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Claudia Varela, columnista

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Me persiguen

La salud mental es un tema muy importante. Es vital entender comportamientos diferentes y situaciones que van más allá de un ego mal manejado, de inmadurez o falta de autogestión.

7 de mayo de 2023

Beto estaba realmente preocupado, no entendía qué estaba pasando. Uno de sus principales empleados estaba faltando a la oficina con demasiada frecuencia. Decía que estaba cansado, que se sentía enfermo y ya había un par de incapacidades médicas que apelaban a ansiedad y depresión agudas.

Beto, preocupado por la falta de su gerente de operaciones, decidió hablar con la psicóloga que le manejaba el área de Recursos Humanos para entender un poco más qué le pasaba, y al final entender si podía hacer algo, ya que sus reiterativas ausencias estaban haciendo serio daño al negocio.

Carolina, le explicó que el ejecutivo protagonista de esta historia tiene tendencias paranoides. ¿Cómo así?, ¿realmente alguien lo persigue? Preguntó Beto sorprendido. En sus 45 años nunca había conocido a alguien que tuviera este delirio de persecución y menos que esto le complicara la vida para ir a la oficina. Indagó más y llegó a algunas conclusiones.

Observó con más mesura y sí notó que Pedro era bastante retraído, a veces no hablaba y prefería meterse en una oficina antes que interactuar con otros. Lo cual él ni siquiera había notado, ya que siempre reconoció que Pedro era cumplido con su trabajo y en general tenía un buen desempeño.

Al meterse más en la historia, entendió que los paranoicos en la oficina pueden ser una fuente de tensión y conflicto en el ambiente laboral. También descubrió que si un compañero de trabajo parece tener síntomas de paranoia, es importante ser empático y comprensivo con sus preocupaciones, pero también es importante establecer límites claros para evitar que la situación afecte negativamente el trabajo y el desempeño del equipo.

De hecho, hablando con sus compañeros se dio cuenta de que muchas veces solo un llamado de atención o una conversación un poco más directa le incomodaban y era fuente de sentimiento de persecución. ¿Pero entonces cómo manejo un perfil como estos?, inquirió Beto preocupado.

Se me ocurre que lo primero es entender bien si hay algo de acoso real o en realidad todo se trata de una versión personalizada e individual del sujeto en cuestión. Algunas cosas adicionales que podrían ser útiles:

1. Hablar con la persona: de manera respetuosa y amable para tratar de entender sus preocupaciones y ofrecerle apoyo. Preguntarle qué le está perturbando y escuchar con atención cuáles son sus temores.

2. Mantener una actitud neutral: es importante evitar tomar partido en los delirios de la persona y no reforzar sus ideas irracionales. No hay que desmentir sus ideas, pero tampoco hay que darle credibilidad. Es bueno cotejar versiones y no quedarse solo con la versión del posible paranoico. Ellos suelen estar convencidos de que todo es un ataque contra ellos, así que son manipuladores y convincentes.

3. Fomentar una comunicación abierta: es importante fomentar una comunicación abierta y honesta en el lugar de trabajo para que todos los miembros del equipo puedan expresar sus inquietudes y preocupaciones de manera adecuada.

4. Buscar ayuda profesional: si la persona parece estar pasando por un momento difícil, puede ser necesario buscar ayuda profesional para ella. Es importante recordar que la paranoia es un trastorno mental serio que puede requerir tratamiento, así que hay que enfrentarlo con convicción y expertos.

La salud mental es un tema muy importante. Es vital entender comportamientos diferentes y situaciones que van más allá de un ego mal manejado, de inmadurez o falta de autogestión. Cabe resaltar además que es muy importante entender bien el contexto particular, ya que puede haber una falsa paranoia que solo genere mal ambiente en el equipo. Sentirse perseguido y víctima del sistema y encontrar las culpas solo en los demás no necesariamente es un tema paranoide o de alguna enfermedad mental. Siempre hay que cuidar al equipo y salvaguardar su salud y armonía como equipo.

Como diría Rosa Montero en su última obra, Todos somos diferentes, todos somos iguales.

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