Home

Gente

Artículo

¿También tú Elizabeth?

Los ingleses no salen de su asombro: un libro califica de adúltera a la reina y asegura que Andrés no es hijo del príncipe Felipe.

16 de agosto de 1993

ALGO SIN ANTEcedentes está sucediendo en Inglaterra. Por primera vez se habla de la vida privada de la reina Isabel. Aunque el trono ha dado siempre ciertas licencias, y esto se entendía en el caso del príncipe Felipe, su esposo, cuyas andanzas de conquistador no son un misterio, tratándose de la reina Isabel II, esto era impensable.
Puritana, como su madre la reina Victoria, con una vida entera tras las rejas de un castillo, cualquier relación personal con alguien que no fuera su familia parecería imposible. Una cosa son sus hijos, con todos sus escándalos de adulterio y sus matrimonios desbaratados, y otra, la reina.
Pero ahora, la escritora Colin Febrero de Campbell -la misma autora de "Diana en privado"- acaba de soltar la bomba. Esta aristócrata rebelde ha llegado a donde ni los más sensacionalistas pasquines osarían: afirmar que Andrés no es hijo del príncipe Felipe de Edimburgo. En un explosivo libro titulado "Los matrimonios reales", la escritora asegura que el verdadero padre del tercer hijo de la reina es lord Porchester, un ex asesor de la soberana. Y sustenta su afirmación en dos hechos: la marcada diferencia física de Andrés con sus hermanos, y su asombroso parecido con lord Porchester.
Mientras Carlos, Ana y Edward tienen claramente los rasgos físicos de los Mountbatten, la sangre de su padre, Andrés parecía llevar los rasgos de los Windsor... Pero según la Campbell, a finales de los años 50, el príncipe Felipe estaba más ocupado de su papel de viajero a ultramar que de sus deberes como príncipe consorte, y recuerda que el bautismo de Andrés, en marzo de 1960, no tuvo la misma pompa del de sus hermanos mayores, Carlos y Ana, sino que se realizó en la más estricta sobriedad e intimidad.
El asunto no pasaría de ser considerado fruto de la maldicencia de la escritora, si no fuera porque precisamente por esa época, lord Porchester era la única persona que tenía una gran cercanía con la reina. Este oscuro asesor tuvo además un insólito y vertiginoso ascenso en la jerarquía palaciega, hasta llegar a convertirse en el conde Carnavon, pero entonces no sorprendía verlo invariablemente al lado de la soberana, pues se entendía que se trataba estrictamente por asuntos de trabajo. Pero ahora el asombroso parecido de Andrés con lord Porchester -ambos poseen penetrantes ojos azules- y la coincidencia cronológica han puesto a pensar a los súbditos ingleses. Y la Campbell no sólo ha convertido su libro en best-seller sino que ha sembrado la duda acerca de la fidelidad de la reina.