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Como inconsistente e incoherente calificaron los analistas la propuesta del presidente Petro de una alianza entre Ecopetrol y PDVSA, la cual lanzó en un encuentro con Nicolás Maduro.
Como inconsistente e incoherente calificaron los analistas la propuesta del presidente Petro de una alianza entre Ecopetrol y PDVSA, la cual lanzó en un encuentro con Nicolás Maduro. | Foto: AFP

Ecopetrol

La posible sociedad entre Ecopetrol y Pdvsa puede terminar en una relación tóxica, ¿por qué?

La posible alianza entre Ecopetrol y PDVSA causó reacciones y críticas. Aunque Venezuela es uno de los países con mayores reservas de crudo y gas del mundo, los riesgos son muy altos. ¿Cuáles son?

Redacción Economía
25 de noviembre de 2023

En una visita relámpago a Venezuela para un encuentro con el presidente Nicolás Maduro, el presidente Gustavo Petro anunció la posibilidad de un nuevo negocio para Ecopetrol. “Es muy probable que Ecopetrol se vuelva socia de PDVSA en la explotación de campos de gas en Venezuela y de campos de petróleo”, dijo.

Las reacciones no se hicieron esperar. Exministros, analistas y expertos calificaron el anuncio de incoherente e inconsistente. “No se firman nuevos contratos de exploración de gas y petróleo en Colombia porque estamos contribuyendo a la transición energética de la humanidad, pero sí se hacen con este socio y en Venezuela. ¿Y si más bien aprovechamos el siempre limitado capital de inversión de Ecopetrol en Colombia para que los contratos nuevos y divisas se queden acá?”, se preguntó el exministro José Manuel Restrepo.

Por su parte, el también exministro Juan Camilo Restrepo advirtió: “¿Prohibimos explorar hidrocarburos en Colombia, pero ahora resulta que nos vamos a asociar con Venezuela (PDVSA) para hacer allá lo que acá se prohíbe? ¿Qué lógica hay en esto? ¿Qué coherencia? ¿Y es que acaso la capacidad de inversión de Ecopetrol es ilimitada?”.

De hecho, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) en un estudio reciente estimó que, sin nueva exploración de petróleo y gas en Colombia, la caída en la producción de petróleo en 2030 sería cercana a los 286.000 barriles diarios, las exportaciones de petróleo tendrían una contracción de 55 por ciento al final de la década, mientras la caída en los ingresos fiscales del país, en 2030, sería de 12,7 billones de pesos.

La caída en la producción de petróleo en 2030 sería cercana a los 286.000 barriles diarios | Foto: guillermo torres-semana / AFP

La nueva declaración del presidente Petro no sorprendió a los mercados. En efecto, el dólar se mantuvo estable y la acción de Ecopetrol se movió al ritmo del precio del petróleo. Como explica un analista que prefirió mantener su nombre en reserva, “a este Gobierno le pasa el efecto del pastorcito mentiroso: habla, pero no pasa nada. Otro ejemplo se dio cuando el presidente Petro dijo que no había que mantener la regla fiscal. Se esperaba que el riesgo país se hubiera trepado, pero no fue así. El mercado está empezando a entender que de la narrativa a la realidad hay un camino gigantesco”.

Las reservas de Colombia en petróleo y gas son limitadas, apenas superan los siete años. La preocupación de que no se avance en la exploración de campos es cada vez mayor. Ya Canacol abortó uno de sus negocios más importantes: el suministro de gas a EPM. Venezuela tiene una de las mayores reservas de crudo y gas en el mundo. No obstante, los embargos y castigos al régimen –como las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos– limitan las operaciones con PDVSA. Además, su producción pasó de 3 millones diarios a un poco más de 770.000 barriles, y sus técnicos emigraron por cuenta de la administración, primero, de Hugo Chávez y, luego, de Maduro.

Ecopetrol ha hecho alianzas que le han permitido generar valor. Por ejemplo, Carlos Gustavo Cano, miembro de la junta directiva de Ecopetrol por seis años, destacó la que hizo con la OXY para el desarrollo en Estados Unidos de campos no convencionales (fracking), que se han convertido en unos de los más rentables de la petrolera colombiana. También resaltó los que alcanzó con Shell y Petrobras.

