Contrabando crece a la par del consumo de licor

En un año de grandes sobresaltos por el comportamiento de la tasa de cambio, el aumento de la inflación y la desaceleración en la economía, muchos esperan con ansias la llegada del fin de año para celebrar. Quizás los más interesados son los comercializadores y productores de licores, que tienen en estos meses la temporada de mayores ventas.

Pero este año, al tiempo que hay grandes expectativas por el comportamiento del mercado, también crece la preocupación por el aumento de productos ilegales en el mercado que, además de ir en contra de la salud, afectan el recaudo de impuestos y ponen en jaque las finanzas de los departamentos.

Si bien en los últimos años esta actividad industrial y comercial ha sufrido una revolución silenciosa por cuenta del crecimiento de la clase media, que ha llevado a que cada vez haya más personas tomando whisky, ron o vino, lo cierto es que son precisamente estos los productos que más se adulteran en el mercado colombiano.

Para empresarios y analistas, es necesario modificar la actual regulación impositiva para evitar que ingrese tanto producto ilegal al mercado. La diferencia en el pago de impuestos que se registra entre los productos que tienen menos de 35 grados de alcohol y los que superan ese nivel –aseguran los expertos– genera distorsiones en el mercado, favorecen el contrabando y provocan una reducción en el consumo.

Para el exdirector de Planeación Nacional y analista de la firma eConcept, Mauricio Santamaría, el consumo de bebidas alcohólicas en el país, exceptuando la cerveza, es uno de los más bajos del mundo. Además, Colombia sigue siendo uno de los países de la región donde los precios de las bebidas legales no solo son altos sino que tienen mayores impuestos, lo que fomenta el mercado ilegal y el contrabando. ¿Motivos para brindar?