PILAS PUESTAS

11 de noviembre de 1996

Con la compra de Duracell por parte de Gillette, por un valor de 7.300 millones de dólares, la compañía conocida por sus máquinas de afeitar hizo una riesgosa apuesta: diversificarse y crecer por fuera de su negocio tradicional. Y la empresa que acaba de comprar no es cualquier cosa. Con ventas por 2.600 millones de dólares anuales, el negocio de las baterías se convertirá en el segundo en importancia para Gillette, después de las rasuradoras y por encima de los artículos de aseo y los esferos, entre otros. La idea de Gillette es agregar otro producto rentable a sus canales en droguerías y supermercados. Además, tiene en la mira aumentar la penetración internacional de las baterías Duracell, pues en la actualidad es muy baja