“¿Qué conveniencia le ve la empresa de los colombianos a asociarse con una compañía que fue la más importante de América en hidrocarburos y que ahora es la más aporreada por los malos manejos, por la corrupción y por la pérdida de valor? No importan las reservas, que son naturales en Venezuela, pero ¿qué gana ahí Ecopetrol?”, se preguntó Cano.

Por su parte, Luis Guillermo Echeverri, expresidente de la junta directiva de Ecopetrol, advirtió: “¿Qué es lo importante? Asociarse con gente que tenga recursos, buenos negocios y no con aquellos que no tienen plata ni buenos negocios, están quebrados y no tienen ni idea de cómo manejar toda una infraestructura petrolera, lo cual está demostrado”.

Según Ecopetrol, la empresa tiene un contrato suscrito con PDVSA desde 2007, con vigencia a noviembre de 2027, para la compraventa y transporte de gas a través del gasoducto binacional Antonio Ricaurte. En noviembre de 2022 Ecopetrol solicitó a la Ofac autorización para adelantar negociaciones con PDVSA, y el 18 de octubre de este año se anunció un levantamiento de las restricciones por seis meses para realizar transacciones.

Ricardo Roa Presidente de Ecopetrol
Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol. | Foto: esteban vega la-rotta-semana

Los riesgos

Alinear los esfuerzos en materia de exploración y explotación de crudo con Venezuela, hoy por hoy, provoca más incertidumbres que certezas. El primer frente está relacionado con la pérdida de autosuficiencia energética. “Colombia debe incrementar su soberanía energética. A Alemania le costó muchísimo no tener soberanía energética. Ese es un reto como país”, señaló Daniel Guardiola, director ejecutivo de equity research de BTG Pactual.

Agregó que la vida útil de las reservas de gas en Colombia viene declinando “y nadie está buscando gas que pueda ser comercializable en el corto plazo. Esos yacimientos de aguas ultraprofundas ojalá los podamos sacar. Pero si lo hacemos será de aquí a cinco o seis años y aún no sabemos si es viable económicamente”. Además, todo indica que el estado del gasoducto entre Colombia y Venezuela no es el mejor.

El segundo gran riesgo corresponde a las sanciones y restricciones de la Ofac. Aunque las autoridades estadounidenses le han entregado a PDVSA licencias para que pueda operar, ese camino se podría enredar, según expertos en la materia. ¿Por qué? Por un lado, si la licencia –que por lo general es por periodos menores a los contratos– es revocada o no es renovada, Ecopetrol tendría que terminar el contrato o exponerse a sanciones. Por otro lado, se enfrenta a los riesgos de cumplimiento. “Una compañía como Ecopetrol, inscrita en la Bolsa de Valores de Colombia y que, además, cuenta con un ADR en Estados Unidos, tiene unas políticas de compliance, unos sistemas antilavado y mecanismos de control internos, que se van a activar cuando empiecen a hacer negocios con PDVSA”, dice un experto.

Y está el escenario político. El próximo año hay elecciones en Venezuela y la condición principal para mantener ese permiso es que sean justas y que la oposición pueda participar.

“A María Corina Machado al parecer no la van a dejar participar. Entonces, ¿qué puede pasar? De pronto de aquí a un año ya Venezuela no tiene el permiso especial para contratar ni con Chevron ni con Ecopetrol. Pero, además, hoy Donald Trump puntea en las encuestas en Estados Unidos y el próximo año en ese país hay elecciones. Si él gana, es posible que a Venezuela le levanten el permiso especial para contratar y Ecopetrol podría quedar con un socio radioactivo”, agrega otro analista.

Y, finalmente, el anuncio del presidente Petro se saltó los procesos internos y dejó en evidencia la fragilidad del gobierno corporativo de Ecopetrol, en especial en lo que corresponde a la toma de decisiones de inversión y al papel de la junta directiva de una compañía. Si bien tiene cerca del 88 por ciento de capital de la nación, también tiene accionistas minoritarios que debe respetar, máxime cuando allí no solo hay fondos de inversión, sino también fondos de pensiones y miles de personas naturales que tienen parte de sus ahorros. El debate de lo que sería una relación tóxica apenas empieza.