Los zorros y los cisnes se convirtieron en los mayores clientes del antiguo bar. Foto: PAUL FAITH / AFP - Mundo hoy.

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Así es el bar que se convirtió en clínica para animales salvajes por la pandemia

El confinamiento para contrarrestar el contagio de la covid-19 obligó al pub irlandés Tara Na Ri a cerrar sus puertas. Sus dueños optaron entonces por crear allí la primera clínica veterinaria para la fauna salvaje del país. Ahora sus mayores clientes son los zorros y los cisnes.

21 de febrero de 2021

Desde el primer confinamiento por a la pandemia en marzo de 2020, el pub irlandés Tara Na Ri cerró sus puertas y no vertió ni una gota de alcohol. Pero se formó una nueva clientela basada en cisnes y zorros, convirtiéndose en la primera clínica veterinaria para la fauna salvaje del país.

Detrás de las persianas de este pub de Navan (noreste de Irlanda), los dispensadores de cerveza permanecen en silencio y la sala principal está desierta. Pero las salas anexas albergan una actividad desbordante: Liam, una cabra salvaje de dos semanas recibe leche en biberón, mientras que cisnes instalan su nido en antiguos establos, un zorro miedoso se crea un corral y un voluntario cuida a un halcón de ojos grandes. 

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Desde el pasado viernes, la antigua bodega de bebidas se convirtió, gracias a la asociación Rehabilitación de la Fauna Irlandesa (WRI), en la primera clínica veterinaria del país que se ocupa de criaturas de todos los tamaños y especies, cualquiera que sea su problema.


Ella es Liam, una cabra salvaje de dos semanas que es alimentada con biberón. Foto: PAUL FAITH / AFP. 

"Estábamos acostumbrados a cierta forma de vida", dijo el AFP James McCarthy, cuya familia tiene el pub desde hace más de diez años. "Cuando nos la quitaron, nos encontramos con un vacío y tardamos un tiempo en llenarlo, de una manera que nunca hubiésemos creído posible", sostuvo.

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"Nos preparamos para la temporada de los huérfanos, que es nuestra época más ocupada del año", explica el responsable de los animales Dan Donoher, tratando de calmar a una paloma que se agita sobre una mesa de examen. "Tendremos muchos polluelos y zorros, que nos mantendrán ocupados durante los próximos seis meses", apuntó. 

En la cultura irlandesa, los pubs ocupan un lugar central en la vida social, donde se celebran los acontecimientos importantes y se crea la solidaridad entre vecinos.


Un grupo de cisnes instalan su nido en antiguos establos del pub con la ayuda de uno de los voluntarios. Foto: PAUL FAITH / AFP. 

En las zonas rurales remotas, su papel es aún más importante, y el cierre del Tara Na Ri había asestado un duro golpe a la comunidad local, ya sacudida por los cambios radicales inducidos por el confinamiento.  

Pero según Aoife McPartlin, responsable de la sección educativa de WRI, la nueva clínica veterinaria ya logró sustituir el pub en el corazón de algunos clientes, que han dado su tiempo para reparar las salas auxiliares.

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"Los hemos recibido, nos han acogido", dice a propósito de los habitantes, que no han escatimado esfuerzo ni tiempo para renovar los locales.

Consciencia de la vida silvestre

Irlanda, que registra hasta el momento más de 4.000 muertes por la covid-19, se encuentra actualmente en pleno tercer confinamiento, instaurado para detener la explosión de casos que se producen tras una relajación de las restricciones locales antes de Navidad.

Si bien el país atravesó las dos primeras olas de la pandemia con relativamente pocos casos y muertes, ahora tiene la tasa de infección por habitante más alta del mundo.  

Es debido a este "tsunami de infecciones", como lo describió el primer ministro Micheal Martin, que 45 por ciento de las muertes ocurridas en el país a causa del coronavirus se produjeron desde inicio de 2021. 


Este era Tara Na Ri, el pub irlandés que se convirtió en la primera clínica veterinaria del país que se ocupa de criaturas de todos los tamaños y especies. Foto: PAUL FAITH / AFP. 

Desde principios de año, las escuelas, tiendas no esenciales, pubs, restaurantes, gimnasios y cines están cerrados y se ruega a los ciudadanos que permanezcan en sus casas, salvo para hacer ejercicio en un perímetro limitado. 

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Una situación que para Aoife McPartlin tiene su ventaja puesto que con el aumento espectacular del número de personas que pasan tiempo en la naturaleza, el número de animales heridos o abandonados encontrados por los caminantes y luego traídos para ser tratados explotó.

"La naturaleza salvó a mucha gente durante la pandemia", subraya. "Son más conscientes de la vida silvestre y de su existencia, y de nuestra coexistencia", puntualizó.