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Maras piden perdón y anuncian fin de la violencia en Honduras

Líderes de pandillas, desde un penal, dicen que buscarán poner dar paz al ‘país más violento del mundo’.

Alianza BBC
28 de mayo de 2013

Representantes de la Mara Salvatrucha y la Mara Barrio 18, las dos pandillas más grandes de Honduras -y con presencia en otros países centroamericanos- pidieron perdón a la sociedad este martes por los crímenes cometidos en los últimos años.

Así mismo, según informa el diario La Prensa, se comprometieron a "parar la violencia". La esperanza que se tiene en Honduras es que esto desemboque en una tregua formal, como la que se lleva a cabo en estos momentos en El Salvador.

Desde dos recintos distintos del penal de San Pedro Sula -donde se encuentra detenidos- líderes de las dos pandillas dijero que "queremos pedirle perdón a la sociedad, queremos paz con Dios y con las autoridades".

En el acto estuvieron presentes el obispo de San Pedro Sula, Romulo Emiliani, mediador por parte de la Iglesia Católica, y Adam Blackwell, representante de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Durante el anuncio, el obispo Emiliani expresó que la tregua aún no es oficial: "hoy no se va a firmar nada. Ellos hablan de que más adelante, dependiendo de algunos factores habrá una tregua entre las dos pandillas, pero por ahora no hay nada para que se llegue a un acuerdo de paz, están estudiando las posibilidades y dirán cuándo estarán preparados para eso".

El lunes en la tarde, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, dijo que apoyaba las gestiones para buscar una tregua entre las dos pandillas. Los empresario hondureños, a través del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), también dijeron apoyar el proceso.

Honduras es considerado el país más violento del mundo, con un promedio de 80,2 homicidios por cada cien mil habitantes y San Pedro Sula es vista como la ciudad más violenta del planeta.

Importancia

Juan Carlos Pérez Salazar, corresponsal de BBC Mundo en México y Centroamérica, dijo que este proceso se está convirtiendo en el más importante en Centroamérica desde la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin a las guerras civiles en la región, hace veinte años.

Recordó que, en marzo de 2012, entro en vigor una tregua entre exactamente las mismas bandas, pero en El Salvador. Diversos medios han reportado que esa tregua provocó un descenso de 59% en los homicidios en ese país.

Según explicó nuestro corresponsal, como parte de la tregua -apoyada por el gobierno- se trasladaron a los principales líderes maras de una prisión de máxima seguridad a penales de menor categoría. También se han creado "municipios santuario" donde se busca reducir de manera paulatina la violencia.

La semana pasada la tregua pareció tambalear luego de que la Corte Suprema de Justicia de El Salvador dejara sin efecto los nombramientos del general David Munguía como ministro de Seguridad y de Francisco Salinas como director de la Policía, considerados claves dentro del proceso por los líderes de las pandillas.

Sin embargo esta semana parece superado el impasse y las gestiones para mantener y extender la tregua continúan en El Salvador.

Al igual que en El Salvador, en Honduras la tregua fue gestada desde las cárceles, donde se encuentran muchos de los líderes de las pandillas y desde donde -como se ha dicho en repetidas ocasiones- se manejan los hilos de lo que sucede en las calles.

Elemento internacional

Juan Carlos Pérez Salazar agregó que, dado el carácter transnacional de las Maras Salvatrucha y Barrio 18 -que nacieron en Los Angeles, Estados Unidos, y empezaron a extenderse en Centroamérica a finales de los '80 cuando George Bush padre ordenó la deportación de muchos integrantes de origen centroamericano-, es lógico que el proceso se extienda ahora a Honduras.

De hecho, nuestro corresponsal destacó que Adam Blackwell -secretario de seguridad multidimensional de la OEA - quien estuvo en el anuncio de este martes en Honduras, también ha estado acompañando el proceso salvadoreño y estuvo presente en ese país el pasado 18 de enero, cuando varios alcaldes anunciaron que se unían al plan de "municipios santuario".

Sin embargo -destacó Pérez Salazar-, tal como lo ha dicho el obispo de San Pedro Sula, el proceso será "lento y doloroso" y aún quedan muchas preguntas por responder.

Preguntas como ¿qué sucederá si los brazos de las maras que operan en otros países -como Guatemala- no se unen al proceso? ¿Se puede llevar a cabo un proceso "político" con grupos que son considerados simplemente criminales? Los gobiernos hasta ahora han sido prudentes y se han limitado a aprobar y facilitar los procesos, pero ¿cuáles serán sus compromisos para la reinserción social de miles de jóvenes pandilleros?

Juan Carlos Pérez Salazar finalizó diciendo que estas preguntas serán sin duda respondidas de manera paulatina, pero que la importancia del proceso a nivel regional ya no puede ser negada.