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La fumigación aérea con glifosato se encuentra prohibida en Colombia desde 2015 por la Corte Constitucional. Foto: archivo/Semana. | Foto: archivo/Semana

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El glifosato no es cancerígeno, según agencia europea

Organizaciones de agricultores aprovecharon esto para reiterar su rechazo a los llamados para prohibir la sustancia.

31 de mayo de 2022

La evidencia científica no justifica la clasificación del controvertido y ampliamente utilizado herbicida glifosato como cancerígeno, dijo el martes la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés).

Actualmente, el glifosato se clasifica como causante de “daño ocular” y “tóxico para la vida acuática”. No obstante, es uno de los herbicidas más utilizados en el mundo.

“El Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA formó su opinión científica independiente, la clasificación actual del glifosato no cambia”, dijo a AFP Mike Rasenberg, Director de Evaluación de Riesgos de la ECHA.

“Basado en una amplia revisión de la evidencia científica, el comité concluye nuevamente que clasificar el glifosato como cancerígeno no está justificado”, dijo la agencia en un comunicado.

En marzo de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud clasificó al glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”. Las organizaciones de agricultores se oponen a los llamados para prohibir la sustancia y citan la falta de alternativa.

Una discusión de no acabar en Colombia

La aspersión aérea con glifosato en Colombia ha sido una de las maneras más efectivas para combatir el crecimiento de cultivos ilícitos y a ella han querido regresar las autoridades y el Gobierno Nacional, tal como lo prometió el expresidente Iván Duque desde su campaña. Sin embargo, esto no ha sido posible en lo corrido del 2022.

A comienzos de este año, la Corte Constitucional le puso, nuevamente, puntos suspensivos al tema, tas rechazar el Plan de Manejo Ambiental que preparó la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales para la erradicación de cultivos ilícitos. En este sentido, con la incapacidad operaria, el gobierno por ahora no puede realizar la aspersión aérea este flagelo en un total de 14 departamentos, comprendiendo una extensión de 104 municipios.

Este alto tribunal dijo en su momento que “no es posible concluir que en el trámite administrativo ambiental se haya garantizado el derecho a una participación pública”. sin embargo, los presuntos efectos nocivos del glifosato sobre la salud y cultivos legales sí se mantienen vigentes en los tribunales.

Luego de esto, en febrero de este año, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE) le envió a la Corte Constitucional una solicitud de nulidad frente al fallo que frenó la posible reanudación de la erradicación forzosa de cultivos ilícitos con glifosato en el país.

La ANDJE pide en su texto que el Alto Tribunal deje sin efectos el fallo emitido el pasado 19 de enero, que además pide no dar renovación al uso del glifosato, pues impide avanzar en el plan de manejo ambiental de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla).

La lucha contra los cultivos ilícitos en Colombia, que actualmente tiene más de 200.00 hectáreas sembradas con hoja de coca, es una “partida de ajedrez” que viene desde hace casi tres décadas y que, por ahora, está en jaque, mientras la lucha contra el narcotráfico exige medidas urgentes contra estra problemática.

El asunto de fondo es que el gobierno sigue con las manos atadas, por la dificultad que significa realizar una consulta de este tipo en los municipios priorizados, para reiniciar la aspersión. La puja no es nueva.

En 2015, el “banderillazo” a la aspersión aérea vino por cuenta de la evaluación de un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que calificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”. No obstante, el estudio revelado hoy 31 de mayo, abre nuevamente el debate sobre las afectaciones de este producto sobre la salud.