Premio Allianz
Llevar la banca al campo colombiano
Con una propuesta que mezcla tecnología e inclusión financiera, CrediFomento quiere que los campesinos tengan acceso a crédito para hacer más productivo el campo colombiano. Este proyecto fue uno de las ganadores del Gran Premio a la Innovación de Allianz y SEMANA.
Indalecio Dangond es un empresario colombiano que lleva más de 20 años al servicio del sector agropecuario en Colombia y está convencido que quienes mueven al país son los campesinos. La experiencia en este sector le ha demostrado que los agricultores siguen teniendo problemas para financiar sus cosechas, pues cerca de 2,4 millones de ellos nunca han accedido a un crédito.
Por esta razón creó Credifomento, una plataforma que elimina las trabas que el campo tiene para acceder al sector financiero y que les permite a los agricultores estructurar un proyecto y planificar un crédito que pueden obtener en 30 minutos. “Se trata de una herramienta para que el productor no pierda tiempo en la ciudad o tramitando papeles, que le brinde las mejores tasas y que elimine todas las trabas que le roban la rentabilidad”, dice Indalecio.
Este proyecto arrancó con los productores de arroz del departamento del Casanare y vinculó al sector financiero y el agroindustrial en una sinergia de la que todos salen ganadores. Al coordinar las tres partes, esta innovación ha logrado que los arroceros puedan pagar sus préstamos con el grano, ya que el banco recibe el desembolso directamente del molino que compra la cosecha.
Para Andrés Martínez, un agricultor de Paz de Ariporo que lleva 30 años en el negocio del arroz, este modelo ha sido muy efectivo pues su rentabilidad crece gracias a que los créditos le han permitido tecnificarse. “Es una gran ventaja, me ahorro tantos trámites y puedo pagar con producto, porque yo no produzco billete sino arroz”, asegura.
Como Andrés hay otros 177 agricultores que han recibido los créditos por medio de la integración entre CrediFomento, el banco Serfinanza y el molino Granos y Cereales. Hasta el momento se han desembolsado 22.000 millones de pesos e impactado unas 8.000 hectáreas de arroz cultivado por pequeños y medianos productores.
Otra de las beneficiadas es Lit Yalu Perilla, una arrocera que lleva trabajando seis años de manera independiente. Ella dice que los bancos y el Estado los tienen muy abandonados. “Con los créditos pude pagar una maquinaria que debía y también le logró dar empleo a dos tractoristas, un regador y un cuadrillero que genera otros ocho trabajos”, asegura.
Según Yeimy Olarte, gerente de Serfinanza, las tasas están en un promedio de 0,5% y hasta el momento ha sido tan bueno el modelo que han tenido que devolver intereses porque los pagos se dan antes de tiempo. Aunque los créditos en un primer momento estaban en un promedio de un millón de pesos, hoy llegan a los tres millones de pesos por hectárea.
Los créditos se han convertido en una herramienta muy útil para varios agricultores, que gracias al dinero en efectivo recibido, tienen mayor capacidad de negociar con los vendedores de insumos y acceder a descuentos. Así lo explica Julián Yate, gerente del molino de Granos y Cereales en Casanare, quien también se beneficia porque los agricultores producen mayor materia prima y llevan mejores cosechas.
“Nosotros aseguramos la venta de los productos del agricultor y en el caso de los arroceros del Casanare, que producen el 40% del arroz que se come en Colombia, ayudamos a que lo que antes les costaba cuatro veces más por culpa de los intermediarios, ahora lo puedan gestionar directamente ellos y aumenten sus ganancias”, asegura Yate.
Como en el sector del arroz, en todo el agro colombiano se evidencian problemas como la falta de subsidios, seguros, los precios bajos, la propiedad de la tierra y últimamente la entrada de productos de contrabando o importados. Por esto, una inclusión financiera ágil y con tasas bajas, les permite aumentar su rendimiento y resistir a factores externos como la misma pandemia.
“Yo sueño con ver todo el campo colombiano con niveles altos de tecnificación y con agricultores que no tengan que cultivar de a poquitos”, dice Indalecio. Actualmente, Credifomento también ha llegado a regiones como los Montes de María con los pequeños productores de palma, donde ha impactado unas 2.400 hectáreas, pero espera llegar pronto a las 50 mil. Y espera no quedarse ahí, ya que el modelo es escalable en cualquier cultivo y son miles los agricultores de Latinoamérica que necesitan una solución de este tipo.