| Foto: Guillermo Torres

Las plazas de mercado se trasladaron a las redes sociales

Ante la cuarentena nacional, productores y campesinos buscan maneras para vender y no perder sus productos. La mejor manera es Instagram, Facebook y otros canales virtuales

7 de abril de 2020

Las plazas de mercado migraron a las redes sociales. Cada trino es un stand para que clientes y curiosos se acerquen, compren o compartan la rica gastronomía que se da en el campo colombiano. La emergencia sanitaria y la cuarenta obligó a tenderos, campesinos y pequeños productores a expandir las fronteras de sus locales y cultivos. Ahora también venden con hashtags, etiquetas y fotografías en Facebook, Twitter o Instagram.

 

En un inicio, el IPES priorizó los canales digitales. Creó un directorio con vendedores y locales de las plazas de mercado de Bogotá. Pero, ¿qué pasaba con aquellos productores y campesinos ubicados en las zonas rurales? Muchos de ellos se rigen al intermediario. Sin embargo, las estrictas normas de la cuarentena frenaron esta dinámica y los productos empezaron a dañarse.

 

Ciudadanos, campesinos y habitantes de las zonas rurales comprendieron la magnitud del problema: un desfalco económico para nuestros productores, pérdida de trabajo para otros empleados y deterioro de los alimentos. Por eso, aprovecharon las redes y las plataformas digitales para crear un espacio de ayuda y colaboración. Además, le hacen frente a los intermediarios o a quienes especulan con los precios.

 

SEMANA RURAL le cuenta una de los tantos proyectos digitales que agrupa esta nueva alternativa de compra y venta y dos casos alojados bajo esta tendencia.

 

#DomingoDePlazaEnCasa

 

El primer mercado se montó el pasado fin de semana, el 4 de abril. Se llama #DomingoDePlazaEnCasa, una plaza que empezó con un hashtag y que hoy ya cuenta con más de 500 tweets. El precursor de la tendencia fue Luis Carlos Rúa (@ElIngenieroRúa), manager del abogado Gilberto Tobón Sanín. De manera rápida, campesinos, tenderos y pequeños productores se sumaron al numeral y empezaron a publicar o a compartir.

 

No obstante, el mercado no se quedó ahí. El hashtag inspiró a Diego Palacio, un habitante de Mosquera que desea ayudar con lo que esté a su alcance. Él creó los perfiles de Domingo de Plaza en Casa en Facebook, Twitter e Instagram, como una herramienta útil para difundir los productos en venta

 

Conociendo esta situación, se crearon para que muchas personas lo vieran y entre todos podamos ayudar a los que más lo necesitan”, cuenta Diego. Él es estudiante de mercadeo y debido a la emergencia sanitaria, sus prácticas universitarias fueron aplazadas. Vio en el hashtag y la situación actual como una oportunidad de solidaridad. No es hijo de agricultores o conoce a alguno. Simplemente es algo que quiere hacer. 

 


«Podemos ayudar a quienes más lo necesitan. En especial a los agricultores, que a pesar de las trabas que tiene el gobierno en algunos aspectos ellos siguen adelante y es de admirar»

Diego Palacio, creador de las redes sociales de Domingo de Plaza en Casa


 

Cada tweet o cada mensaje hizo que el mercado expandiera sus fronteras. Llegaron mensajes de Tunja, Cundinamarca y Antioquia. Para organizar y ubicar a cada beneficiario, Diego creó una base de datos. En ella está el nombre, la ubicación y el teléfono de cada campesino, junto al producto a ofrecer y su precio. El objetivo es segmentar las publicaciones según los departamentos y fortalecer el comercio local. Así, tampoco se perderán muchos alimentos.

 

Hasta el momento, todos los mensajes alojados bajo el hashtag son la fuente principal de información. “La sociedad en los momentos de crisis se debe sensibilizar y tener empatía por las personas que tiene alrededor y ayudar”, cuenta Diego.

