este boom?Parte de la explicación radica en que durante los últimos 15 años el número de clubes, practicantes y campos de golf ha crecido de una forma vertiginosa. Contrario a lo que muchos creen, el golf, que no es un deporte popular, tiene una de las federaciones más numerosas del país. En la actualidad cuenta con 14.000 miembros registrados, pero la cifra real de practicantes de esta disciplina está cercana a las 30.000 personas, sumando los jugadores que practican este deporte no de forma competitiva, como los afiliados a la federación, sino como un medio de recreación y por lo tanto no les interesa tener registros de sus handicap.Otro de los factores que ha contribuido al boom ha sido la gran cantidad de clubes y campos que se han creado en los últimos tiempos. Bogotá, por ejemplo, pasó en un período de seis años de tener tres clubes tradicionales a disponer actualmente de 15 campos de óptima calidad. Esto convirtió a la capital colombiana en la segunda ciudad suramericana con más campos de golf, superada por Buenos Aires, que tiene cerca de 30. Las demás ciudades de Suramérica no poseen más de cuatro lugares para jugar golf. Esto explica en parte el porqué Argentina y Colombia son hoy por hoy las potencias suramericanas en este deporte.El paraíso del golfEl elevado número de escenarios, así como la privilegiada posición geográfica, también han sido parte importante para que Colombia sea uno de los países del mundo en donde se realizan más torneos. En la actualidad en el país se juegan alrededor de 40 torneos en las 52 semanas del año, cuando en los países anglosajones y los del cono sur, debido a los cambios de estaciones, se deja de jugar durante varios meses. Según Juan Pablo Gutiérrez, presidente de la Federación de Golf durante 16 años y actual secretario ejecutivo de la federación suramericana de ese deporte, "estos factores han ayudado al desarrollo del golf en el país, porque la gran cantidad de extranjeros y el amplio número de torneos que se realizan durante todo el año en Colombia han contribuido a que el nivel de juego de los golfistas colombianos mejore". Y es que para los golfistas extranjeros el hecho de poder venir a jugar en Colombia en cualquier temporada del año no es el único incentivo. Durante los últimos años las bolsas de premios de los campeonatos colombianos se han vuelto muy atractivas para cualquier jugador, ya que dependiendo del torneo se reparten premios que van desde los 20.000 hasta los 90.000 dólares. Algo que garantiza un buen nivel de competencia.Pero tal vez el factor que ha hecho posible que el golf nacional se haya desarrollado a un nivel tan elevado ha sido la política de renovación que la federación y los clubes se trazaron hace más de una década. A diferencia de otras federaciones, la de golf entendió que si quería ocupar un lugar destacado en el panorama internacional tenía que trabajar con quienes serían el futuro de ese deporte: los niños.La contratación de profesores altamente capacitados y, sobre todo, los continuos fogueos nacionales e internacionales en los que se ha buscado principalmente la participación de los niños, son los responsables de los resultados que ahora se están viendo. Prueba de esto son las privilegiadas posiciones que los colombianos ocupan actualmente en las categorías infantil, prejuvenil y juvenil.Lo interesante de todo este boom del golf colombiano no es sólo ver los excelentes resultados de la renovación, sino el hecho de que con el proceso continuo que se ha llevado y con la cantera de jugadores que existe en el país, seguramente en muy poco tiempo los grandes éxitos internacionales llegarán en las categorías mayores. Lo cierto es que, a diferencia de otros deportes, este boom no parece ser sólo flor de un día.