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STALLONE AL DESNUDO

En su última película, Silvester Stallone aparece tal como llegó al mundo. Y así poso para la revista Vanity Fair.

8 de noviembre de 1993

AL PARECER LOS músculos de Stallone también dan dividendos fuera de la pantalla. El actor aparece desnudo (en actitud de "pensador" de Rodin) en la portada de la última edición de la revista Vanity Fair y en seis páginas más de fotografías, en compañía de su novia, de 25 años, la modelo Jennifer Flavin, quien se observa vestida. Bajo el título de Sly's body of art, Stallone se muestra de cuerpo entero, con brillantes músculos salpicados de venas brotadas como serpientes que harían palidecer de envidia a cualquier fisicoculturista. Pero en la extensa entrevista confiesa también sus temores de ser un hombre de mediana edad con una profesión que le exige el estado físico y el cuerpo de un adolescente.
Detrás de estas fotografías de desnudos está también el deseo de Stallone de promover su última película Demolition man, El Demoledor, una aventura futurista que confirma no sólo su regreso al cine de acción sino donde aparece, por primera vez, tal como Dios y los gimnasios lo echaron al mundo. La verdad es que, a sus 47 años, Stallone mantiene un envidiable estado físico. El costo de ello es una draconiana disciplina de extenuantes sesiones en los gimnasios y una monótona e infalible dieta alta en proteínas y baja en grasas. Es, sin duda, un esfuerzo que le ha sido devuelto con creces en taquilla. Luego de dos intentos fallidos como comediante, en Oscar en 1991 y Alto o mi madre dispara en 1992, el promotor del músculo en el cine se ha dado cuenta de que no puede cambiar su imagen entre los espectadores. Pero además, aprendida la lección de su contendor cinematográfico, Arnold Schwarzenegger, ha suprimido del guión de El Demoledor cualquier atisbo de comedia para evitar un desastre comercial semejante al de El Ultimo Gran Héroe.
El acierto de la decisión de recobrar su rumbo cinematográfico como estereotipo de la fuerza bruta fue confirmado por el éxito de Riesgo total, que representó su recuperación económica, y en que el 40 por ciento de la audiencia fueron mujeres. Como en todas sus producciones, para vestirse de alpinista Stallone se preparó durante meses y venció el vértigo a las alturas para no tener que utilizar un doble en la mayoría de las arriesgadas escenas.
Sin volver del todo a sus orígenes militaristas, que no tienen sentido ahora que la Unión Soviética no existe, Stallone ha regresado a su papel de héroe de voluminosos bíceps, mostrando a los productores que no hace falta devanarse los sesos para tener un éxito de taquilla.
Porque si algo ha logrado Sylvester Stallone es haber implantado el cineculturismo. Fue él quien convirtió en espectáculo público el cuerpo del hombre formado en los gimnasios, demostrando que el músculo masculino, como las curvas femeninas, podía convertirse en un producto fílmico capaz de atraer al público de todas las edades. De hecho, él no era precisamente un Mister Universo cuando en 1976 lo aceptaron para protagonizar el primer Rocky. Sin embargo, luego de meses de entrenamiento salió a la luz pública convertido en fibra y músculo. Ahora, 17 años después, sus imágenes, desnudo en Demolition Man, muestran que a los 47 años tiene un cuerpo que puede servir de modelo a los fisicoculturistas. Y que sin duda le servirá de gancho para atraer más público femenino al cine de aventuras.