 

Mangos del Tolima

 

Johanna Lozano fue una gran estratega y enamoró a los clientes de la mejor manera. Les vendió color. Los tonos rojos y amarillos de los mangos yulimas y filipinos fueron lo suficientemente atractivos para vender la primera ‘tanda’ de la cosecha en cuestión de horas. Su mamá es una pequeña productora de Espinal, Tolima. Siempre ha vivido en el campo pero desde hace unos diez años se dedica a la cosecha de mangos. Fue una de las tantas afectadas por la cuarentena. Los compradores disminuyeron y los que iban, ofrecían precios muy baratos.

 

Johanna Lozano vive en Bogotá y, a la distancia, ayudó a su mamá. “Tenía que aprovechar las redes porque ella no tiene ni idea”, cuenta con tono de camaradería. Publicó su tweet el domingo 5 de abril. Contó que tenían 110 canastillas de mangos, cada una de 25 kilos.Gracias a Dios me escribieron muchas personas. Llegaron los contactos y se los transferí a mi mamá. Se logró hacer la negociación”, dice Johanna.

 

De las primeras tres toneladas, su mamá ya había vendido una buena parte en Ibagué. Johanna se encargó del resto. Había que actuar rápido, el mango es un producto perecedero. Además, el ritmo de las cosechas y la emergencia sanitaria presionaban la venta. La decisión fue vender al por mayor, es decir, ofrecer las 120 canastillas que puede almacenar un camión de carga pequeña. Las mismas 120 que ofreció Johanna y se vendieron en un par de horas.

 


«Es interesante ver esa nueva dinámica que se puede hacer, directamente campesino a consumidor final»

Johanna Lozano


 

También pensaron en la salud de los trabajadores y del domiciliario. Si entregaban la mayor cantidad del producto, ni los clientes ni el que entrega el producto se exponen mucho. La decisión también favoreció la rentabilidad del proceso. Sin intermediarios ni cambio en los precios, la mamá de Johanna resulta beneficiada y el producto llega directo al cliente.

 

Hay producto para rato. Johanna comenta que apenas inició la cosecha de mangos, la última semana de marzo. Finalizará hasta mayo. Durante este tiempo, la producción es semanal. El resultado son seis toneladas de fruta que se dividen en dos ‘tandas’: la primera se despacha el miércoles y la segunda, el viernes o sábado.

 

Esperan que las otras semanas, el éxito sea el mismo. Cada contacto, llamada o voz a voz sirve no solo para vender los exquisitos mangos de la región. También es útil para consolidar una red de contactos y referenciar a los otros pequeños productores de la región. Allí, todos necesitan de todos.

 

    Contacto Nini Johanna Lozano: 313 859 7578


 

Tomates cherry

 

Juan Carlos y Alfredo Pachón viven en Bogotá y llevan el campo en su ADN. Estos dos hermanos trabajan en las tierras que sus abuelos y padres les heredaron. Desde hace dos años, cultivan tomate cherry en la vereda Chinzaque, en Fúquene, Cundinamarca, un municipio productor de tomate por excelencia.

 

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© Cortesía Alfredo Pachón

Antes de la emergencia sanitaria, Juan Carlos y Alfredo le vendían el producto a restaurantes, mercados gourmet o a centros de abastecimiento, como la Plaza de Paloquemao o Corabastos. Sin embargo, el tomate cherry no es considerado un producto de primera necesidad, lo que dificulta su movilización. Ahora, los dos hermanos piensan en una estrategia para dar a conocer y expandir el alcance de su producto inocuo y orgánico.


«Somos responsables de muchas personas en el cultivo. Por eso también estamos mirando por donde mitigar y llevar a un mercado, ya sea muy reducido o muy amplio, dependiendo por donde se nos den las cosas, por otros canales de distribución»

Juan Carlos Pachón


 

Por eso, publicaron en las redes sociales. Reconocen algunas dificultades, además de no pertenecer a la categoría de primera necesidad: aún no encuentran un sector específico que compre la carga y el nicho de clientes puede ser reducido. El tomate cherry es un producto dirigido, en su mayoría, a los mercados orgánicos y a las personas veganas, vegetarianas o que pueden pagar un poco más por el tomate. No obstante, Juan Carlos y Alfredo afirman que el producto tiene un potencial indiscutible.

