| Foto: Fundación Transformemos

Región

Campesinos ‘digitales’ en los Montes de María

Para Rodolfo Ardila, director de la Fundación Transformemos, encargada de alfabetizar a 363 personas del sector rural, no se puede seguir negando el acceso a la tecnología a las personas por ser pobres.

18 de julio de 2017

A los 65 años, Ernelda Pérez pudo escribir por primera vez su nombre. Ocurrió en la región de Montes de María, en el municipio de Colosó, después de asistir 800 horas de clases de alfabetización para obtener su título de básica primaria. Lo curioso del caso es que aprendió a escribirlo en una tableta, aún cuando, evidentemente, no es una nativa digital. “Uno iba a algún lugar y tenía que poner la huella porque no sabía escribir, entonces ahora tomo el lápiz y firmo; ¡es mejor que poner la huella!”, explica.

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Como antes le sucedía a Ernelda, en el país todavía existen 2,7 millones de colombianos que diariamente se enfrentan a este temor de no poder leer documentos personales ni si quiera firmarlos. Equivalen al 5,8 % de la población. Según la Unesco, para declarar a un país como territorio libre de analfabetismo, esta cifra debe estar por debajo del 4 %.

Desde hace años, fundaciones, organizaciones internacionales y el gobierno han unido esfuerzos para combatir esta problemática que afecta en especial a la población víctima del conflicto armado, según el Ministerio de Educación.

Este año, Ernelda Pérez y 362 personas más de nueve municipios de Los Montes de María -el 60 % adultos mayores provenientes de zonas rurales- pudieron aprender a leer, a contar y algunos a escribir gracias al programa de alfabetización digital ‘Sistema Interactivo Transformemos’, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Fundación Saldarriaga Concha.

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Este proyecto, ideado por la Fundación Transformemos,  ganó el Premio Unesco Confucio como el mejor modelo para jóvenes y adultos para la paz, Según su director, Rodolfo Ardila, “logramos cero deserción y demostramos que en las antiguas zonas de conflicto pueden implementarse procesos educativos formales de calidad”.

El material (libros, cartillas, programas) que usaron fue diseñado especialmente para los habitantes de los Montes de María. Es decir, se tuvo en cuenta su cultura, sus costumbres y su situación económica. “Además no solo se alfabetizaron en lectura y escritura, también en cultura digital. Trabajaban con tabletas y tenías aulas interactivas”, explica Ardila a Semana Educación.

“Del libro de Transformemos me siento orgulloso porque es de nuestra cultura, lo que uno hace, de lo que hay acá en nuestra región; por ejemplo el tabaco que lo cultivo yo, también la yuca, el ñame; todo viene en el libro y ahí puedo aprender cómo hacer mejor todo”, cuenta Roberto Vergara otro estudiante del municipio Los Palmitos

Como la mayoría de estos municipios no cuentan con una red internet, la Fundación Transformemos diseñó el sistema con la modalidad de offline que no necesita conexión a internet para acceder al material pedagógico.

Ante los argumentos de que las personas que viven en las zonas más pobres y apartadas del país no necesitan aprender a manejar las tecnologías, Ardila se muestra muy tajante: “No podemos tenerlos relegados. Una tableta cuesta 200.000 pesos, hay tabletas en todos los colegios el país, hay puntos de Vive Digital en muchas regiones, además, ellos salen a los cascos urbanos y se comunican con el mundo a través de un café internet. No podemos seguir pensando que la tecnología no puede llegar a ellos por ser pobres”.

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Ardila confirma que, efectivamente, este tipo de programas de alfabetización digital pueden fracasar, pero solo si no existe una continuidad “porque no viven en ambientes letrados y podrían olvidar lo aprendido”.    

Los campesinos de Montes de María son el ejemplo más claro de que la tecnología es un facilitador de cara a un futuro digno. Por ejemplo, Héctor de la Rosa, otro estudiante, ya no tendrá que volver a contar con palillos, el método visual que empleaba para no dejarse engañar porque no sabía de números y sumas. Sin embargo,  no es suficiente para acabar con la pobreza.Para dejar de ser pobres, al menos se debe terminar el bachillerato, solo saber leer y escribir es del siglo pasado, según un estudio que publicó  la Unesco”, advierte Ardila.

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Por el momento, están trabajando para que estas personas cursen hasta 5° de primaria con el fin de que algún día terminen el bachillerato. “En este momento estamos al tanto de la gobernación de Sucre para que ellos giren los recursos y estas personas  puedan continuar sus estudios usando las herramientas digitales que con las que aprendieron a escribir y con el material regionalizado”, concluye el director. 

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