Home

Gente

Artículo

| Foto: Guillermo Torres

GENTE

Diomedes Díaz y la supuesta maldición que ha causado la muerte de sus hijos

En redes sociales aseguran que los fallecimientos ocurrirían cada tres o cuatro años, como los casos de Martín Elías y Moisés.

28 de octubre de 2020

“El 26 del mes de mayo nació un niñito en el año 57, allá en la junta fue bautizado y hoy se conoce con el nombre de Diomedes”, dice el primer verso de una de las canciones más icónicas del fallecido Diomedes Díaz, para muchos el más grande artista vallenato de la historia del país.

Fallecido el 22 de diciembre de 2013 en Valledupar, el Cacique de la Junta sigue despertando pasiones e interés entre sus seguidores, que a diario especulan con detalles de su muerte y el estilo de vida que llevó, plagado de excesos y polémicas.

Recientemente ha circulado en redes sociales un mito sobre una supuesta promesa incumplida de Diomedes que se relacionaría con la trágica muerte de algunos de sus hijos.

La leyenda se relaciona con la gran devoción y adoración que el cantautor profesó siempre por la Virgen del Carmen, a quien encomendó su carrera, la vida de sus hijos y el bienestar de sus seres queridos.

La muerte de Martín Elías Díaz se dio por un accidente de tránsito el 14 de abril de 2017. La camioneta perdió sus cuatro llantas. Foto: Fotomontaje SEMANA

En agradecimiento por las bendiciones recibidas, Diomedes llegó incluso a prometerle a la virgen la construcción de una iglesia. La promesa se conoció en 1994, cuando el cantante cayó enfermo y tuvo que usar silla de ruedas.

Fue entonces cuando Díaz compuso el tema Volver a vivir, donde plasmó el ofrecimiento en una estrofa: “A mi gran Virgen del Carmen, que no se aparte de mí, que si me para de aquí le hago una iglesia en el Valle”, en referencia a Valledupar.

En efecto, el Cacique se recuperó y volvió a caminar para continuar su exitosa carrera por varios años más, hasta que casi 20 años después falleció de un paro cardiorrespiratorio mientras dormía en su casa del barrio Los Ángeles, en la capital del departamento del Cesar.

Diomedes se fue de este mundo sin cumplir su promesa a la Virgen, lo que habría llevado, según este mito que circula entre sus fanáticos, al origen de una maldición para sus hijos.

Cuatro años después de la muerte de Diomedes, el 14 de abril de 2017, en un lamentable accidente murió uno de sus hijos más queridos, Martín Elías Díaz Acosta.

La trágica muerte del cantante vallenato de 26 años recordó a fanáticos del género los casos de Kaleth Morales y Patricia Teherán, otros artistas que murieron jóvenes y movilizándose por encima de los límites de velocidad.

Diomedes Díaz murió el 22 de diciembre de 2013 en su casa de Valledupar mientras dormía. | Foto: AP.

El que fue considerado uno de los compositores más prolíficos de la parranda vallenata decía “hay que andar con el credo en la boca”, frase que luego popularizó Diomedes Díaz para referirse a las carreras que vive día a día un vallenatero para cumplir con todos los compromisos de su agenda, y que por complacer a todos sus seguidores, eran acechados por los accidentes.

Posteriormente, al cumplirse tres años de la partida del Gran Martín Elías, el pasado mes de abril murió, también en accidente de tránsito otro de los hijos de Diomedes, Moisés ‘el Travieso’ Díaz.

El joven falleció tras sufrir un aparatoso choque en la calle 93 con carrera 49C, en Barranquilla. De acuerdo con la Policía, Moisés se movilizaba en un Chevrolet Spark, color rojo, de placas JGN 890, al momento del trágico hecho.

El jueves jueves 30 de abril de este año murió Moisés Díaz, hijo de Diomedes Díaz, en Barranquilla. | Foto: Foto: tomada de Instagram.com/eltraviesomoises

Tras estas muertes, han surgido en redes sociales nuevos rumores por la supuesta maldición que sufriría la familia de Diomedes por la promesa incumplida a la virgen luego de salvarse de la muerte a mediados de los años 90.

Incluso, hay fans que aseguran que las muertes ocurrirían cada tres o cuatro años, y que los decesos de Martín Elías y de Moisés están relacionadas con el hecho de haber sido los hijos que Díaz encomendó a la virgen cuando nacieron.