 

La semana pasada, durante el aislamiento y los primeros 500 kilos, se quedaron unos 200. Juan Carlos y Alfredo no lo consideraron una pérdida. Prefirieron verlo como un chance para la solidaridad. Los tomates que quedaron en la finca se donaron a algunos vecinos y al Banco de Alimentos, que también ayuda a los trabajadores del día a día.

 


«Sabemos que hay gente que lo necesita, sabemos que el Banco de Alimentos está organizado y está funcionando al tope. Eso es lo que hemos hecho. Recurrir a las redes sociales es buscando saltarnos ese paso del intermediario y llegarle a unos clientes que lo necesiten, o para restaurantes»

Alfredo Pachón


 

Aún queda tiempo de cuarentena y ya tienen planes a corto plazo. Quieren dar a conocer su producto y aumentar su alcance. También han aprovechado los espacios de trabajo. Por ejemplo, Alfredo es docente y aprovecha para vender al detal. Sus colegas o compañeros compran pequeñas canastillas, como las de uchuva, con 380 gramos de tomates cherry.

 

Ambos coinciden: lo importante es dejar la zona de confort y usar otros canales para vender y ayudar a los agricultores y empleados que dependen de ellos. Esperan vender la mercancía que semana a semana se produce y crear unas estrategias fijas para el domicilio de la carga. También quieren crear un plan de mercadeo enfocado en el norte de Bogotá, la zona donde ambos viven. Siempre ven una oportunidad para ayudar al otro.


Contacto Juan Carlos Pachón:  316 694 6472

¿Es un campesino o productor agrícola y necesita vender sus productos?

 

SEMANA RURAL le brinda algunas recomendaciones para optimizar sus mensajes y publicaciones en redes sociales:

  1. Especifique el producto que va a vender, el lugar donde está ubicado y su número de contacto. También puede indicar el valor del domicilio y la cobertura o zonas del país en que puede hacerlo.
  2. Puede agregar el valor del domicilio y la cobertura de este servicio.
  3. La publicación tendrá un mayor impacto si tiene fotografías o imágenes del producto. También puede añadir una lista de precios y la cantidad disponible de cada alimento. Esta herramienta es más atractiva y le ahorrará algunos caracteres del texto.

 

En Twitter:

  1. Tenga en cuenta que esta red le permite escribir máximo 280 caracteres por tweet. La prioridad es escribir los datos básicos (producto que se va a vender, lugar donde está ubicado y número de contacto).
  2. Agregue un hashtag para que su tweet llegue a más personas. El más usado es #DomingoDePlazaEnCasa, en Twitter.
  3. Si los caracteres alcanzan, puede mencionar algunas cuentas (@ y nombre del usuario) o etiquetar a otras en las fotos que suba.
  4. Si le falta información, cree un hilo. Responda al tweet inicial, en el que especificó los datos anteriores, e incluya lo que falta. 

 

En Facebook: 

  1. Esta red social no tiene límite de caracteres por publicación; sin embargo, trate de que su mensaje sea conciso y directo.
  2. Aquí también puede agregar hashtags y etiquetar perfiles de amigos o conocidos. Además, puede compartir su publicación en grupos locales o nacionales.

 

¿Desea ayudar a los campesinos?

  1. Puede revisar las publicaciones con el hashtag #DomingoDePlazaEnCasa. Encontrará productos cultivados por campesinos, pequeños productores que venden sin intermediarios o tiendas ubicadas en su ciudad que habilitaron servicios de domicilios.
  2. Si no puede comprar los alimentos, puede compartir las publicaciones o dar un RT para que lleguen a más personas. 

 

También puede ingresar a las páginas que se han creado para ventas a domicilio. Ofrecen una gran variedad de alimentos y distintas formas de pago: