MÚSICA
Jimmy Hendrix y Janis Joplin: las trágicas muertes que dieron inicio al ‘club de los 27’
Hace 50 años, y con solo 16 días de diferencia, murieron dos de las estrellas de rock más grandes de los años sesenta. Desde entonces se habla de un grupo de músicos jóvenes que alcanzan la cumbre y mueren a los 27 años.
Bastaron unas semanas para que los fanáticos del rock quedaran devastados. Ocurrió entre septiembre y octubre de 1970 cuando, con solo 16 días de diferencia, murieron por sobredosis Jimi Hendrix y Janis Joplin. Ambos tenían 27 años, un futuro brillante por delante y habían vivido en medio de excesos con las drogas y el alcohol.
Un año antes había fallecido, a la misma edad y en circunstancias similares, Brian Jones, el fundador de los Rolling Stones. Que tres estrellas del rock, símbolos de los años sesenta, hubieran perecido a la misma edad de forma extraña y con tan poco tiempo de diferencia hizo inevitable que la gente conectara los hechos.
Un año después, cuando Jim Morrison, vocalista de The Doors, amaneció muerto en la bañera de su apartamento a los 27 años, muchos ya hablaban de una especie de maldición.
Hoy a los cuatro los consideran los primeros miembros del denominado club de los 27, como llaman al grupo de artistas que consiguieron la fama jóvenes y murieron de forma trágica a esa edad. Años más tarde, también se unieron Kurt Cobain, vocalista de Nirvana, y Amy Winehouse. Sin embargo, algunos creen que el verdadero pionero fue el guitarrista estadounidense Robert Johnson, una leyenda del blues que falleció en 1938 a esa edad.
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Jimmy Hendrix: del cielo al infierno
Hendrix intentó abrirse camino en el mundo de la música desde 1963 cuando se licenció del servicio militar en el Ejército, y había logrado saltar a la fama apenas en 1966, con su versión de Hey Joe.
A partir de entonces, creció exponencialmente: comenzó de telonero de Eric Clapton y terminó considerado el mejor guitarrista del mundo. Llegó a su momento cumbre en Woodstock, en 1969, en donde cerró el festival con un apoteósico concierto a las ocho de la mañana.
Al fallecer acababa de terminar una gira por Estados Unidos y estaba en medio de otra por Europa, pero los últimos conciertos habían sido decepcionantes. En Dinamarca, incluso, se retiró del escenario después de tres canciones luego de decir “llevo mucho tiempo muerto”.
Pasó su último día en Londres con su pareja, la alemana Monika Dannemann, y se quedó con ella en el hotel Samarkand. Sobre lo que ocurrió después no hay mucha claridad. Según la versión más aceptada, ella se despertó a las once de la mañana y lo encontró inconsciente y con vómito alrededor, pero aún respirando. Llamó a una ambulancia y lo llevaron al hospital, aunque era muy tarde. Murió el 18 de septiembre de 1970, ahogado en su propio vómito luego de tomarse nueve pastillas de Vesparax, un potente fármaco para dormir.
Hoy circulan muchas teorías sobre las causas de su muerte: un accidente, un suicidio, un asesinato por deudas perpetrado por la mafia, o por su mánager, o por la CIA, que lo tenía en la mira debido a sus posturas políticas contra la guerra de Vietnam. Las contradicciones en las versiones de Dannemann no han hecho sino aumentar el misterio.
Janis Joplin: del rechazo al éxito
Joplin vivió una historia muy parecida. Soñaba con hacer música desde niña y escuchó cantar a Leadbelly, un ícono del blues. Desde entonces, y aun en contra de los deseos de su familia, intentó triunfar en el mundo de la música, y lo logró en 1963 con el grupo Big Brother and the Holding Company.
Su voz, su actitud rebelde e independiente (muy novedosa en las mujeres de la época) y su talento la llevaron a lanzarse como solista, a ganar varios discos de oro y a tocar en Woodstock. Pero, a la par de su fama, también crecía su afición a la heroína y al alcohol.
Murió en Los Ángeles justo cuando estaba grabando su disco Pearl, que salió póstumamente. Muchos dicen que por esos días estaba molesta con su novio, Seth Morgan, pues se había enterado de que estaba saliendo con algunas mujeres. También, con su amiga y amante, Peggy Caserta, quien no había ido a visitarla como lo había prometido.
Un día antes de fallecer, y luego de una extenuante jornada de grabación, salió a tomar con algunos de sus amigos de la banda y luego se fue a dormir a su hotel. El día siguiente, 4 de octubre de 1970, no llegó al estudio de grabación y, cuando la fueron a buscar, la encontraron muerta al lado de su cama. Había tenido una sobredosis de heroína.
Pudo muy bien ser un accidente, pero hay varias circunstancias extrañas en su deceso. La más llamativa es que en la habitación de su hotel no encontraron rastros de heroína ni de jeringas. Por eso, algunos creen que tal vez esa noche no estaba sola y se habría drogado en compañía.
Brian Jones murió en una forma aún más extraña. El 3 de julio de 1969 apareció ahogado en la piscina de su casa. Pocos días antes, sus compañeros de banda, con Mick Jagger a la cabeza, lo habían despedido por su adicción a la droga y porque su novia lo había dejado por su compañero Keith Richards.
Las autoridades dijeron que en su cuerpo había rastros de alcohol y droga, por lo que se quedaron con la hipótesis del accidente. Pero hay tantos cabos sueltos en la investigación que muchos documentales y libros esbozan la opción de un asesinato cometido por la mafia o por obreros a los que les debía plata.
La verdad sigue oculta en medio del mito. Lo único claro es que los miembros del fatídico club de los 27 fueron desbordados por la fama y murieron muy pronto cuando aún tenían mucho por entregarles a sus fans y al mundo.