Ya arrancaron las discusiones de la mesa de concertación salarial para definir el aumento del salario mínimo de 2022. Se espera una decisión para el 15 de diciembre.
Ya arrancaron las discusiones de la mesa de concertación salarial para definir el aumento del salario mínimo de 2022. Se espera una decisión para el 15 de diciembre. | Foto: FOTO: juan carlos sierra

Salario mínimo

Atentos: esta es la advertencia del director de Planeación Nacional sobre el salario mínimo para 2023

Para el funcionario, el aumento debe darse de una manera razonable para que no exista una situación macroeconómica inmanejable.

11 de octubre de 2022

La norma en Colombia es clara, está determino que el salario mínimo en Colombia no puede aumentar por debajo del porcentaje de inflación del año anterior. Es de recordar que el Dane reveló que en septiembre la inflación anual quedó en 11,44 %, la más alta de los últimos tiempos, y según los expertos el costo de vida en el país para finales de año no da señales de ceder.

La Ley 278 de 1996 establece el procedimiento de fijación de salario mínimo en cada anualidad: al 15 de diciembre debe haber un acuerdo tripartito, si para esa fecha no lo hay, se da un plazo de 48 para que las partes se pongan de acuerdo; si definidamente no hubo un consenso hasta el 30 diciembre en la mesa de concertación, el Gobierno nacional puede definir unilateralmente.

Para ello, de acuerdo con el panorama económico que atraviesa el país, que no es fácil, les resultará un reto mayor a quienes lideren esas negociaciones para el aumento del salario mínimo para el próximo año. Por eso, diferentes sectores ya han comenzado a dar luces de sus propuestas para comenzar el debate a finales de año, fecha que ya se aproxima.

La más reciente fue la del director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, manifestando que “no se pueden desbordar”, y dijo que en temas salariales debe haber un equilibrio. Su propuesta es que hay que evitar un deterioro de la calidad de vida de las personas: “No podemos aceptar que las condiciones de vida de las población se deterioren”.

Dijo que hay que revisar cómo se debe dar el aumento de una manera razonable para que no exista una situación macroeconómica inmanejable.

Mientras que el director de Planeación Nacional del gobierno Petro, dice que debe evaluarse en mayor escala, otros sectores sí dijeron que el aumento debería ser del 20 % o más.

El empresario Mario Hernández ya ha manifestado que le pide al Gobierno nacional que el incremento debería rondar el 20 % por la crisis inflacionaria que está afectando el bolsillo de los colombianos. Nada más, Fedesarrollo -en un informe- reveló que la confianza del consumidor para el mes de septiembre ha caído, lo que podría significar que el dinero para la adquisición de bienes en el país no está alcanzando, siendo los caleños y los bumangueses quienes han quedado en el rincón de los más pesimistas.

“Presidente @petrogustavo, la inflación va a cerrar el año rondando el +-14 %. Yo le propongo que suba el salario mínimo el 20% y que fomentemos a la gente que quiere trabajar. Tenemos diferencias importantes, pero igual que usted, soy un convencido de que la gente debe ganar más”, dijo puntualmente Hernández en la citada red social.

Y precisamente, Fedesarrollo también concuerda con Hernández, manifestando que el incremento de salario mínimo podría ser del 20 % o más. Si la propuesta de Hernández llegara a ser aprobada, quiere decir que el salario mínimo en Colombia quedaría en 1′200.000 pesos, a los que se les sumaría el auxilio de transporte, como lo determina la ley, y aplica para quienes ganan hasta dos salarios mínimos mensuales.

Otro de los sectores que se ha encargado de comenzar con la discusión sobre el aumento es Corficolombiana, una corporación financiera con inversiones en infraestructura, energía, hoteles y agroindustria; para ellos, el incremento en el salario mínimo no debería ir más allá de 15 %, contando con varias circunstancias que ayudarán a que la inflación suba aún más, como lo es la subida gradual que empezará a hacer el Gobierno a la gasolina, para tratar de emparejar el hueco que tiene el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que se encargó en que el precio de los combustibles no subiera mes a mes.