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“La educación nos hace libres” fue la consigna para invitar a los campesinos a participar del movimiento radiofónico. | Foto: Cortesía Banco de la República

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Radio Sutatenza, el medio con el que los campesinos le 'hicieron la guerra' a la ignorancia

Una exposición reúne toda la historia de este proyecto educativo con el que más de ocho millones de campesinos aprendieron a leer y escribir.

23 de junio de 2017

“En todo hogar campesino el radio no ha de faltar, para que haya cultura, riqueza y felicidad”. Con fragmentos como este, en canciones del género popular, la tradicional Radio Sutatenza comenzó a promocionar su programa revolucionario de educación en los hogares de los campesinos colombianos, por allá en los años 40.

Esas rimas inicialmente se escucharon, desde luego, en el municipio de Sutatenza (Boyacá), y lograron atravesar las fronteras para impactar a familias de toda Colombia e incluso en varios países de Latinoamérica.

Las ondas radiales carrasposas que retumbaban en aquella época hoy vuelven a sonar con fuerza por los pasillos la Luis Ángel Arango, la biblioteca más completa de Bogotá, en la exposición ‘Radio Sutatenza: una revolución cultural en el campo colombiano (1947 – 1994)’.

Fotografías en blanco y negro, audios viejísimos emitidos hace 50 años, cartas amarillentas enviadas por los mismos campesinos y otra decena de documentos raros y apasionantes, cosas como esas se pueden encontrar en un espacio que busca sumergir a los asistentes en la historia del proyecto que les permitió, entre muchas otras cosas, aprender a leer y escribir a más de ocho millones de personas.

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La guerra por esa época era otra, era una contra la ignorancia. Esa fue una de las consignas con las que el monseñor José Joaquín Salcedo y la Acción Cultural Popular (ACPO) motivaron a los campesinos a reunirse con los vecinos, alrededor del transistor, a escuchar la poderosa voz del profesor-locutor. Precisamente, lo que impulsó este movimiento radiofónico fue el hecho de llevar ‘el maestro al hogar’ en más de 900 municipios colombianos.
Además de transmitir lecciones por radio, había cartillas para seguir las clases. Cuando el campesino ya tenía una noción cercana a la lectura y escritura, podía poner en práctica lo aprendido escribiendo cartas con sus ideas y necesidades. En una franja radial se leían los mensajes e incluso se respondían a través de funcionarios de ACPO.

Conocer de la mano de los oyentes las necesidades en las regiones colombianas también ayudó a la creación del periódico ‘El Campesino’. Allí se exponían las problemáticas del campo y los mismos aprendices ejercían como redactores. “Alrededor de estos medios se tejían unas campañas educativas que hicieron parte del modelo de Educación Fundamental Integral (EFI) que conjugaban la educación con una intención de poner en práctica conocimientos para solucionar problemas y generar cambios sociales en el campo”, explica Zully Zabala, coordinadora curatorial de la exposición.
Dichas campañas hicieron parte del modelo de Educación Fundamental Integral (EFI) y resaltaban temas como el aprovechamiento de cultivos, el cuidado de los animales, los usos del agua o la necesidad de tener una huerta casera.

Una de las cosas que más llama la atención en la exposición son las réplicas físicas de las casas típicas de esa época, las mismas que acogieron la sintonía de Sutatenza. “En este espacio pusimos elementos interesantes que no podían faltar en esas viviendas, como tableros fabricados por los campesinos, carteles educativos, el crucifijo y la radio. Incluso, elaboramos una mesa con las instrucciones que aparecían en el periódico ‘El campesino’”, contó Zabala.

El proyecto impulsó el liderazgo de la mujer

La primera clase de Radio Sutatenza la dictó ‘Conchita’ Sastoque, quien por su labor se convirtió en un personaje icónico dentro de este proceso. Como ella, otras mujeres también pasaron de dedicarse únicamente a las labores del hogar a tener una voz y un papel relevantes dentro de la revolución radiofónica.

Aunque el programa estaba dirigido a los adultos del hogar, era natural que en las clases que oían los padres también se sintonizaran los más pequeños. En las grandes ciudades, por ejemplo, también se recuerda a los trabajadores domésticos, vigilantes o tenderos pegados a la frecuencia, por eso más de dos generaciones del campo y de las urbes tienen en su mente los ecos de aquellos anuncios de “Radio Sutatenza”.

La revolución cultural que despertó Radio Sutatenza es recordada como el origen de una transformación de la vida rural en Colombia. Hoy, la ACPO puso en marcha las Escuelas Digitales Campesinas, que ofrecen una experiencia de aprendizaje con las herramientas tecnológicas actuales. En esta página web se pueden encontrar los programas del proyecto y los contenidos del periódico ‘El Campesino’, ahora convertido en un archivo digital con valor incalculable.



La exposición, a cargo del Banco de la República, tendrá sus puertas abiertas en la biblioteca Luis Ángel Arango hasta el mes de diciembre del 2017. Encuentre más detalles sobre la exposición en este enlace

Por: Laura Rodríguez A.
@lau94rodriguez

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